jueves, 31 de mayo de 2012

La Gran Ovulación

No sé exactamente cómo llegamos a llamar Gran Ovulación de los 25 a ese momento en el que la mujer, por presión de sus pares y de la sociedad, siente una necesidad incontenible de convertirse - a como de lugar y cuanto antes - en una señora; en la cabeza de su propia familia.
En primer lugar, es necesario aclarar que la Gran Ovulación de los 25 puede llegar antes o después; pero los síntomas son iguales: La mujer empieza a notar que sus amigas se emparejan, que tienen novios con los que van a casarse, que por deseo o accidente empiezan a tener hijos, que tal vez el metabolismo ya no les funciona de la misma manera y les cuesta más trabajo perder esos kilos que antes se iban fácilmente; empieza a sentir que una vez culminados sus propósitos académicos hay que buscar una nueva empresa y esa empresa es - por supuesto - un hogar. Si la mujer que atraviesa por la Gran Ovulación no está emparejada, empieza a salir con el afán de conocer al hombre que tenga el potencial de convertirse en su socio, su compañero y su cómplice reproductor. Si está emparejada y la relación está madura, empezará a presionar consciente o inconscientemente a su pareja para que la relación pase a otro nivel; ya sea vivir juntos, casarse o algún equivalente.
Muchas bonitas relaciones sucumben ante la Gran Ovulación por un problema de destiempo: Resulta que el hombre no está preparado y es el momento de separarse.
Creo firmemente que - al igual que en cualquier ciclo hormonal - cuando pasa la Gran Ovulación la mujer se siente libre de presiones y empieza a notar sus ventajas frente a las mujeres que ya tienen un esposo, unos hijos y un montón de obligaciones a las cuales ella - por fortuna o mala suerte - ha escapado o al menos ha logrado posponer.
Es por eso que le digo yo a Diana que se relaje, que aunque no tenga síntomas evidentes de la proximidad de su Gran Ovulación, va a notar con el paso del tiempo que una mujer de 30 es más joven que una de 25. Es decir, que una mujer que logra escapar sin esposo y sin hijos de la Gran Ovulación, tiene asegurada una segunda adolescencia y diversión para rato.

domingo, 27 de mayo de 2012

Domingo

Cúrame el domingo, amor; quítamelo de encima. Invítame a la cama para hablar barbaridades, hazme olvidar de la tarde que está cayendo, de esta estúpida tristeza semanal. Limpiemos la nevera, lavemos la ducha, planchemos la ropa, escribamos juntos oyendo música o hagamos cualquier cosa que haga que este sea un día corriente; un miércoles cualquiera, un jueves anodino.
Cúrame el domingo, amor (tú que sí puedes); porque yo lo he intentado todo y nada ha dado resultado: el ejercicio, la lectura, la meditación, el almuerzo familiar, la guitarra, los discos, el vino, la llamada a un amigo.
Cúrame el domingo, amor, quítamelo de encima, quítame la pena, quítame la memoria, quítame la ropa y sudemos juntos un rato, abrázame después mientras me quedo dormido. Cúrame el domingo - amor - facilítame la muerte y yo a cambio te aseguro que mañana - como es costumbre - voy a ser un hombre nuevo.

jueves, 24 de mayo de 2012

Canciones Heredadas

Me gusta la gente que recomienda música. Y me gusta sobre todo porque es gente desprendida que quiere compartir sus placeres con los demás. Atrás quedó el comportamiento adolescente que lo llevaba a uno a sentir celos posesivos por aquel artista al que le profesaba afecto o por esa versión rarísima de la canción amada. ¿Qué más da si uno recomienda una canción a alguien y ese alguien se adueña de la canción hasta hacerla suya? A menos que sea uno el compositor o el protagonista de la canción (casos en los que tampoco es dueño de ella) no se tiene derecho a reclamar nada. Las canciones son de quien las usa, de quien las ama, no de quien cree haberlas descubierto y reclama - por ese simple hecho - algún tipo de reconocimiento. Todos recibimos una recomendación de alguien. Todas las canciones son heredadas.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Comentarios Inútiles 33

1. Mis comentarios inútiles eran una forma de conversar con Ana. Antes tenía al menos dos ediciones al mes, pero probablemente el aumento en las conversaciones con personajes como Ana y Carolina hacen que verbalice los comentarios inútiles y termine olvidando mi edición periódica de pensamientos sin sentido.
2. Creo que ya desechamos la idea de comprar una porción de un municipio grande de Colombia y formar allá nuestra república independiente; esa república donde se obligaría a los niños a estudiar y donde se cobraría un impuesto a la obesidad injustificada. Creo que ya nos volvimos más laxos de pensamiento, palabra y obra. Con las omisiones sí hemos sido laxos siempre.
3. Ella se tomaba el segundo café mientras yo abordaba la tarea de atender el tercero y tratar de no entrar en esa especie de hipomanía de la cafeína que me pone a pensar rápido y a hablar aceleradamente de muchos temas. Llegamos a una conclusión y es que es mucho más complicado dar voz propia a un personaje masculino escrito por una mujer que al personaje de una mujer escrito por un hombre. Sí, la hipótesis es rebatible pero es que a ambos nos pasa: uno lee al personaje central masculino de un relato que sabe que ha escrito una mujer y se le dificulta sacarse la idea de esa mujer de la cabeza. Vaya uno a saber si eso es o no es sexista. Me gusta la gente que lee y más me gusta la gente que escribe.
4. Ya dejé de pensar que los tipos que ven fútbol son unos pendejos. Ahora pienso que los tipos que ven fútbol me dejan sin tema y eso es más fiel a la verdad. Hace un par de meses salí con tres amigos brillantes a jugar billar. El fútbol ocupó el 90% de la conversación así que durante todo ese tiempo yo me concentraba en jugar mal. Cuando me siento con tipos que solo hablan de fútbol me pasa como cuando uno sale con abogados que solo hablan de derecho, con médicos que solo hablan de medicina o con músicos que solo hablan de música: me aburro mortal e irremediablemente. Mis tres amigos futboleros y billaristas están casados . Ahí hay otra gran abismo temático.
5. Dentro de las investigaciones posteriores a la catástrofe del Challenger, las comisiones investigadoras determinaron que la explosión no afectó la cabina que transportaba a los tripulantes y que se desintegro después de precipitarse al mar desde una altura de 15.240 metros. La caída duró poco más de tres minutos y varios de los investigadores aseguraban que era prácticamente imposible que los tripulantes hubieran estado conscientes al momento del impacto. Sin embargo, algunas grabaciones indican que se ayudaron mutuamente en el proceso de ponerse las máscaras de oxígeno. Esa - para mí - podría ser la definición del sustantivo angustia.
6. Los astronautas no tenían equipo de eyección ni paracaídas. La probabilidad de que ocurriera un accidente catastrófico era de una entre 438. Eso me lo contó Wikipedia. Gracias Wikipedia.
7. Y se casó Mark Zuckerberg, ¿no? Y me dio a mí por decir en Twitter que dejaran de criticar a la esposa de Zuckerberg por fea, que él vería lo que hacía, que era muy básico pensar que por ser un multimillonario Zuckerberg debería casarse con una supermodelo y que uno lo que debería hacer era buscar una mujer buena, sin importar si era fea o bonita. Claro y ahí me cayeron a mí a decirme que eso también era un prejuicio, que decir "mujer buena" era como decir "gente de bien", así que tuve que establecer el concepto de mujer buena y afirmar que una mujer buena no tiene que ser necesariamente una santurrona y que la mujer buena es más bien una buena socia, sin importar si es la más puta; y ahí sí todos contentos, incluyendo a Zuckerberg con su esposa de rasgos asiáticos que a mí - la verdad sea dicha - no me parece fea. 
8. Lo bueno del paso de Falcao por Colombia con el Atlético es que les salió competencia a los hinchas criollos del Barcelona y del Real Madrid. Necesitamos que algún otro colombiano la logre en la Madre Patria para armar una buena liga de hinchas colombianos del fútbol español; porque por aquí ya no quedan apasionados seguidores del glorioso Valladolid que tuvo al Pibe Valderrama, a Leonel Álvarez, a René Higuita y a sus gloriosos bigotes que ahora han caído en desuso entre los furbolistas.
9. Sí, a mí sí me gustó el fútbol en algún momento de la vida, pero me rompió el corazón y ahora me dedico a hablar mal de él como ex-pareja resentida. Fútbol hijueputa.

martes, 22 de mayo de 2012

Pálida

Es que a ti te gustan casi anémicas - solía decirme con risa. Pálidas, desnutridas como Fiona Apple - complementaba. Vaya uno a saber de dónde saca ese tipo de debilidades. Hoy me di una vuelta por la Donación Botero y volví a preguntarme de dónde esa debilidad, por qué razón esa preferencia estética por la mujer pálida. 
Pensé en los videos de Robert Palmer, en clásicos como Simply Irresistible y Addicted to Love. Leyendo un poco más acerca de Palmer encontré que estos videos fueron inspirados por un ilustrador y artista llamado Patrick Nagel, quien además de hacer una larga carrera como ilustrador en Playboy y de trabajar en anuncios publicitarios y de moda, diseñó la portada del álbum Rio de Duran Duran.
Según leí, la influencia de Nagel sobre la moda y la estética de los años ochenta, (e indirectamente sobre el uso de herramientas digitales como Photoshop en la actualidad) es ampliamente valorada. Yo no tenía idea de su existencia. No sabía cómo se llamaba o por qué era tan importante. No sabía tampoco que había muerto de un fulminante paro cardiaco a los 38 años; no sabía que probablemente mi debilidad por esas pieles que parecen no haber sido tocadas nunca por el sol pudo estar decididamente impulsada - de forma indirecta pero determinante - por su obra.
Pálida. Así me gustas.

domingo, 13 de mayo de 2012

A Merced

No sé si estarás - como yo - tirada sobre la cama mirando hacia el vacío, si lo haces a menudo; si esperas tener la fortuna de encontrar a alguien con quien puedas mirar hacia ninguna parte en silencio y sentir que eso que tienes ahí es un hogar, tal como lo define el corazón y no el diccionario.
No sé si a veces cierras los ojos como yo y esperas que la cama se deshaga, si también sientes que tu habitación se va llenando lentamente de agua y al abrir los ojos flotas boca arriba atrapada en medio de un naufragio helado sin nadie que pueda rescatarte o al menos escuchar tus gritos bajo el agua. 
No sé si las tardes de domingo se te hacen trágicas, tal como se hace trágico querer encontrar personajes maravillosos detrás de los ojos de la gente común; si lamentas un poco que tu cafetera sea generosa y siempre haya más café del que necesitan una persona y su gato. No sé si te llenas de preguntas que no quieres hacerte a solas, que quieres compartir con el mundo o con un hombre curioso y dispuesto a aventurar respuestas inverosímiles.
Mirá que el amor es lo que más se parece a la sensación de flotar, a la gravedad cero, a la iluminación que no podrás compartir con nadie porque deshacerse en partículas perfectas - horas perfectas, días perfectos - es una experiencia individual e intransferible.
Podría poner mi curiosidad en palabras, pero me tomaría décadas y los años se hacen cada vez más veloces y vamos perdiéndonos así la oportunidad de encontrar la felicidad en momentos como este.
No sé si estarás - como yo - tirada sobre la cama mirando al vacío; pero si estuvieras aquí probablemente estarías dormida mientras yo le doy vueltas a los mismos pensamientos de siempre, hasta que un día... un buen día me voy a elevar sin que la gente lo note (ni siquiera tú porque estarás dormida) y voy a despegarme del mundo y sus ataduras tontas; y desearé compartir esa experiencia contigo pero será muy tarde; me estaré deshaciendo en átomos felices y al despertar y encontrar mi espacio vacío te preguntarás entre curiosa y desilusionada qué carajo sucedió conmigo.

domingo, 6 de mayo de 2012

Errante

Es que no hay nada como el ron. Tal vez terminé aquí porque es mi bebida favorita. He oído comentarios de leyenda acerca del tabaco en La Habana, del café negro, pero vine por el ron. O esa es mi excusa, porque probablemente tuve que venir hasta acá para darme cuenta de que tengo que dejar de huir. ¿Por qué La Habana? No lo tengo claro. ¿Acaso tú sí lo sabes? Me aventuraría a creer que también huyes de algo o de alguien, porque uno no viaja solo así por que sí. Uno no agarra maletas un día y decide venir a La Habana sin hotel, sin un plan concreto, sin mucho dinero, sin ayudas turísticas. Pienso visitar Matanzas, Guantánamo y Santiago, quisiera recorrer la isla pero no sé siquiera cómo voy a hacerlo. Esta es mi primera tarde y decidí venir hasta el puerto en una búsqueda silenciosa que emprendí cuando ella se fue de mi casa. Ficción - dirás - creerás tal vez que invento una historia que te parezca interesante para llevarte a mi hotel, pero la verdad es que estoy cansado de encontrar sexo buscando amor y después aburrirme mortalmente para huir sin dar explicaciones.
Perdona pero no tengo más vasos y pedóname también si no fumo contigo. Dejé de fumar para enseñarle a ella que era un mal hábito y sentiría que estoy traicionando algo.
La verdad es que sí quisiera llevarte a mi hotel, pero no voy a propiciarlo. Caminemos un rato por donde nos lleven los zapatos. La brisa es agradable y quisiera escuchar tu historia.