lunes, 27 de febrero de 2012

Blue Dress

"Can you believe something so simple, something so trivial makes me a happy man?"
Blue Dress - Depeche Mode


Me gustaba mucho tomar el primer turno de guardia porque podía dormir – en teoría - de nueve de la noche a tres de la mañana; aunque restando unos 45 minutos entre el momento en que salía de la garita y llegaba hasta el alojamiento y los 15 minutos previos a la formación de la madrugada esas horas efectivas de sueño serían menos.
Y me gustaba también tomar el primer turno porque era bonito ver el amanecer. Llegaba al puesto de guardia – ojalá el más alejado en el batallón – y me sentaba a escribir, a oír música, a fumar o simplemente a imaginar un futuro. De vez en cuando miraba hacia afuera, pero era más porque no quería que me pillara distraído el Cabo Relevante que porque temiera una posible toma guerrillera.
Me hacía feliz ver el sol asomarse despacio e ir cambiándole el color a todo, la forma en que Manizales se iba despertando y los chicos se preparaban para ir al colegio y los adultos para ir a trabajar.
En algún momento del amanecer de hoy yo estaba en realidad en Puesto Uno esperando que llegara el relevo, mirando hacia Milán desde esa torrecita que marca el final de la Avenida Santander; fabricando un sueño como en los viejos tiempos, imaginando una mujer distante envuelta en un vestido azul, trazando sin afán su figura longilínea, mirándola en silencio sin hallar mayor placer para el momento.
El café caliente me devuelve a La Soledad. El sol ya se asoma completamente detrás de los Cerros Orientales y tengo que apurarme con unos textos muy urgentes. Tomaré más pausas durante este lunes para seguir dibujándola con cuidado, mirándola sin decir una sola palabra, esperando que me hable y me cuente acerca de amaneceres futuros.

sábado, 25 de febrero de 2012

Comentarios Inútiles 32

1. Lo que pasa es que el amor, el enamoramiento o el gusto verdadero suceden en el plano cinematográfico y no en el fotográfico. Al menos esa fue la conclusión que saqué esta semana al pensar por qué hay ciertas mujeres que me parecen hermosas en fotografías y un poco desencantadoras cuando hay movimiento de por medio. Hay algo en su forma de hablar que me recuerda una profesora de la universidad, hay un dejo de torpeza en su caminar que se asemeja al de un ganso, hay algo en el movimiento de sus manos que me recuerda a mi tía Marina o ciertas frecuencias en su voz que se parecen a la voz de Janice, la exnovia eterna de Chandler Bing. Será por eso eso que me gusta mirarla tímidamente a lo Juan Sebastián Naranjo para no entrar en contacto y desencantarme a lo Jerry Seinfeld.
2. Pensaba yo hace unos días que los adolescentes contemporáneos encuentran en Internet lo que a nosotros nos costaba caminatas, interacción y riesgo hace 15 años; al menos en los campos de socialización y descubrimiento de la sexualidad. Gracias a las redes sociales los chicos ya no tienen que salir a las calles para encontrar amigos y mucho menos tienen que arriesgarse a ser descubiertos por sus padres comprando o escondiendo una revista pornográfica. Tienen a un par de clics de distancia todo el porno del mundo y toda la gente del universo virtual gracias a Facebook. No sé si eso los hace afortunados o desafortunados pero sí los hace, al menos, distintos.
3. Las vacaciones de final de año estuvieron marcadas - en mi familia - por dos eventos notables, uno maravilloso y otro bastante triste. En menos de tres semanas nos alegramos con el nacimiento de mi sobrina y nos llenamos de tristeza con la muerte de la esposa de mi tío Carlos. Fue escalofriante mi sorpresa hace una semanas al descubrir - mientras me lavaba los dientes - que los nombres de ambas mujeres están en "Despertar" una canción de Gatoblanco compuesta hace casi una década.
Despertar by Gatoblanco on Grooveshark
4. Se me hace gracioso que Carolina y sus amigos utilicen el término "tropipop" para referirse a cosas de consumo masivo y de muy poco gusto.
- ¿Leíste la última columna de Adolfo Zableh? No me gustó, es muy tropipop. 
¡Si se imaginaran ellos todo lo que tuvimos que sufrir nosotros cuando en la emisoras juveniles en FM le cerraron el espacio a todo aquello que no fuera tropipop!
5. Un cáncer se va a llevar a Hugo Chávez Frías. Es tan terco, tan megalómano y tan suertudo que se va a convertir en un ícono, en un semidios, en una figura inolvidable gracias a una muerte relativamente temprana - probablemente - en ejercicio del poder.
6. ¿Qué hacer con tanta rúgula? No alcanzo a comer tantas ensaladas y la rúgula se va poniendo más amarga. Bueno, la piqué con el procesador de alimentos y la almacené en el congelador. La sofreí y después la puse sobre unos lomitos de salmón (salmón de supermercado, tampoco soy tan esnob) y el resultado fue muy bueno.
7. Deberían regresar los billetes de $1.000 y de $2.000 de hace 20 años. Eran más bonitos.
8. Esperé con ansias la presentación de Coldplay y Rihanna en los Grammy porque Princess of China me traía altico del piso. El sustantivo decepción no alcanza a ser suficiente. 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Princess of China

I could've been a princess / you'd be a king / coud've had a castle, worn a ring / but no / you let me go.
Princess of China - Coldplay feat. Rihanna
Mylo Xyloto
EMI - 2011



De nada vale preguntarse qué habría podido ser, qué habría sucedido si hubiésemos tomado decisiones distintas. Eso - sin embargo - no nos impide dejar salir de vez en cuando algún asomo de nostalgia.
Abrí la puerta y estabas ahí, con un vestido gris ajustado que dejaba entrever esa figura que memoricé durante años dulces y que durante años posteriores he venido olvidando con paciencia. Te invité a pasar y me dijiste que la película que querías ver estaba a punto de comenzar, que volarías en la noche.
Lo que sucede cuando la gente viaja a radicarse en otro lugar es que uno toma conciencia de ese riesgo latente que tiene la vida de convertir una despedida cualquiera en la definitiva. Olvidamos que uno puede salir de su casa y morir de forma violenta sin estar preparado, sin haber pagado el recibo del teléfono o sin haberse cortado las uñas de los pies; pero esas despedidas que preceden a los grandes viajes nos hacen recordar que hasta luego puede significar adiós.
Te entregué el dinero que te debía.
- Que te vaya muy bien - dije con las manos entre los bolsillos y esa sonrisita nostálgica que solo tú y otros cuantos conocen.
Diste un paso al frente y me abrazaste, procurando no atentar contra esos años posteriores de olvido, tratando de no recordarme los años dulces en que tu cuerpo y el mío encajaban como las piezas de nuestro rompecabezas privado.
Alcancé a rodearte la cintura con el brazo derecho y se levantaron un poco los vuelos del vestido gris.
Subiste las escaleras afanosamente. Cerré la puerta y me senté a escuchar Princess of China.