sábado, 31 de diciembre de 2011

2011

Mi sobrina anda por ahí con sus papás deseando un feliz año a sus abuelos. La esposa de un tío (madre de unos primos muy queridos) se debate entre la vida y la muerte en Santa Sofía. La mujer con la que durante años soñé una vida se va a casar con alguien más. Mi papá recuperó el ánimo gracias a Penélope, que fue para él mejor que cualquier hemodiálisis. Mi mamá sonríe a toda hora, se siente orgullosa de ser abuela a los 50. Estoy a punto de embarcarme en la aventura de hacer empresa. En breve lanzaré mi tercer disco. Ese amor malsano que me mantenía el corazón en movimientos ponzoñosos - hace un año - se fue para siempre. Aprendí que la eternidad existe y es apenas una construcción constante. En el año que hoy se acaba aprendí que tener el corazón dispuesto y tranquilo es la mejor forma de asumir la vida y que hay que aprender a lidiar con las alegrías con la misma disposición y responsabilidad con que se asumen las tristezas. Brindaré por el 2011 con una copa llena de champaña a la media noche. Brindaré por 2012 y las lecciones por aprender. Me gustan las tres canas que tengo en la cabeza. Soy feliz.

martes, 20 de diciembre de 2011

Penélope II

Penélope by Robi Draco Rosa on Grooveshark
Press Play.


1. Víctor nos dijo que Penélope, en la versión de Diego Torres, tenía 32 acordes distintos. Nunca me tomé la molestia de constatar si el dato era cierto pero me pareció impresionante. Después descubrí que - a punta de agregaciones y modificaciones - uno puede construir muchas variedades de acordes a partir de una triada básica y me pareció menos impactante la afirmación de Víctor.
2. Le dije a Juan Pablo que me iba a quemar la grabadora de tanto darle vueltas al mismo disco. Todos se estaban quedando dormidos y eso incluía a las mujeres que unos minutos antes bailaban con nosotros en ropa interior dentro de la piscina. Pero Juan Pablo estaba enamorado, nada de eso le interesaba. Solamente dejaba que la canción se repitiera una y otra vez como si hubiera dejado a Valentina durante años, tejiendo de día y deshaciendo su tejido de noche esperando su regreso. Le dije que me iba a quemar la grabadora, que al día siguiente regresaríamos a Manizales, que dejara el drama. Todos estábamos muy pero muy borrachos. Me dio frío y yo también me fui a acostar.
3. Nos estábamos cansando de tocar una y otra vez las canciones de Empezar de Cero. Decidimos entonces, como años atrás, tocar también nuestras propias versiones de canciones ajenas. Sabía que mi grupo de amigos de la universidad disfrutaría nuestra interpretación tosca de Penélope. Mi... Fa#m 7 sus 4... y algo de Robi Draco Rosa se me calaba en los dientes. Sería un recuerdo, tal vez, o imaginar que ella me esperaría también tejiendo y destejiendo recuerdos pasados y futuros.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Penélope

Cuando contemplaba la posibilidad de tener hijos soñaba, en realidad, con tener una hija. Ansiar tener hijos sin tener con quien tenerlos, o desear abiertamente ser padre en un mundo como éste me parece un poco irracional y egoísta; pero en aquel entonces - profundamente enamorado - yo imaginaba una hija que tuviera los ojos de la mujer que amaba, que tuviera su prudencia, su sonrisa y su espíritu crítico; una hija que no tragara entero, que se hiciera preguntas, que se sentara en la cama a leer durante horas y que estuviera más interesada en la obras que en los hombres; que se arreglara lo justo y necesario antes de salir a la calle porque eso es lo que hacen las mujeres que tienen gracia natural. Imaginaba una hija que me llamara papá con alegría y que decidiera a qué dedicar su vida sin dejarse presionar por sus padres y su entorno. Soñaba - en síntesis - que mi hija fuese una mujer que pudiera mirar atrás y sentirse satisfecha por todo lo conseguido.
Nunca imaginé a mi hija aprendiendo a caminar o a manejar la cuchara armando pequeños desastres en la cocina; siempre pensé ella como una adolescente o como una mujer adulta, la soñaba como mi par, como un espíritu encarnado tantas veces y tan viejo como el universo mismo y como yo. 
Ahora imagino, Penélope, la alegría de sostenerte en mis brazos por vez primera y hablar de ti a mis amigos mientras les enseño tus fotos en mi teléfono celular. Los sueños de padre corresponden a alguien más y yo me dedicaré a malcriarte, a hablar contigo - cuando crezcas - de temas que probablemente nunca compartirás con él. Imagino, Penélope, que la vida me va a dar tiempo de sentarme un día contigo a tratarnos de igual a igual, a reconocernos como pares, como espíritus tan viejos como el universo mismo que decidieron encontrarse en la misma familia. Brindaremos con alguna bebida caliente, Penélope, oiremos música y sonreiremos.
Penelope by My Teenage Stride on Grooveshark

viernes, 9 de diciembre de 2011

Comentarios Inútiles 31

1. Hay tanto ruido en el mundo, tanta información, tanto bombardeo de palabras, de opiniones, de imágenes y de ideas que se hace difícil encontrar momentos para uno mismo, espacios para estar completamente a solas, instantes para oír la voz interior que puede ser la voz de Dios o la del tubo digestivo pidiendo combustible. Cada vez disfruto más de las personas que pueden estar a solas, que se piensan como individuos y que no creen que hay por ahí una media naranja o un alma complementaria que es necesario encontrar a toda costa. Llego a mi casa, cierro la puerta, me desnudo y me meto a la cama y cuando todo está en silencio soy yo mismo, soy yo a solas, yo completo en evolución constante. Es posible que una noche de estas encuentre con quién compartir mi cama, mis sueños y mis pensamientos; pero será un requisito indispensable que esa mujer se vea a sí misma como una entidad completa e independiente y que decidamos por ende juntarnos como individuos completos que estarán tan cómodos en la compañía del otro como lo han estado antes a solas.
2. Qué hermoso caleidoscopio son los buses bogotanos, los baratos, los viejos y destartalados armatostes en los que se sube el obrero con las uñas negras y el profesional que tiene que ir a su empresa vestido de corbata y bien peinado. Yo a veces me quedo mirando a las personas en los buses y les invento historias. Me imagino a la esposa de este señor despidiéndolo con un beso y empacándole en el portacomidas un almuerzo recargado de carbohidratos para soportar la jornada de arduo trabajo físico en alguna construcción del norte, o la cita médica que tiene la anciana que casi se cae del bus cuando se estaba montando y que lleva en sus manos arrugadas un sobre con una radiografía. Me pregunto también de qué tendré cara yo. ¿Qué se imaginarán ellos cuando me ven con la cabeza escondida entre los audífonos y con esta barba de pereza que sirve para combatir el frío y hacer cosquillas?
3. El error se repite una y otra vez. Como toman referencias escritas en inglés para sus artículos dejan los decimales separados de las unidades enteras con puntos y no con comas como solemos hacerlo en español. Cuando el error se repite aun después de indicarles la forma adecuada de hacerlo, es menos desgastante cambiar los puntos por comas en vez evitar que cometan el mismo error en el futuro.
4. En conversaciones con Ana tratábamos el tema de lo fastidioso que es enterarse de los estatus sentimentales de la gente a través de Facebook. No sé si Ana y yo estemos atravesando una etapa de antipatía o si en realidad empezamos a hastiarnos de esa red social, prefiriendo abiertamente otras redes donde es más fácil compartir contenidos de interés (como Twitter o Blogger) que la vida misma (como se hace usualmente en Facebook). Pensábamos además que "Es Complicado" es la forma facilista de resumir tantos otros estatus que uno debería poder poner, en honor a la verdad, como: Encoñado, Teniendo Sexo con una Amiga de Manera Regular, Saliendo con una Mujer Distinta Cada Fin de Semana, Sin Esperanza Alguna, Hastiado del Amor, Esperando que Fulanita Regrese al País, En Recaída Temporal con mi Ex, entre otros.
5.  Ella tiene los ojos de varios colores. ¿No les ha pasado? ¿No han encontrado un par de ojos así? Son bonitos esos ojos que van en una especie de gradación del marrón al verde y al negro y así. Ella, como casi todos nosotros, no sonríe del todo con los labios y los dientes. Ella sonríe con la nariz y con los ojos y se le ilumina la cara cuando digo alguna estupidez o suelto algún chiste tonto. A veces la miro y me imagino que ella es esa enfermera que aparece besada por un marinero en la famosa foto de Times Square cuando se terminó la Segunda Guerra Mundial. Y siento ganas de tomarla así por la cintura y darle un beso inesperado a ver si los ojos le siguen brillando de esta manera, a ver si sonríe con toda la cara, a ver si calmamos como se debe esta curiosidad evidente. Milagros de la melanina -  diría yo - esos ojos camaleónicos, caleidoscópicos.
6. Si es verdad que el mundo se acaba en diciembre de 2012, la de este año será la última Feria de Cali. Habrá que ir, para que no me suceda lo mismo que me pasó con el Carnaval del Diablo, que - de no acabarse el mundo - se llevaría a cabo de nuevo en enero de 2013.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Sour Girl

Hay días en que las personas siguen preguntándome por ti, aún cuando ha pasado tanta agua bajo el puente, cuando ya son años los que nos separan y sigues tu camino al lado de alguien más. Hay días, como hoy, en que la gente pregunta cómo me siento porque saben que tengo memoria prodigiosa para las fechas y que tiendo a convertir los recuerdos del pasado en cortometrajes llenos de música y de poesía que a lo mejor no tuvieron al suceder.
Lo único que quisiera decirte - de poder hablar contigo hoy - es que me alegra que seas feliz aunque a la gente le cueste creerlo, que cada tanto me pongo a pensar en lo que fuimos y en lo que aprendí de aquellos años; que sé que no fueron amores los amores previos y tampoco hubo amor verdadero en los amores posteriores; que sigo en esta casa poniendo todo a punto, convirtiéndome en hombre, pensando en ti y en las cosas bonitas que la vida me ha regalado.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Sunday Night Beer

Durante casi todo el bachillerato Mauricio y yo caminamos desde la casa hasta el colegio o desde el colegio hasta la casa, ahorrándonos el dinero del transporte que él después utilizó en comprar su primer computador y con el que yo acumulé decenas de discos compactos que hoy no tengo dónde escuchar porque hace poco se quemó mi equipo de sonido.
Una de las modas noventeras en nuestra ciudad natal consistía en hacer una colección de latas de cerveza y yo caí en esa moda; así que todos los jueves y los viernes pasábamos por un local en Sanandresito donde nos comprábamos alguna cerveza rara y yo me quedaba con las latas. Llegué a acumular cientos de latas vacías de cervezas extranjeras que cada rato se caían con un sonoro estruendo que desesperaba a mi mamá; hasta que nos cansamos de cargar de casa en casa con todo ese aluminio inservible y un buen día se lo dimos a algún reciclador.
En este momento espero a Mauricio mientras me tomo una cerveza fría para paliar la nostalgia dominical. Mi amigo de toda la vida estará en esta ciudad durante una semana y necesitamos contarnos cosas de esas que a casi nadie se le cuentan.
Me tomo una cerveza y espero a Mauricio y recuerdo el café que nos tomamos juntos en la funeraria cuando se murió su mamá o cuando se murió Lucas, el ron que nos tomamos cuando su papá volvió a casarse, las conversaciones camino a Chipre con dos latas en la mano hablando alguna de adolescente del Sacre o del Rosario, la cerveza dañada que hizo enfermar a Felipe Molina (una Red Bull) y lo obligó a ausentarse del colegio dos días, los cigarrillos Caribe que nos fumamos en Cartagena y que siempre recordaremos porque sabían a sancocho, el café con leche y el abrazo de cumpleaños en la garita del puesto de guardia número 8 en el Batallón Ayacucho, las cajas de vino y las botellas de sangría que compartimos con El Negro y Santiago, esas cervezas en Berlín (un bar en Medellín, no la capital alemana) cuando celebramos sus 30 años o el ron que nos tomamos un domingo en la tarde en este apartamento cuando celebramos los míos.
Me tomo una cerveza y espero a Mauricio y pienso que con él cada conversación y cada brindis son siempre una primera vez. Los 30 son los nuevos 15, decíamos anoche. Las cervezas están en la nevera. En breve sonará el citófono.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Comentarios Inútiles 30

1. La incomodidad es provechosa. De vez en cuando sienta bien no encontrar la sensación de hogar, no adueñarse del lugar que se habita y andar con lo justo y necesario, dejando atrás las cosas inútiles, depurando las cargas en cada trasteo, botando cartas, fotos y papeles para dejar solo los tesoros vitales. Hasta que un día lo sorprende a uno de nuevo la sensación hogareña, ese espacio y ese tiempo donde puede asentarse todo de nuevo: los ánimos, el corazón, los instrumentos musicales, las relaciones de vecindad, los gatos, los enseres. Ahí donde uno puede decir de nuevo a boca llena y con toda confianza: "Vamos a mi casa".
2. Despertamos desnudos en su cama. Habíamos dejado en la sala los rastros de una entrada afanosa: su bolso en el piso, sus llaves, la botella de whisky, mi chaqueta. Entré al baño a lavarme los dientes y huir porque mi estudiante del sábado en la mañana ya me estaba esperando. Al abrir la puerta vi en su cara el desconcierto y la angustia de no saber con quién había amanecido. Dijo haber sentido un alivio enorme al verme a mí. Ya no sé si deba creerle. Fue la primera vez de muchas otras. Cosas bonitas me pasan cada noviembre.
3. Nunca en toda mi vida había presenciado semejante sensación de insatisfacción en el mundo. Nunca. Las revoluciones árabes, los indignados en España, la ocupación a Wall Street, los estudiantes chilenos, puertorriqueños y colombianos moviéndose para decir que están hartos, que el mundo no funciona como debiera, que algo tenemos que estar haciendo mal y que es hora de corregirlo. Me gusta la sensación de estar presenciando eventos históricos importantes, esa ebullición de cosas que - temen algunos - podría ser el Apocalipsis puesto por nosotros en boca de los mayas. No sé qué es lo que pasa. No sé qué es lo que está cambiando en el mundo pero el feeling me gusta mucho.
4. Bonito que me hablés buscando orientación. Alguna vez sentimos algo de ansiedad, algo de gusto, ganas de vernos por primera vez para decidir si esa atracción virtual, si ese tácito romance 2.0 podía pasar al plano físico y - como era de esperarse - ese no sé qué que a veces funciona no funcionó. Pero me gusta que me hablés buscando orientación. Colgar y sonreír antes de dormir es otra forma de darte un abrazo.
5. Somos Gatoblanco y Gatoblanco está vivo. Nos sentamos a planear cosas, a imaginar un videoclip, a hacer pre-producción entre los tres y  a sentir que la mística se renueva. Soltamos ideas, imágenes, nos sentimos cada vez más libres y con entendernos entre nosotros esperamos que los demás nos entiendan también. Llegan nuevas fuerzas creadoras, entusiasmos frescos encarnados en nuevos colaboradores; pero es cuando estamos a solas que recuerdo por qué lo seguimos haciendo después de tantos años. Es como sentir de nuevo el calor de la chispa que se encendió en una sala de ensayo improvisada en 1999. Somos Gatoblanco y Gatoblanco está vivo. Somos Gatoblanco, una obra en construcción que va a sobrevivir cuando los tres nos marchemos.
6. - Naranjo: ¿Vé, qué hacemos con esta crema autobronceadora?
- DaKitten: Pues usarla. No vamos a seguir cargando ese tarro medio vacío.
- Naranjo: Pero esa vaina huele muy maluco. Mejor la botamos.
- DaKitten: Dejá la bobada y echémonos eso.
- - -
- Naranjo: Pero esta crema depilatoria sí hay que botarla. Esta sí está vencida.
- DaKitten: No, pero aquí dice que se vence en noviembre de 2011. ¿Qué vamos a botar ese cuncho? A la espalda de una, sin miedo.
- Naranjo: ¿Será?
- - -
7. No sé qué vaya a pasar en Manizales. La gente salió a las calles. La emergencia del agua fue superada y la tragedia de Cervantes recibió la primera atención. Los votantes (con desidia) escogieron al candidato avalado por el movimiento del alcalde actual. Nosotros nos estamos organizando, estamos haciendo cosas por ayudar a quienes lo necesitan. ¿Pero el futuro de la ciudad qué? ¿Valdrá la pena que mi mamá y mis hermanas sigan allá? Uno se desapega hasta donde puede, uno espera ver el mundo y quiere cortar lazos, pero no es posible cortar del todo con la historia infantil y adolescente, no es posible dejar de preocuparse cuando la ciudad llena los titulares de los medios nacionales y las noticias son desalentadoras. Es posible que en diciembre vaya y disfrute la ciudad y me recargue de energía y me sienta parte de mi familia, pero ese es solo mi problema, mi dilema personal. ¿Y el futuro de la ciudad qué?
8. Keiko tiene una simpatía inusual en un gato. Busca las caricias con afán y se babea al ronronear sobre mi pecho. Seré muy feliz viviendo mi cotidianidad con ella.
9. Finalmente la espalda me olía horrible, por más que me hubiera bañado. No sé - en primer lugar -  por qué me dio por comprar esa crema autobronceadora y esa crema depiladora hace un par de años. Los tarros ya están en la basura. Es bonito verme los hombros de nuevo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Y su dios nos falló

"Pues pegarnos de mi dios y ayudar a buscar una solución técnica".
Juan Manuel Llano, alcalde de Manizales, hablando de la emergencia vivida por la falta de agua en la ciudad.

Álvaro Uribe Vélez hablaba de su dios a toda hora. Invocaba su dios en los consejos comunales y en las entrevistas televisivas. Las audiencias y los votantes creían que ese dios y Álvaro Uribe eran mayoría y que entre los dos iban a salvar esta nación agobiada y doliente, como dice la novena de aguinaldos. Nosotros, los que no creemos en el mismo dios en el que creen Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Llano o no creemos que ese dios tenga más poder que los ciudadanos en un estado laico, no podíamos sentirnos más que irrespetados cuando delegaban en él responsabilidades impuestas a ellos por la vía democrática; sentíamos que le estaban soltando a ese dios una papa caliente que no hacía parte de su responsabilidad divina y ese pobre dios, encartado, ni siquiera tenía acceso a parte de la quincena que Uribe y Llano cobraban gracias al dinero recaudado por nosotros y pagado a ellos por su labor como servidores públicos.
Nos pegamos de su dios, alcalde, y esperamos que llegara la solución técnica. Mi mamá, mi papá, mis hermanas, mis abuelos y mis amigos se incomodaron un poco durante dos semanas y se bañaron con agua chorreada. Afortunadamente ellos tenían la posibilidad de montarse a un carro e ir a buscar agua a un nacimiento o a la casa de algún familiar en un pueblo vecino y no tuvieron que padecer las verdaderas penurias que sufrieron los que siempre llevan del bulto, los más necesitados, los más pobres, los que esperan que viviendo y muriendo en la pobreza van a entrar en primer lugar al reino de ese dios en el que usted y Uribe depositaban su confianza.
Todos nos pegamos de su dios, alcalde, y su dios nos falló. Su dios lanzó sobre Manizales un aguacero de proporciones bíblicas la semana pasada y llevó un balde a que obstruyera uno de los tubos del acueducto. Su dios les dio demasiadas ocupaciones a usted y otros funcionarios de la administración municipal como para atender las quejas de los vecinos de Cervantes y decidió llevarse a casi medio centenar de esos vecinos y dejar sin hogar a tantos otros. Nos pegamos de su dios, alcalde, y su dios nos falló a todos, incluyéndolo a usted que ahora va a tener que enfrentarse a la justicia de nosotros los colombianos, los que todavía recordamos que este es un estado laico en el que pegarnos de los dioses - sea cual sea su origen o naturaleza - no es suficiente.
Algunos creemos, alcalde, que usted no debería ocupar ese despacho y que debería retirarse antes de terminar su periodo. Pero usted no va a renunciar, alcalde. Usted se va a dedicar a defenderse a través de los medios de comunicación hasta que le entregue la papa caliente a su sucesor el año que viene.
Yo espero que la justicia se encargue de usted, alcalde. Y que su dios entre de noche en su conciencia a recordarle que parte de la responsabilidad también es suya, que usted no podía dejarlo todo en sus divinas manos, que usted pudo colaborarle en algo y haber hecho alguna vaina para contrarrestar el asunto del aguacero y del balde atravesado y de tanto tubo roto y de la tragedia que sacó a las personas esta semana a las calles a cantar arengas contra usted y a exigir su renuncia.
Nos pegamos de su dios, alcalde, y su dios nos falló. Qué embarrada, alcalde. Qué embarrada. Yo de usted buscaría otro dios al cual encargar sus responsabilidades o su defensa de aquí en adelante.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La Foto que Sonríe

Dicen los historiadores del mundo 2.0 (Wikipedia) que fue alrededor del año 300 cuando se emprendió la última persecución activa a los cristianos en el Imperio Romano, cuando el estado armenio se convirtió en el primero en adoptar esta fe como su credo oficial y cuando los artistas adaptaron en Europa la figura de Eros para representar a los ángeles, que servían como intermediarios entre Dios y los hombres.
En la antigüedad tardía los ángeles fueron representados sin alas y luego tuvieron uno, dos o tres pares dependiendo de su jerarquía. El Renacimiento dio a los ángeles rasgos hermosos, infantiles, llenos de una belleza sutil y asexuada. Win Wenders les puso gabanes y nos enseñó que oyen nuestros pensamientos, que nos ponen la mano sobre el hombro cuando requerimos su ayuda y que su mundo no es colorido sino monocromático.
Ahora sé que me estaba quedando dormido frente a la pantalla del computador y en el centro había una foto tuya. El hombre me preguntó en voz baja si eras un ángel y le dije que no, que eras apenas una foto sonriente, ceros y unos formando la imagen de una mujer hermosa. Me despertaron el sonido del teléfono y una foto gigante de Júpiter moviéndose en el salvapantallas.

viernes, 28 de octubre de 2011

La falta de agua es lo de menos


Manizales sin agua. Foto tomada de la página de El Colombiano.

"Donde la amistad perdura por siempre como el agua pura".

Manizales y yo tenemos una pelea casada desde que me fui o incluso desde antes, desde que empecé a estudiar comunicación y me di cuenta por capítulos de que los manejos de la ciudad obedecían a una lógica feudal en la que la gente vive agradecida con el Doctor X que ahora está en el concejo y le ayudó a mi tía la de Villahermosa con un puestico de recepcionista en la licorera, en el hospital, en el acueducto. 
La nuestra es una ciudad rosquera y aprendimos los manizaleños a armar roscas incluso por fuera de la ciudad y del país, y uno se encuentra en Bogotá con gente que vive desesperada esperando que llegue el puente para irse a retar la topografía nacional con tal de pasar dos noches en el terruño húmedo y escarpado que nos vio nacer, ir al colegio, enamorarnos, estudiar y después salir corriendo; porque no tenemos de amigo al Doctor X y nunca nos pudo colaborar con un puesto en la telefónica o en la empresa de aseo.
Manizales y yo tenemos un pelea casada y por eso cuando Octavio nos contó que al director de Cotelco (un cuyabro que ama a Manizales como pocas personas en el mundo) se le había ocurrido una campaña para promover el turismo y quería que Gatoblanco hiciera una canción para dicho fin, yo me sentí más retado que nunca como músico. 
Nos sentamos Sebas, Manolo y yo a tocar y fueron saliendo los acordes y fue saliendo la melodía y llegó el momento en que me vi encartado con una hoja en blanco buscando escribir cosas bonitas sobre la ciudad donde están mis papás, mis hermanas, algunos de mis grandes amigos y muchos de los mejores recuerdos de mi vida. No quería caer en el lugar común y no quería reflejar la pelea que Manizales y yo tenemos casada y todos y cada uno de los versos escritos fueron sinceros, sentidos, escritos con cariño y con cuidado. 
Nos metimos al estudio, llamamos a Sebastián Yepes y a Andrés Gutiérrez, grabamos la canción, la presentamos en el marco de la celebración de los 160 años de la ciudad, en la misma Plaza de Bolívar donde 10 años antes se había celebrado el sesquicentenario con Jorge Barón y Rossy War en el Show de las Estrellas.
Manizales y yo hicimos las paces. El alcalde Juan Manuel Llano nos felicitó tras bastidores y de alguna manera sentí que le estaba devolviendo algo de gratitud a la ciudad.
Hoy Manizales completa 10 días sin agua. Me mata de rabia pensar que esa lógica feudal está viva y que simplemente una rosca reemplaza a la otra y que las personas que se involucran en las campañas políticas no lo hacen por convicción sino porque están esperando que el Doctor X le ayude con un puestico en cualquiera de las instituciones públicas que periodo tras periodo se reparten los dueños de la ciudad y del departamento. Pero lo que verdaderamente me enfurece es esa pasividad típica del manizaleño promedio, que simplemente se indigna de su puerta para adentro, que comenta en La Cigarra o en el Cable lo que está sucediendo y que no va a hacer absolutamente nada por romper ese círculo vicioso. Nosotros los bloggeros, los twitteros, los facebookeros gritamos indignados y nos pronunciamos contra una rosca y contra la otra; pero a menos que ocurra un milagro, este domingo muy pocos manizaleños se pronunciarán con la furia debida en las urnas, pocos tratarán de castigar por vía democrática a los hampones que tienen a la ciudad sin agua y al cabo de unos meses todo se habrá olvidado y dentro de muchos años seguiré visitando mi ciudad natal y seguirá congelada en el tiempo, en manos de los mismos y la gente estará contenta con el puestico que el Doctor X les regaló en la empresa de energía o en el acueducto.
La falta de güevas es lo realmente preocupante. La falta de agua es lo de menos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Almuerzo a solas

¡Era tan triste ver a Julián almorzando! Como Manizales es una ciudad tan pequeña teníamos tiempo para ir a medio día a nuestras respectivas casas y por ello solo nos veíamos comer cuando teníamos una de esas convivencias propias de los colegios católicos. Todos bromeábamos y decíamos tonterías a la hora del almuerzo, pero Julián se sentaba solo y atacaba su almuerzo con displicencia y parsimonia que se veían acentuadas por sus ojos verdes de comisuras laterales caídas. 
La primera vez que almorcé solo pedí en el restaurante un plato de pasta y carne a la boloñesa y pensaba en el almuerzo familiar que tendrían en mi casa - a 300 kilómetros de distancia - en ese martes de enero: mis hermanas alzando la voz, mi hermano pensando en cualquier otra cosa distinta a la comida, mi mamá tratando de poner orden, la empleada de servicio con el radio a todo volumen, Fiona persiguiendo alguna lagartija en el antejardín. Almorzar solo es triste, pero esa tristeza es más fácil de disimular en los restaurantes pequeños que en las grandes plazoletas de los supermercados y los centros comerciales.
Uno tras otro hacemos fila con las bandejas en la mano y la señora del bufete nos pregunta si queremos carne de res, de cerdo, pastas o un plato con pollo. Hacemos fila para pagar el pedido, damos nuestros números de cédula para acumular puntos, vagamos sin rumbo hasta que alguien desocupa una mesa; nos sentamos a almorzar sin hablar con nadie, fijando la mirada en el horizonte, en el teléfono móvil o en el plato de comida. Todos estamos vestidos de gris, todos tenemos las comisuras laterales de los párpados bien caídas y esa expresión de displicencia y parsimonia con la que almorzaba Julián cuando lo dejábamos solo. El reloj ya casi da las dos. Tenemos sueño y hay que regresar a la oficina.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Comentarios Inútiles 29

De la serie Torero, por Ruven Afanador.
1. Me dice la médica: - ¿Eres alérgico a algún tipo de antibióticos? Y le respondo yo: - No lo sé, porque no recuerdo haber tomado antibióticos nunca. Responde ella: - Entonces cómo voy a saber si puedo recetarte antibióticos. Me quedo mirándola en silencio esperando que ella misma responda su pregunta. 
2. Ya recordé cuál era el primer comentario inútil de la edición número 28: Llevo tantos años trabajando en un sector editorial tan cercano a la salud y a la industria farmacéutica que ya sé más del funcionamiento del cuerpo humano de lo que sabe una persona sin formación en el área y no sé si eso sea bueno pero sí es, al menos, útil. He tenido que visitar el consultorio de tres médicos generales en menos de un mes y tanto mi papá como mi mamá fueron intervenidos quirúrgicamente durante el mes de septiembre; así que hace unos días me senté en la hamaca de la sala a tomarme un té y a repasar una pregunta que me estoy haciendo desde hace meses: ¿De qué me voy a morir? 
Descartemos por un momento el homicidio, el suicidio y el accidente y quedarán abiertas las posibilidades por causas naturales. Ya cumplí 30 años y aunque las personas que conozco por primera vez dicen que aparento tener mucho menos; la ausencia de arrugas, un abdomen no muy abultado y una cabellera más sana que la que ostentan mis contemporáneos no garantiza que al interior de mi organismo no se estén llevando a cabo ya los procesos de degeneración celular que algún día se terminarán manifestando en una enfermedad metabólica, en algún tipo de cáncer, en un desorden cardiovascular, renal o respiratorio que finalmente van a llevar este organismo a la tumba. "Me estoy muriendo", pensaba mientras me llevaba una y otra vez la taza de té a la boca. Me estoy muriendo como se están muriendo mi papá, mi mamá, mis abuelos, mis mayores, mis amigos y mi gato. Recordé las imágenes de la rueda del Samsara que aparecen en mis libros sobre budismo, recordé las imágenes de los siete cuerpos de los que habla Leandro Prieto Rodríguez, pensé en la conversación que tuve con El Gato (un amigo al que llaman Gato, no un gato de verdad) cuando su mamá se murió y me decía: "Yo ya no me pregunto de qué me voy a morir sino qué cáncer me va a matar". El té se enfriaba. Teniendo en cuenta mis antecedentes familiares es muy probable que un día (ojalá un día lejano gracias a mis hábitos alimenticios y de ejercicio) mi cuerpo se vuelva intolerante a la glucosa, resistente a la insulina, que mis células dejen de llevar a cabo sus procesos metabólicos de forma normal y entonces empezaré a intoxicarme con azúcar, comenzará el hormigueo en las extremidades, el calor, la sed, aumentaré de peso y empezaré a perder la visión, mis riñones no van a funcionar de la misma manera y todo comenzará a deteriorarse en un rápido círculo vicioso que un día llevará al colapso del sistema. Me estoy muriendo ya. Me estoy muriendo hoy. Nada me garantiza que el accidente de tránsito, el suicidio o el homicidio estén por fuera de las opciones de la vida. No tengo excusa alguna para seguir aplazando mi propia vida y el plan de dedicarme por completo a hacer las cosas que me gustan, a visitar los lugares que quiero conocer, a construir la obra que he querido construir desde los 12 años; cuando estaba creciendo, cuando no me estaba muriendo.
Gareca y Falcioni.
3. No es que no me guste el fútbol. Yo creo que yo hasta disfruto el fútbol, disfruto ver un partido. Lo que pasa es que el fútbol me rompió el corazón. Nos rompió el corazón a mí y a Sebastián García. A mí me rompió el corazón el América de Cali cuando no logró ser campeón de la Copa Libertadores en la década de 1980, me lo rompió Argentina cuando no logró el tricampeonato en Italia 90, me lo volvió a romper la Selección Colombia con el papelón del mundial del 94, me lo rompió de nuevo el América con la final de la Libertadores en el 96. En el mundial del 98 - cuando estaba en el ejército - dejé de hacerle fuerza a la Selección Colombia y me di cuenta de una verdad liberadora: gane quien gane y pierda quien pierda un partido de fútbol, mi vida va a seguir siendo igual. Veo los mundiales de fútbol porque me parecen bonitos como fiesta. Afirmo ser hincha del América de Cali solo por llevarle la contraria a mi papá y porque me gusta mucho el color rojo.
4. Desde que terminé con Cristina, hace más de dos años, me he encontrado en un par de ocasiones con una pregunta incómoda para la que nunca tuve una respuesta indicada: ¿Y en ocho años nunca le pusiste los cachos? Ahora tengo la respuesta: Si ella no me ha hecho esa pregunta en dos años y medio no veo por qué tenga usted que hacérmela.
5. La prohibición de las corridas de toros en Cataluña tienen un tinte político mucho más fuerte que el de protección al derecho animal. Cuando fumaba sabía que el tabaquismo era un problema de salud pública y que los fumadores deberíamos tener espacios restringidos para fumar donde no afectáramos la respiración de los no fumadores. Sé también que la desaparición de las corridas de toros es inevitable, que a la fiesta le quedan menos de 20 o 30 años de vida, que es una tortura para los toros y los caballos (sobre todo para los caballos) y que como especie racional y responsable debemos acabar con ese espectáculo salvaje, pero me duele... como antiguo aficionado me duele. Entre los recuerdos emotivamente maravillosos de mi vida hay unas cuantas tandas de naturales, algunos lances con el capote, una que otra estocada contundente, las ganas de llorar viendo a Juan Mora, a César Rincón, a Enrique Ponce o al Cid dibujando trazos eternos de plasticidad que jamás he visto en ninguna otra tribuna y oyendo a la banda municipal tocar España Cañí, Manolete o Feria de Manizales.

martes, 4 de octubre de 2011

Ka

Ka tenía los ojos grandes y azules, los labios gruesos y la piel pálida. Era como una especie de Fiona Apple con el pelo negro, pero yo no lo sabía porque era 1994 y no teníamos idea - el mundo y yo - de quién era Fiona Apple.
Ella vivía frente a mi casa y recuerdo haberle regalado una chocolatina el día que cumplió 12 años. Ka era la novia de mi amigo y vecino Jota, quien parecía más interesado en coquetear con A, que vivía a seis o siete casas de distancia de Ka.
A veces yo me sentaba en la pequeña terraza que había en el segundo piso y tocaba un par de canciones acompañado por el tiple. No tenía guitarra, pero además de los bambucos y los pasillos podía tocar un par de baladas que sonaban bonito. Ka se paraba junto a la ventana de la habitación de su madre - detrás de las cortinas blancas - y me miraba tocar. No sé si sonreía, pero sabía que me estaba mirando. Cuando yo me quedaba mirándola fijamente se retiraba despacio hacia el interior de la casa.
Como Eme, Jota y yo éramos los únicos hombres en el grupo de amigos, teníamos que jugar fútbol con las seis o siete niñas de la cuadra. Ka tenía una sudadera rosada que resaltaba el brillo en sus mejillas, el color encendido de sus labios y la palidez de la poca piel que le quedaba al descubierto. Casi siempre era ella la portera del equipo contrario al mío y era ese el único momento en que - sin saberlo - representábamos los papeles de una conquista nunca intentada. Yo remataba durísimo y ella ponía sus manos desnudas al frente para detener el balón. Cuando marcaba un gol (casi siempre anotaba al menos uno) salía gritando con las manos en alto en señal de victoria, cuando en realidad lo que quería era besar las manos golpeadas de Ka, ayudarla a levantarse del piso y consolarla de alguna manera.
Cuando nos fuimos del barrio y regresamos a Chipre, prometí a Jota volver a visitarlo. Para ese momento su relación con Ka ya se había terminado porque ella decidió contarle que yo le gustaba muchísimo.
Hoy me pregunté cómo lucirán los ojos enormes y azules de Ka a los 29 años. Hace un tiempo me contaron que tenía dos hijos y que el padre de los chicos había sido asesinado. Sentí ganas de besar sus mejillas, de ayudarla a levantarse del piso en vez de andar por ahí paseando con las manos en alto en señal de victoria.

lunes, 3 de octubre de 2011

Frank and Louie (breve reflexión sobre el caso del gato de dos caras)

Leí por primera vez acerca de Jano en el cuento La Muerte y la Brújula de Jorge Luis Borges. Jano es uno de los dioses de la mitología romana cuya característica principal es tener dos caras y al ser el dios de los comienzos y los finales se le adjudicó su nombre al primer mes del año en el calendario juliano (Ianiarius, de donde vienen January, Janeiro y Enero). 
El busto de Jano mencionado en La Muerte y la Brújula proyectaba una sombra escalofriante sobre una escena donde estaba a punto de llevarse a cabo un crimen y su figura siempre me pareció un poco terrorífica. Cuando empecé a traducir artículos de psiquiatría, encontré de nuevo la figura de Jano ilustrando artículos acerca de la enfermedad bipolar; sobre todo en representaciones donde una de las dos caras sonreía y la otra tenía una mueca de tristeza como en las máscaras teatrales utilizadas para representar la comedia y la tragedia. Su figura me parecía cada vez más impactante.
Durante los últimos días se le ha dado un cierto cubrimiento mediático al cumpleaños de Frank and Louie, un gato que en septiembre llegó a los12 años de edad y que será incluido dentro del libro de récords de la cerveza Guinness para el año 2012 por sel el gato Jano más longevo de la historia.
Frank and Louie tiene dos caras, tres ojos y según describe su propietaria - (una veterinaria que lo adoptó cuando fue llevado a su consultorio para llevar a cabo su eutanasia) - su único problema es que tiene qué hacer un esfuerzo especial para identificar visualmente los espacios por donde se mueve. La expectativa de vida de un gato de este tipo es prácticamente nula. Su historia me hizo recordar la de Ryan Gonzales, un norteamericano que se convirtió en la persona más longeva con ictiosis arlequín. Los bebés que nacen con esta condición casi nunca llegan a los seis meses de vida y generalmente mueren después de unos días o algunas horas posteriores a su nacimiento. Gonzales debe haber sobrepasado ya los 20 años de edad.
Un giro en la ecuación, un gen que muta de forma inadecuada y lo que se espera con ansia como el milagro de la vida puede convertirse en una escena dantesca. 
Miro una y otra vez los videos de Frank and Louie y las entrevistas de Ryan Gonzales y empiezo a encontrar belleza detrás de su apariencia inicialmente monstruosa. A veces uno no valora suficientemente la perfección de la ecuación, los giros adecuados de sus genes, la salud de su gato, los brazos, las piernas, las caras y las pieles saludables de sus hermanos. Hoy me desperté pensando que la normalidad es una fortuna. No quería que esta entrada en el blog terminara con aire de sermón, pero fue inevitable.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Comentarios Inútiles 28

1. Habría escrito tres o cuatro comentarios, no sé. De repente el sistema colapsó y el computador no respondía. Tuve que desconectarlo, forzar el cierre del sistema, y cuando regresé todo estaba perdido. Solo recuerdo someramente las conversaciones (porque ya no eran comentarios sino conversaciones) sobre el adjetivo tenaz y sobre Groupon.
2. Según la Real Academia, los significados y usos aceptados para el adjetivo tenaz son los siguientes:
tenaz.
(Del lat. tenax, -ācis).
1. adj. Que se pega, ase o prende a una cosa, y es dificultoso de separar.
2. adj. Que opone mucha resistencia a romperse o deformarse.
3. adj. Firme, porfiado y pertinaz en un propósito.


No sé entonces a cuál de esas acepciones se refieren algunos bogotanos cuando utilizan el adjetivo tenaz, precisamente porque lo hacen casi ante cualquier circunstancia:

- Imagínate que mi mamá no me llama hace días.
-¡Tenaz!

- No entiendo este clima. Uno sale en la mañana bajo un sol canicular y a medio día está lloviendo a cántaros.
-¡Tenaz!

- Increíble lo de Samuel Moreno, ¿no? ¿A qué hora dejamos que hicieran con la ciudad lo que les dio la gana?
-¡Tenaz!

Vaya uno a saber. A lo mejor el provinciano bruto soy yo, que no logro encontrar la tenacidad donde habita de forma tan obvia.

3. Hablemos de Groupon. Groupon es otra de esas artimañas utilizadas por el mercado para hacernos gastar el dinero que no tenemos en cosas que realmente no necesitamos. Uno hace su compra y queda feliz porque cree que ahorró dinero cuando en realidad no hizo más que malgastarlo tal y como Groupon y sus secuaces lo deseaban.
Es que uno mira la oferta sin detenimiento. Simplemente lee y se va enganchando: - "Fin de semana romántico para dos personas en el Tapón del Darién. Precio regular: $2'500.000. Precio con Groupon: $1'300.000. Ahorre: $1'200.000." Y uno lo piensa bien y se dice a sí mismo: - "Pues la verdad no está nada caro. Un fin de semana (romántico además) para dos personas por solo $1'300.000. Además yo siempre he querido conocer el Tapón del Darién. Qué lástima porque no tengo con quién ir; porque si tuviera novia muy seguramente me la llevaría a conocer el Tapón del Darién y quedaría como un príncipe." Y si uno no cierra rápidamente la página o el anuncio en el celular, las arandelas de la oferta lo van enganchando: - "No y es que además incluye baño de luna, chocolaterapia, los desayunos tipo buffette en el hotel y una botella de champaña." Entonces uno piensa cómo podría aprovechar esa oferta para ahorrarse $1'200.000 y además conocer el Tapón del Darién y resulta que da con que su querida amiga (que además está también soltera y que también tiene tarjeta de crédito) sería la socia perfecta para hacer ese viaje. Uno la llama y le dice: - "Mirá Lina, ¿viste la oferta que hay hoy en Groupon?". Y ella responde: - "Estaba aquí mirándola. Qué rico ir a conocer el Tapón del Darién." Y no se diga más porque no hay inconveniente, porque uno ya ha compartido habitación y cama con la mejor amiga y qué más da hacerlo otra vez si la oferta caduca en dos horas. Así que 30 minutos más tarde  uno ya tiene el viaje armado y se va de paseo un par después (muerto de la dicha porque una experiencia que normalmente cuesta $2'500.000 le va a salir en $650.000), solo para descubrir que el Tapón del Darién es un pantanero, que los baños de luna son simplemente quitarse la ropa y aguantar frío y que la chocolaterapia es en realidad un pegote insoportable. Si a eso le sumamos los gastos en ropa y artículos para el viaje y la botella de más que se pidió después de consumir desesperadamente la que regalaba Groupon, nos daremos cuenta que siempre sale más caro el caldo que los huevos y que uno está el lunes en la oficina con el correo electrónico abierto, pensando qué carajo va a hacer la próxima vez que vea a Lina; porque esa champaña es peligrosa y uno terminó comiéndose a la mejor amiga en el Tapón del Darién y ahora necesita hacer algo para que las cosas vuelvan a la normalidad. Lo bueno es que Groupon tiene una nueva oferta en la que pagando apenas $50.000 uno puede consumir hasta $80.000 en comida exótica del nuevo restaurante indio que abrieron en Usaquén y esa será la invitación perfecta para encontrarse con ella y hablar de lo sucedido y procurar que las cosas sean como antes de ir al Tapón del Darién. Y además uno se ahorra $30.000. La oferta caduca en 47 minutos.
4. Y pasaron los años y crecimos. Y fuimos perdiendo esa bonita costumbre de dedicar canciones, de adjuntar la letra en cartas escritas a mano, de grabar un casete con aquellas tonadas que te hacían pensar en ella o de hacer un disco compacto, con folleto improvisado diagramado en Page Maker de Adobe.
5. La última vez que icé bandera fue en cuarto de primaria, así que no me condecoran por mis méritos académicos desde 1990. No bailo lambada desde que estuvo en furor en 1989. Por ende, dejé de bailar lambada y me volví un mal estudiante.
6. Ella estaba parada en la puerta del centro comercial con un ramo de flores en la mano. Sacó de su bolso un libro que había hecho durante un fin de semana y en el cual había pegado algunas de nuestras fotos y muchas de las cartas que yo le había escrito. No sé si explícitamente me pidió una segunda oportunidad, pero sí trató de convencerme de que aún teníamos días bonitos por delante. Así como yo solía hacerlo, terminó sintetizándolo todo en la letra de una canción ajena. Era una canción de Julieta Venegas. Pasaron los años y crecimos.  Y fuimos perdiendo esa bonita costumbre de dedicar canciones.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Un problema de tiempo

Acabo de desayunar. Me preparé una tortilla de huevo con jamón, queso, cebolla, tomate y mucha pimienta. Delicioso el resultado. Pensé que hubieras disfrutado este desayuno, sobre todo porque todo llegó caliente a la mesa y al terminar de servir había lavado ya todos los utensilios utilizados.
Sé que no te gustaba mi torpeza en la cocina, ni que me costara tanto trabajo buscar fuentes alternativas de ingresos por fuera de la música; sé que no te gustaba que toda mi ropa estuviera vieja o que mis finanzas estuvieran tan desorganizadas. Sé que hubieras preferido un hombre que pensara más en su familia o su pareja y gastara menos tiempo en mirarse el ombligo, un hombre que estuviera decidido a vivir contigo y a construir todo aquello que uno sueña en la adolescencia pero que yo no estaba preparado para ofrecerte.
A mí me parecía que vivías tu vida de forma muy apresurada, que te trazabas planes inamovibles y que deberías ser más flexible.
Ahora que cocino bien y no dejo la cocina hecha un chiquero, ahora que mis finanzas están saneadas y tengo varias fuentes de ingreso, ahora que hago lo que puedo por ayudar en mi casa y que tú aprendiste a vivir la vida de forma más flexible y adaptable; te miro a los ojos y sé - sin dolor - que el futuro ya no tiene puertas abiertas para que crucemos juntos.
El nuestro fue un problema de tiempo, de cosas que necesitábamos aprender por separado y que ya no podremos aplicar juntos.
Un día prepararé tortillas de huevo con jamón, queso, cebolla, tomate y mucha pimienta. Una mujer disfrutará ese desayuno y la cocina ya estará limpia, y no tendrá que preocuparse porque mi ropa esté vieja o por los ingresos del mes que viene. Dormirá tranquila al lado izquierdo de mi cama y no sabrá - te aseguro que no sospechará nunca - todo lo que tendrá que agradecerte.




Long Gone - Chris Cornell (Scream - 2009)
Baby I used to watch your flowers grow. Now it's raining and all your petals turns to stone. I've been praying, I turn around and see my rose but you faded. You left me now it's time to go.
You're like a diamond and I'm like glass. Like oil and water we always clash. Sometimes my confessions are hard for me. I'll tell you now I'm setting you free.
That's why I'm long gone, long gone. You need to let me fly alone. (X3)
That's why I'm long gone, long gone. It may be to late our time is done.
Baby I think you've got your timing wrong, hating, exploring this while we're riding on. And it's crazy to think that I could be reborn if you saved me. Now it's to late and you'll never know.
You're like a diamond and I'm like glass. Like oil and water we always clash. Sometimes my confessions are hard for me. I'll tell you now I'm setting you free.

That's why I'm long gone, long gone. You need to let me fly alone. (X3)
That's why I'm long gone, long gone. It may be to late our time is done.

With broken wings (with broken wings) I can't fly (I can't fly) I'm gonna need you to save me, angel of mine. With broken wings (with broken wings) I can't fly (I can't fly) I'm gonna need you to save me, angel of mine.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Alimón*


*Con @misaelperalta
Nunca entendí la gracia de los lances al alimón. Los dos matadores se paraban frente al toro citándolo desde lejos y cuando este arrancaba abrían los capotes en sendas verónicas simétricas y opuestas que le dejaban al astado una sola puerta de salida por donde corría desorientado. Al lavarme los dientes recordé que Nevermind cumple 20 años esta semana y que se viene una edición de lujo de Achtung Baby y que fue también hace 20 años que salió el álbum negro al mercado... y Ten y Mama Said y Rex Mix y Gish. Tengo estos dientes - ahora amarillentos y reventados por el bruxismo - desde hace más de dos décadas. Me paso la toalla por la cara. Me siento un poco viejo.

La gracia, tal vez, de los lances al alimón puede aplicarse a la (tanta) vida. Por un lado, el tiempo sostiene una esquina del capote y por el otro el azar o el destino. La tela roja como telón y al otro lado, siempre, el día siguiente, el mes siguiente, el año siguiente. En el caso de los matadores y del telón, todo depende del toro: la belleza de su embate, la naturalidad de su fuerza. Sin embargo, nada rebajará la sensación de burla, la sonrisa del matador, la carcajada del tiempo. Hace 20 años todo era posible y el siglo agonizaba hacia su última embestida.

Te veo sonreír desde tu esquina de la cama y es un pequeño milagro en una cotidianidad espantosa. Pensaba yo que habías perdido la sonrisa para siempre, que dabas por sentado el café matutino, las palabras cariñosas, mirarnos a través del espejo del baño sin mediar palabra gracias al ruido del secador de pelo. Otra vez tengo 10 años, salto de un lado al otro en el patio de la casa en Chipre. Mi papá me ha dicho que si gano el año me comprará boletas para toda la temporada taurina. Le conté que Beto está en una escuela taurina porque quiere hacerse matador. Me dijo que si gano el año me dejará entrar a una escuela de lo que quiera el año que viene.

No fui matador, ni tiempo. Algo tenía que ver Nevermind, las mujeres que encontraba tras el capote y la espesura de las palabras que empezaban a nutrirme en esos días. Alguna forma tenía que encontrar de embestir con gracia, de salir airoso de la burla. En el espejo miro cada minúscula marca de mi rostro como una cicatriz de guerra y mis dientes como soldados cansados y avejentados. Creo que cada lugar de mi piel podría contar una historia que tus manos leen con paciencia. A los 10 años leía la Biblia entretenido y dejaba de poner atención en las clases por soñar con ser grande.

Suena el teléfono. Es mi mamá. Un día ella fue como tú, un día miró desde su esquina de la cama a mi papá y su sonrisa fue un pequeño milagro en una cotidianidad espantosa. Me cuenta desde la comodidad de su convalecencia que se recupera de forma satisfactoria, que aprendió a ver películas en Cuevana, que ahora le molestan los ojos y que sin gafas no logra leer los subtítulos, que se mira al espejo y ya tiene cara de abuela. Poco sé de mi papá por estos días. Él dejó de ir a la plaza cuando se acabó el dinero y yo cuando el espíritu empezó a pedirme cosas distintas. Luces fría, pero me despido con un beso en la frente como si fuera la última vez, como debe despedirse uno siempre.

Como debe renunciar uno siempre, porque realmente, el lío no está casi nunca en entregarse sino en renunciar al otro o a lo otro. Recuerdo que Pedro Zapata me decía alguna vez que tenía que haber siempre más amor al partir que al arribar. La vejez, además, de los otros. Siempre se las arrebatamos cuando nos reflejamos y nos proyectamos en esos gestos que son ajenos y nos hacemos preguntas sobre nosotros mismos. Mirar hacia atrás y hacia adelante es parte de ese ejercicio que nos desgasta el presente y hoy lucís tan oportuna...

No sé bien si soy yo el que espero que vuelvas o eres tú quien desea que yo regrese sobre mis pasos y te levante de la acera con un beso inesperado. Por ahora no veo más que luces rojas, fragmentos de láser que brillan bajo el ratón óptico y me guían en la oscuridad, un texto inconexo escrito a cuatro manos, narrado a muchas voces, que pretende dejar rastros de todo lo que ha sido esta mañana de ir y venir, de viajar en el tiempo y el espacio con cada parpadeo, de añorar deseos no identificados de besos y abrazos y demás.

Ya empieza la tarde y me he gastado la mañana en salirme de mí y mirarme desde afuera, mirar los reveses y las pequeñas alegrías. Acabo de lavar mis dientes viejos otra vez. Están un poco separados y su mordida no es del todo regular. Para mirarlos completos debo simular una sonrisa excesiva. Miro al espejo y pienso en volver dos décadas y decirle al niño que quería estudiar tauromaquia y que leía la Biblia que en una mañana como hoy iba a pasarse medio día en un texto inconexo. O no, mejor saltaría con él en el patio de la Casa de Chipre y no le hablaría del futuro o de la vejez, le miraría la sonrisa y me la grabaría. Seguramente le hablaría de tus labios y de tu calor, pero él no entendería. Le diría que sostuviera una esquina del capote, tú la otra. Yo, correría desorientado.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Hanging out with gay people

Entre beso y beso había espacio para un sorbo de vino, y entre vino y vino me confesó - entre risueña y apenada - que en muchas ocasiones se había hecho preguntas acerca de mi orientación sexual. Nos habíamos visto varias veces, casi siempre en fiestas. Yo andaba con un grupo de amigos abiertamente homosexuales y ella nunca me había visto acompañado por una mujer, casi siempre estaba bien perfumado, bien afeitado, bien peinado o cuidadosamente despeinado y mi ropa parecía ser escogida con precisión milimétrica. Así a cualquiera le entra la duda, creo yo. 
Pero a esas alturas del partido sus dudas ya estaban completamente resueltas. Digamos que lucía convencida y satisfecha.
He tenido contacto con la homosexualidad desde mi más tierna infancia. Gracias a algunos amigos cercanos del colegio y a personas de mi familia que quiero infinitamente, aprendí que cada persona es valiosa independientemente de a qué dedique su vida o con quien comparta o desee compartir su cama. Mi exploración espiritual reciente y la misma lógica de la naturaleza me han llevado a concluir que es espiritual y estadísticamente lógico - o al menos plausible - que un hombre sienta una atracción natural por otro hombre, que una mujer sienta una atracción genuina por una mujer o que existan individuos que se sientan atraídos por personas de ambos sexos.
Casi siempre cuento con risa esa anécdota en la que una vez los vecinos de San José dijeron que a mi papá después de viejo le había dado por andar con muchachitos, o que mi mamá se había llevado a su novia a vivir a la casa (cuando en realidad se trataba de una empleada de su restaurante cuyo rancho viejo estaba a punto de ser arrastrado por la corriente del río en el barrio La Playita).
A cualquier manizalita promedio le aterraría la sola idea de pensar que a sus espaldas están diciendo o se están preguntando si es o no es homosexual. Yo no veo la necesidad de cambiar de amigos por desmentir rumores. Recordemos que el significado original de la palabra gay en inglés es alegre. I'm so gay! Que digan lo que digan, que se pregunten lo que quieran. Más de 1.500 especies del reino animal presentan comportamientos homosexuales y todos nosotros - como simples primates habladores que somos - algo de maricas tenemos por dentro.

martes, 20 de septiembre de 2011

Bathwater

But I still love to wash in your old bathwater,
love to think that you couldn't love another, I can't
help it... you're my kind of man.
Ya sin la más mínima intención de compartir mi vida con ella, de ofrecerle todo lo que en algún momento puse a su disposición; me seguía preguntando cómo podría una mujer preferir estar con un hombre que la menosprecia y la irrespeta cuando podría estar con uno que la trata como a su par. 
Ah, pero la vida sabia nos da señales y si bien aún no entiendo cómo puede una persona cuerda sostenerse en dicha situación a pesar de todas las señales sí recordé que alguna vez fui yo quien ofreció mucho menos de lo que recibía y quien manipuló una mujer de forma casi inconsciente pero igualmente disfrutada. 
Y lo recordé gracias a un ejercicio de esos inútiles que a veces terminan estimulándole a uno la creatividad o removiéndole los escombros de la memoria. El aparentemente anodino Reto Musical de 30 Días me preguntó hoy qué canción me hacía sentir culpable y recordé el momento en que sus dientes grandes y sus mejillas pecosas se acercaron a mí oído en la sala de edición de televisión de la universidad de Manizales y (después de haberla tratado con desdén, viéndome ya completamente feliz con otra mujer a la que amaba sin medida) me dieron a entender con una canción de moda que en cualquier momento podría regresar a tocar su puerta y que ella - sin dudarlo - me dejaría entrar.
Ponerse en el lugar del otro es la mejor forma de entender qué es lo que sucede. Me pasaré la tarde con una sonrisa perversa en los labios recordando los días de No Doubt.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Comentarios Inútiles 27

1. Odio la melosería. La odio con todas las fuerzas de mi corazón. Existe una diferencia bien grande entre demostrar el afecto y enmascararlo; y me parece que la melosería sirve más al segundo propósito que al primero. Conozco parejas que se hablan como tarados enternecidos juntando sus bocas, aún cuando casi no se toleran mutuamente, conozco madres de familia que se refieren a sus hijos usando sobrenombres para bebés en vez de utilizar sus nombres de pila cuando envidian - en secreto - la vida de la mujer soltera. Tengo allegados que de forma abusiva me llaman "Mi Juan" o "Mi Cosmis", cuando realmente les importa un pepino lo que pase por mi vida. Odio la melosería. Me enferma la idea del amor que tienen muchas de las personas que tengo a mi alrededor. Atravieso un periodo intolerante y lo disfruto.
2. Llegó hace unos meses a la oficina con el ojo izquierdo morado. Durante dos semanas trató de disimularlo usando maquillaje y dijo a su hijo - así como a nosotros - que unos ladrones la habían golpeado por robarle el bolso. Milagrosamente no se llevaron sus documentos.
- "Descarados... golpear una mujer de ese tamaño y esa contextura, que muy seguramente no ofreció ningún tipo de resistencia y que no reviste amenaza ni siquiera para un tipo tan flaco y pequeñín como yo." Esa fue mi primera opinión. 
Después empecé a sospechar que lo del atraco no era cierto. Esta semana llegó con evidencias de maltrato; con dos pequeñas líneas verdes bajo los ojos. La vi llorando y las paredes me contaron que su novio (el padre de su hijo) era el responsable. Comenta una de las mujeres mayores en la oficina que un hombre maltratador no es una buena persona, que nunca será una buena pareja, que nunca será un buen padre; que ninguno de los casos de homicidio a la pareja se presenta sin un antecedente de maltrato. Dice la afectada que el victimario le pidió perdón, que juró nunca volver a hacerlo. Mi simpatía por ella se fue el piso, porque me pongo del lado de los oprimidos pero nunca de los tontos, nunca de quien propicia y justifica su propia opresión. Espero no encontrarme su foto y su nombre en un periódico amarillista dentro de unos años.
3. Carlo Rizzi recibió una tunda memorable de manos de Sonny Corleone y no era para menos. Carlo estaba advertido: "La próxima vez que toques a mi hermana te mato". Así que cuando Carlo volvió a golpear a Connie - que estaba embarazada - Sonny salió a cumplir con su amenaza y fue asesinado por los enemigos de Don Vito. Michael, que tenía la sangre fría de la que carecía su hermano mayor, supo esperar con paciencia y se vengó de los asesinos de Sonny, de los enemigos de Don Vito y del traidor de Carlo Rizzi. 
Yo sé que uno no debe tomar la justicia por mano propia y que de eso se encargará el universo, el karma o Dios (de la justicia ni hablemos y menos si es de la justicia colombiana), pero no quiero imaginar de qué sería capaz si alguien llega a tocar a mis hermanas. Me confirman las fuentes que la mujer maltratada y mencionada en el comentario número dos no tiene hermanos.
4. Yo y mi trabajo como escritor de variedades parecemos constituir una parte antagonista de mí mismo y el trabajo que desempeño tocando con Gatoblanco; como si el escritor amarguetas y anodino fuera la contraparte del aspirante a estrella de rock. Pero el comentario no era ese. El comentario iba dirigido a contar que esta semana estuve escribiendo una biografía corta de Miguel de Cervantes Saavedra y no sabía yo que el tipo - y su familia - hacían parte de un grupo llamado de "judíos conversos". Estos judíos, que gracias a la presión del estado se había convertido al critianismo, no gozaban de los privilegios que beneficiaban a la ciudadanía cristiana española de mediados del siglo XVII, pero sí podían ir a la guerra de defender a la madre iglesia, como lo hizo Cervantes en la famosa batalla de Lepanto donde perdió toda la movilidad y funcionalidad de su mano izquierda. Cervantes no pudo acceder a ciertos estudios, ni pudo viajar a América (como alguna vez lo solicitó) por el hecho de provenir de una familia de judíos y la actividad de recaudador que desempeñó para la corona estaba reservada a personas de este grupo, aunque se desconfiara de ellos por naturaleza. Esa pelea que tengo yo cazada con el papel histórico de la iglesia católica sigue armándose de argumentos. Procuraré no volver a sacarlos a relucir en la reuniones familiares, para evitar que se se me venga encima la Liga Santa y me saquen de la casa así como Cervantes y sus amigos sacaron a los otomanos de bendita la Europa cristiana.
5. La gente twittea sobre Nadal y Djokovich, hablan del Barça, del Real Madrid (dicen hala y no sé a qué se refieren), hablan del Inter, del Milán, de Mou, de Pep, de Cesc... quisiera organizarlos en una lista nueva y aislarlos, pero entonces me perdería de ellos cuando dicen cosas interesantes. Supongo que Twitter funciona como la vida y uno - si quiere a alguien - se lo aguanta por las cosas buenas, así hable de fútbol y de cosas que a uno no le gustan. Al menos esas personas que sigo en Twitter son coherentes y no hacen reclamos por los conciertos de rock o por Miss Universo, diciendo que esos recursos podrían utilizarse en alimentar a los niños pobres.
6. A mí no se me olvida - cuando veo un partido de fútbol - que todos esos tipos que corren detrás del balón y sudan como caballos apestados, son multimillonarios.
7. Imposible que a un senador de la república no le alcance el sueldo para tanquear su(s) carro(s). Imposible.