viernes, 18 de diciembre de 2009

Un Millón de Años Luz


Supongo que ella no debe recordar el día en que le dediqué esta canción. Yo tampoco lo recuerdo, sólo sé que había una carta de despedida en la cual - sin rencores - le decía que estaba bien que me hubiera dejado, que tarde o temprano ella iba a volver a la situación habitual de su mal novio y que si no le gustaba que la trataran bien entonces estaba tomando la decisión adecuada.
Tendría entonces 16 años recién cumplidos y, en vez de sentir que el mundo se me venía encima, me sentí liberado. Por primera vez dedicaba una canción y no era propiamente una canción de amor. Tomé el vicio de escribir cartas a "mis" mujeres. Solía acompañarlas casi siempre con la letra de una canción porque así es como hablo yo, con palabras pero sobre todo con música.
Soda Stereo estaba a punto de separarse y yo - con el corazón roto por la mujer y por la banda - estaba en plena apoteosis sodera.
Empecé la carta con las palabras mágicas: "No vuelvas".
No sé si el portero del edificio finalmente le haya entregado mi carta, si su novio la haya recogido y se hayan divertido juntos leyéndola, si finalmente el texto llegó o no a sus manos; pero para mí ese día se rompió algo y lo reparé con una canción prestada. Aún hoy, 12 años después no dejo la costumbre. A las mujeres les hablo con canciones, bien sean mías o ajenas.
Esta mañana pensé en esa dedicatoria y en mi firme intención de nunca volver a hablar con ella.
Años más tarde volvió a buscarme. Supongo que no entendió el mensaje. Sin embargo yo no estaba tan lejos de casa como pensaba y me decidí a abrirle espacio en mi vida de nuevo. Volvió a dejarme por los mismos motivos. Supongo que hay mujeres a las que no les gusta el buen trato.
¡Vete nena!, pensé. ¡Vete lejos y no vuelvas!
Qué alivio sentir que la tontería adolescente se fue y que probablemente no va a regresar.

martes, 15 de diciembre de 2009

Bad Sun

Otro día de aquellos en los que uno se despierta y la magia de iTunes le pone la canción indicada, el himno perfecto para el momento, la banda sonora de lo que estás pensando, de lo que estás sintiendo, de ese 'nosotros' con el que soñaste anoche. Quieres compartir la canción, ¡demonios! ¡Quieres compartirla! Buscas el video y te encuentras con una belleza de película casera, pixelada y de baja calidad. ¡Qué bonito cuando la gente reinterpreta la música y la convierte en la banda sonora de su vida y suelta la creatividad y sube videos a Internet que no tienen nada que ver con la intención original del tema!
¡Santos frijoles saltarines, Batman! ¡El nuevo oráculo del mundo es la tecnología!
Saltemos de esta silla, dejemos el computador apagado. Salgamos a la calle a que nos bañe un poco el sol.

The Bravery - Bad Sun
We are lies like the summertime
Like the spring we are such fools
Like fall we are false prophets
Like winter we are cruel

I don't know what's wrong with us
They just made us this way
There's a hole in you and me
That pulls us together

And I don't know where we belong
I think we grew under a bad sun
I know we're not like everyone
You and me we grew, under a bad sun

Every day you bring me pain
And we savor it like rain
We hold it on our tongues
Just like wine

Someday back when we were young
I guess something just went wrong
The two of us are hung
From the same twisted rope

And I don't know where we belong
I think we grew under a bad sun
I know we're not like everyone
You and me we grew under a bad sun [2x]

You and me we grew under a bad sun

sábado, 12 de diciembre de 2009

En Technicolor

Presione PLAY antes de empezar a leer.

Está bien que cada vez entiendas menos los prejuicios del mundo. ¿Por qué afirmar que Fulana es mala vibra o que Pepito es un perro si no tienes el conocimiento suficiente para hacerlo? ¿Por qué hablar mal a espaldas de los demás, por qué recriminarse mutuamente por cosas que hay que dejar en el pasado? Me tomó muchos años de mi vida darme cuenta que los defectos de los demás realmente están en mi cabeza, que el daño que me hicieron hace años me sigue doliendo porque quiero, que los amores se acaban y uno debe dejarlos morir tranquilos, que hay cosas que no son mi asunto y que el planeta no gira a mi alrededor. La vida hay que vivirla con la felicidad como estado por defecto. ¿Para qué vivir de nostalgias si somos jóvenes y lo mejor siempre está por venir? Hasta luego vida mía, ese adolescente noventero está enterrado en el pasado, sobrevivió a los 27 sin pegarse un tiro y ahora se decidió a ser feliz por encima de todo y a pesar de cualquier circunstancia adversa. La vida hay que vivirla en Technicolor, como en un cuento de Octavio Escobar Giraldo o como en una canción de Coldplay. Los buenos no son buenos y los malos no son malos como en las películas de Cantinflas, la gente tiene aristas y colores como los personajes de Chespirito. Hay tanta gente allá afuera por descubrir, tantos misterios por descifrar, tantas curiosidades por calmar, tanto por aprender y tanto por enseñar. La vida hay que vivirla en Technicolor, Juanito, sobreviviste a los 27 sin pegarte un tiro y el camino está abierto frente a ti y ya diste los primeros pasos.

martes, 1 de diciembre de 2009

Comentarios Inútiles V – Edición de Navidad


1. Podría ser el primero de diciembre, tal vez, el segundo día más feliz del año, después del 22 de agosto. Me encantaba armar el árbol, aunque fuera apenas ese pequeño arbustico de inmundas flores rosadas que teníamos en mi casa y que había que acomodar en un matero porque siempre tuvo las paticas dañadas. El pesebre los armábamos alrededor del 15, cumpleaños de mi abuelo, y luego las novenas y el niño Dios y los aguinaldos. Y yo no olvido al año viejo, y después las ferias (desfiles, corridas) y me quedaban un par de semanas de ocio antes de volver al colegio.
2. La magia se duplicó en mi casa con Paula y Luisa. Destapaban sus regalos con la felicidad y la ilusión que sólo tienen los niños pequeños. Sus ojitos pequeños brillaban y Manolo y yo ya nos sentíamos grandotes, maduros, dos hombres al lado de ese par de muñequitas indefensas y preciosas. Cuando llega diciembre comienzo a extrañarlas. Me dan ganas de verlas destapando regalos.
3. En la navidad de 1996 Mauricio y yo gastamos varias semanas haciendo en icopor y cartón paja unas casitas para el pesebre de mi casa, al que queríamos darle un look desértico con aserrín y arena en vez del típico papel encerado de siempre. No sé cuántas veces escuchamos Rubber Soul en mi grabadora Aiwa, pero oír ese álbum siempre me devuelve a diciembre del 96, a Mauricio, al cartón paja, el bisturí y la lija. No logramos terminar el pesebre antes de que comenzaran las novenas que hacíamos con los amigos de Chipre. Cuando llegaron a mi casa Leo, Ronald, Berrío, Víctor, Marcelo, Mosquera, Capetto y los demás, Mauricio y yo seguíamos lanzando aserrín sobre un Belén inconcluso.
4. Diciembre 8, también en 1996. La noche anterior había estado en una fiesta de quince años de esa chica de la que estaba enamorado (¿o creía estar enamorado?) y tenía el corazón en la boca al saber ese amor imposible por siempre. Mi papá llegó a la casa y nos regaló aguardiente. Mis amigos tomaron. Yo no. Después de un rato me entregó las llaves del carro y dijo: - Váyanse a dar una vuelta. Creo que estaba con Mauricio, Leo y Marcelo (acaso también con Lucas). Bajamos a Villa Pilar y volvimos a subir en ese poderosísimo Renault 19. Pusimos Veracruz y sonó “Drive My Car”. Podría ser un milagro navideño. Rubber Soul fue la banda sonora de ese fin de año.
5. Mi infancia se acabó con la muerte de Lucas. Esa navidad, antes de su inesperada partida, fuimos todos muy felices. Celebramos el cumpleaños de Leo con una fiesta sorpresa. Bailamos en el garaje de su casa. La vida era una despreocupación continua y natural. Llorábamos por chicas que a los 15 días habíamos olvidado. Todo iba y venía muy fácilmente.
6. Diciembre 8 de 1997. Rompemos la formación por pelotones y nos acomodan de acuerdo al colegio del que venimos. Los del LANS nos ubicamos al lado derecho. Cantamos el himno del colegio, unos villancicos improvisados. El Teniente Guerrero nos da las órdenes – “¡Prender las velas!” “¡Pensar en sus mamás, que están en las casas llorando por ustedes!”. Es una mala noche para conocer el significado de la palabra odio.
7. Diciembre 8 de 2001. Ahora todo consistía en ir a tu casa a comer helado y bailar un poco. Paula, Diana, Mónica, Diana Pineda, Mauricio, Santiago, Edwin, tus amigos de la universidad. Yo no me podía acostumbrar a tener de nuevo el pelo corto, a esa pinta de niño bueno con la que trataba de darte gusto. Pero eso me hacía feliz. Era muy feliz, fui muy feliz cada 8 de diciembre de ahí en adelante.
8. Diciembre 31 de 2002. Ya van a ser las 12:00 y estamos en la casa de mi abuela Cecilia. Cristina y Charlyz están conmigo porque saben que me voy de Manizales. No hacemos mucha bulla porque Sarita, recién nacida, duerme. Suenan las campanas y mi familia se junta en abrazos. Siempre lloro y esta vez no es la excepción. Cristina trata de calmarme pero es inevitable. Me duele todo el cuerpo, cada fibra. Sabes que soy terriblemente nostálgico. Sé que voy a extrañarlos mucho.
9. Adoro a Bogotá con todas las fuerzas de mi corazón. La adoro todo el año, pero en diciembre empieza a picarme. La navidad bogotana es fría y aséptica si la comparamos con la navidad montañera, alegre y festiva de Manizales. Bogotá no huele a fritura, no huele a la natilla de mi abuelita Cecilia, no huele a la leña en la terraza de mi abuelita Aceneth, no suena como suena la raspa en Manizales, no es un presagio de feria. Bogotá no me es familiar, no me recarga las pilas, no es Naranjo, no es Ramírez, no es Pinilla, no es nada de lo que necesito ser en diciembre. No es un recorrido afanado por todas las casas para desear un feliz año nuevo antes de que sean las 12:00. No es abrazarlos a todos y luego escapar para ver el primer amanecer de enero junto a mis hermanos, los del LANS, los que prendimos juntos las velas y conocimos esa noche de diciembre el significado de la palabra odio, los que podemos dejar de vernos todo un año pero sabemos que podemos alzar las manos frente al sol y cantar con voz ronca: “It’s a beautiful day”. Llegó enero, es hora de volver a comenzar.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Gatoblanco + Videoclip + Todo el Mundo = Corazón


Gatoblanco, la reconocidísima y querídisima banda Colombiana originaria de Manizales, realizará el videoclip de Corazón y quiere que toda la comunidad Gatuna haga parte de él. ¿Qué hay que hacer?

* Todos y cada uno de los seres que quieren, conocen, siguen y oyen la música de Gatoblanco pueden participar. Como decía Cosmo, la idea es hacer un video colaborativo en el que Gatoblanco seamos todos. Así pues, ya saben que pueden grabarse o fotografiarse con o sin la banda, cantando o bailando o haciendo lo que quieran durante las fechas estipuladas para los conciertos (el Jueves 3 de Diciembre en Bogotá y el Sábado 5 en Manizales).

* Sin embargo, como es un video que saldrá en televisión y posiblemente (algún día, ojalá!) haga parte de los innumerables y maravillosos dvd's coleccionables de Gatoblanco, la banda y el equipo de producción del video debemos asegurarnos de que todo se haga de la forma más correcta posible.

* Así las cosas: el día de los conciertos estaremos entregándoles un papelito para que firmen y nos autoricen a usar las imagenes que de ustedes grabemos, en el video de Corazón.


* Además, para quienes se graben o se fotografíen durante el concierto y nos hagan llegar el material también habrá un papelito que tendrá esa misma información más otra en la que nos autorizan a usar las imágenes que ustedes grabaron.

Así, lo único que queda es esperar al día del concierto, disfrutar del espectáculo y prepararnos para, entre todos, hacer un conciertazo que quedará registrado en el próximo video de Gatoblanco.

PS. Las boletas para el concierto están a la venta vía online y a domicilio. Informes en info@gatoblancoonline.com y en los perfiles de la banda en Facebook y Twitter.

Atte.

Richitelli / Director.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ni con el pétalo de una flor

Me llamó la atención esta mañana el discurso vía Twitter de Sebastián Yepes sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Y me llamó la atención por tres motivos, que quisiera destacar de forma pública:
1. Sebastián es un alma genuinamente buena, un espíritu naturalmente bienintencionado y los que lo conocemos (personalmente o a través de la música) debemos apreciar y aprender de esa riqueza espiritual. Su preocupación por las causas justas y por el bienestar general de la humanidad es sincero. En tiempos en los que ser bueno es una tendencia cool, admiro que Sebastián lo sea de verdad y se muestre ante el público tal como es. Mis respetos, mi admiración y mi cariño por eso.
2. La violencia contra la mujer me parece un atavismo tan condenable como la segregación racial; una cosa tan ajena a nuestro tiempo como el feudalismo o la antropofagia. Es increíble, pero es cierto y es una realidad que debemos eliminar. Creo que la violencia física es el arma de los mentalmente escasos, de los intelectualmente débiles, de los pobres de espíritu, de los inseguros, de los que no pueden hacerse entender con palabras. Y no es un fenómeno exclusivo de los estratos bajos, o de las personas que no tienen acceso a una educación básica. Infortunadamente el maltrato permea todos los estratos y niveles educativos.
3. La continuidad del maltrato físico a la mujer es una culpa compartida por el victimario y la víctima. ¿Se acuerdan del caso de Lissette Ochoa, golpeada por su esposo, contraportada de la revista Soho en agosto de 2006? ¿Se acuerdan del escándalo, de la demanda, del proceso de divorcio? ¿Se acuerdan de las fotos de Rihana golpeada por Chris Brown a principios de este año? Bueno, pues ambos casos - después del escándalo mediático - terminaron en reconciliación, en perdón y olvido. Y es precisamente por ello por lo que el fenómeno del maltrato físico a la mujer se mantiene. Así que el discurso no debe centrase sólo en culpar a los hombre trogloditas y violentos, sino también en llamar la atención de las mujeres que aceptan su papel de víctimas con resignación y en silencio, perdonándolo todo en nombre de la dependencia y la inseguridad que se disfrazan de amor (el amor es otra cosa, creo yo).


Como decía Sebas esta mañana en Twitter, las mujeres son nuestra inspiración, nuestra fuente de vida y muy seguramente nuestra perdición. Ojalá las parejas aprendieran, en este siglo XXI, a amar de forma más espiritual y civilizada. Y como dice el viejo y conocido refrán... "Ni con el pétalo de una flor".

martes, 24 de noviembre de 2009

La Nariz Perfecta



Bipolar, inestable, conflictiva. Muy creativa eso sí. Muy brillante. Y además tenía la nariz perfecta.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Gatos


1. Lo de los gatos es un gusto heredado (casi siempre), accidental (en otros casos), o una mezcla de ambos (como en mi caso). Yo aprendí a quererlos gracias a Ágata, la gata de Cristina y a su familia; que dicho sea de paso no era una gata muy simpática. Sin embargo, mi verdadera obsesión comenzó una noche de abril de 2002: Aníbal, el perro de mi casa había sido atropellado por un Mazda 626 que cruzaba a toda velocidad por “falda plana”, la calle en que yo vivía en Chipre. Empecé a reflexionar sobre el karma y cosas así y me preguntaba si el figlio di puttana que había matado a mi perro sentiría algún remordimiento esa noche al dormir. Un par de semanas más tarde, salí de la casa de Cristina casi a la media noche. Un gato negro se atravesó a la salida y se quedó mirándome fijamente, con una expresión que aún hoy en día no puedo descifrar, no sé si era susto, enfado, enojo, o alguna clase de advertencia en el lenguaje propio de los gatos. Supuse que sería uno de los amantes de Ágata que querría entrar a buscarla. Me monté al carro, prendí el equipo a todo volumen porque estaba estrenando mi copia en CD del Zooropa, y me fui para Chipre. Me fui para Chipre feliz. - - - Decido irme por terrazas de Campohermoso: “She wore lemon to colour in the cold grey night”. Voy por el carril izquierdo para esquivar un taxi parqueado junto a la acera. Detrás de mí viene otro taxi. No vamos muy rápido. Cerca de la loma por donde baja uno a la Universidad de Manizales un gato salta del separador a la calle. No tengo tiempo de frenar así que intento hacer que el carro le pase por encima sin que las llantas lo toquen. Hablamos de fracciones de segundo. El gato se queda quieto y sus ojos enceguecidos brillan por las luces del Ford Festiva 98. Voy a lograrlo. Voy a pasar por encima y el gato regresará tranquilo a su casa. El gato trata de regresar al separador. Siento como las llantas del lado izquierdo pasan por encima de su cuerpo. Tengo ese sonido clavado en la parte trasera de mi cerebro siete años después. Si freno el taxi de atrás va a golpearme. Quiero detenerme a ver qué puedo hacer. Miro rápidamente por el retrovisor a ver si el gato se mueve, a ver si puedo salir corriendo con él a una clínica veterinaria, como lo había hecho con Aníbal un par de semanas atrás. El taxi logra esquivar el cuerpo del gato tirado en la avenida. El disco de de U2 reinicia sus giros después del golpe. ¿Para que me detengo? Llego a Chipre temblando. Me acuesto y me cuesta trabajo dormirme.
2. Dos días después de haber atropellado ese gato atigrado en Campohermoso fui con Cristina a La Linda y saqué de su casa materna a Fiona, mi primera gata, mi primer amor. Fiona tenía los ojos delineados como una reina egipcia. Como pensaba que era un gato lo llamé Ramsés I. En su primera visita al veterinario tuve que cambiarle el nombre. Fiona murió año y medio más tarde, envenenada por una vecina envidiosa. Yo ya vivía en Bogotá y mientras ella agonizaba en Chipre yo no lograba dormir tranquilo en Chapinero.
3. Tengo la particular característica de encontrar gatos donde voy. La única ciudad que he visitado y en la cual no he visto un gato en la calle durante la noche es Cúcuta. ¿Será que no les gusta el clima? ¿Será que de noche los gatos cucuteños salen enfiestarse en Venezuela?
4. Los gatos de mis amigos son mis amigos. Me encanta la timidez de Dallas, la inquietud y la actitud demandante de TanGo, la distancia que guarda Amelia, el caminar maltrecho de Moisés, la agresividad pasiva de Úrsula, la dulzura de Melchor, los baños que me da Keiko.
5. Los gatos difuntos o perdidos son como amigos que se lleva el tiempo y cada uno deja huellas imborrables e historias que sólo los amantes de los gatos pueden entender. Es una lástima que Negro se haya ido detrás de una gata y nunca haya regresado. También procuramos darle una buena vida a Otto VonBismarck, un bebé-gato que nos encontramos en los jardines exteriores del Centro Comercial Parque Caldas, con los bigotes recortados y que durante su vida adulta en Pereira no pudo superar sus traumas infantiles. Soda (que venía de San José, Caldas) iba a ser mi segunda gata, pero con el paso de los meses le crecieron unos testículos gigantes (cuando ya era demasiado tarde para cambiarle el nombre por uno masculino). Antes de saltar del quinto piso en que vivía se dejó tomar unas fotos que a la larga nos sirvieron para ilustrar el folleto de Empezar de Cero.
6. Una vez Cristina me dijo que alguien le había dicho que existía una conexión entre el gusto por los gatos y algunos desórdenes psicológicos. Lo que yo sí tengo claro es que las personas que tienen gatos y los aman son distintas a aquellas personas que prefieren pasar su vida al lado de perros. Esta mañana leí que un estudio publicado en 2006 afirmaba que el Toxoplasma Gondii, presente el las heces de los gatos y en la carne cruda podría estar asociado a un incremento en el riesgo de desarrollar esquizofrenia. Por ende, la imagen de la loca de los gatos de Los Simpson no está muy lejos de una realidad plausible.
7. ¿Alguien ha leído Una Luz en La Ventana de Truman Capote? Está en Música para Camaleones. Si creen que están en riesgo de obsesionarse con los gatos les recomiendo su lectura.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Recién Cansado


Anoche le decía a Manuel que estoy harto. Necesito unos días alejado de la presión, de Bogotá, de mi gato pidiendo comida, de las pizzerías de la 45, del agobio de saberme atrapado en mi propio invento. Del dilema diario del cómo pagar las cuentas. De la culpa, de la tortura de haber tenido lo que quería y haberme deshecho de ello por un deseo autodestructivo que no logro comprender.
Quisiera que fuera enero. Enero es como los lunes y los lunes me encantan. Quisiera estar sentado con Charlyz, con Mauricio, con Beto, con Jose, con Santiago, con Misael, con cualquiera de esos tipos que me son útiles única y exclusivamente porque me ofrecen amistad, porque oyen mis cuentos y a cambio yo escucho los suyos.
Quisiera estar viendo un atardecer en Chipre, bajo una tarde soleada en la Plaza de Toros, quisiera estar tomándome una cerveza sin pensar en nada; con ese sentimiento playero que sólo me da Manizales. Quisiera estar acostado viendo televisión con mi mamá, hablando con mi papá de cualquier cosa, en cine con mis hermanas, bailando con alguna tía o alguna prima, comiendo cualquier cosa preparada por mi abuela Cecilia, o en la terraza de mi abuela Aceneth, o abrazando a todo el mundo porque son las doce y "yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado muy pero muy cansado".

lunes, 16 de noviembre de 2009

Sam's Town



5. For Reasons Unknown
Y estás ahí, en esta noche helada, desmoronándote frente a mí sin tener la más mínima idea de cómo te deshaces, de cómo te deformas, de cómo todo lo que rápidamente sentí por ti se convierte en pasado con el sonido fuerte de mis entrañas que gritan y con toda la fuerza de mi bruxismo.
Eres hermosa y eso es inevitable, y llegué a pensar que eras lo que necesitaba, pero súbitamente y sin explicación alguna entiendo que aparentemente estaba equivocado. Que eres un resplandor en la noche, que este no es el momento propicio. Estoy en un concierto de The Killers y no sé si es Londres, el Jaime Duque o la sala de una casa. Y Brandon Flowers tiene la respuesta, y me la entrega en un discurso corto: Have you people ever loved somebody? Sometimes it comes very quickly and very easily. As easy as the way a beautiful English girl’s hair flows across her shoulder. Sometimes it dissapears just as quick. You wake up one morning, the butterflies stop fluttering, the moon’s not so romantic as it used to be, but you wanna back, and you wanna fight for it, you wanna breathe that fire again, so you call for it, you call out: Oh, oh, oh! Oh, oh, oh!
Apago el DVD y el televisor. Es hora de dormir.

6. Read My Mind
A veces es difícil creer. Y para mí es difícil creer que el amor que nos tuvimos durante tantos años se haya apagado finalmente. ¿Cómo puedo esperar que los demás lo crean, cómo puedo esperar que esa chica confíe en mí si tu fantasma se pega a las paredes de mi habitación, al cuello cansado de mi memoria, a las conversaciones en que mis amigos mencionan tu nombre una y otra vez?
Me pongo los tenis, la sudadera, la camiseta blanca, conecto mi MP3 y salgo a trotar por la Colina Campestre. Es una tarde bonita y el sol me golpea la espalda. Voy a sudar mucho durante estos 20 minutos. ¿Acaso sabes lo que estoy pensando, acaso te imaginas los discursos que se escriben paso a paso en mi cabeza? No puedo simplemente trotar, necesito correr a toda velocidad. Sacando mi rabia, liberando endorfinas. ¿Es cierto que ese amor definitivamente está extinto? Parece que sí. Parece que esa historia hermosa tuvo un final simple y prosaico. Por ahora sólo puedo correr, correr a toda velocidad, huir del pasado que me quiere tomar por los talones, que quiere hacerme resbalar, que quiere que caiga sobre las calles polvorientas de la 138 y me raspe las rodillas, y sangre un poco mientras cae la tarde.
De una cosa estoy seguro: me conoces como nadie pero no tienes idea de lo que estoy pensando. Oh, Baby! You can’t read my mind!

08. Bones
Te propongo que nos veamos esta noche. Quiero que nos sentemos a tomar ron y nos descubramos despacio. Quiero que tus gatos nos vean conversar y sean testigos de un beso largo. Te propongo que nos acostemos desnudos a ver qué sucede, qué nos va deparando el destino.
Te propongo que me dejes escuchar tu risa extravagante. Que le des rienda suelta a los deseos de tus manos, que nos despertemos con más preguntas que respuestas en la cabeza. Que mañana llames a tu mejor amiga y le cuentes cómo se siente el chocar de tus huesos contra los míos, a qué sabe mi boca, qué expresión tengo cuando estoy dormido de lado dejándote encajar en el hueco que queda frente a mí en esa cama.
Te propongo que nos despertemos temprano para que llegues a tiempo a la oficina, que te acuerdes de mí en tu almuerzo solitario, que me llames al final de la jornada laboral a ver si ya se me quitó la gripa. Que metamos el acelerador a fondo a ver si chocamos un poco, a ver si sacudimos tanta soledad, a ver si le inyectamos emoción a nuestras vidas. ¿No es eso lo que quieres? ¿No quieres mi piel en tu piel? ¿Mis huesos en tus huesos?

jueves, 12 de noviembre de 2009

Zeta


No creo en el amor a primera vista, pero fue algo así. La jaula tenía tres gatos iguales. Dos extrovertidos que clamaban por atención y un tímido que se quedó al fondo esperando entender lo que pasaba. Tenías las naricita negra y las orejas grandes. Tu pelaje atigrado no me pareció de lo mejor. Ella dijo que ibas a ser un gato muy bonito, así que decidimos sacarte de la ADA en una cajita de cartón después de llenar todos los papeles de adopción. Era la tarde del sábado 17 de noviembre de 2007. Te llamamos Zeta incluso antes de tomar el taxi. Sabía que iba a ser otra vez esa entrega, ese deber, esa responsabilidad de tener que mantener arena, comida y agua aunque la situación económica no fuera la mejor. Si pudieras entender lo que digo te lo explicaría todo. Te contaría que te llamas Zeta por un músico que admiro mucho y que por culpa de ése Zeta tuvimos esa primera fiesta en la que te amaneciste con nosotros, que Catalina te trajo esa pelotita de luces que te fascinaba, que me la paso frente a un computador porque así es como la gente consigue el dinero para comprar comida y pagar la arena. Te explicaría que, aunque pienses lo contrario, yo no soy un gato y la mejor forma de demostrarme tu cariño no es morderme la base del pulgar. Te explicaría por qué razón en esta casa siempre hay música, por qué Sebastián se divierte tanto haciéndote hablar, por qué Manuel se empeña en quitarte el collar rojo a toda hora, por qué Isabel te dice gordo, por qué Cristina no ha vuelto a visitarte pero siempre pregunta por ti.
Si me entendieras tendría que enseñarte la diferencia entre el bien y el mal y tendría que preocuparme por tu educación, tendría que tratar de controlar tu peso, tendría que exigirte cosas para las que no estás hecho, tendría que contártelo todo y serías mi mejor amigo.
Pero solo estás ahí dormido y en unos minutos abrirás los ojos para lanzarme preguntas de color verde, y me dirás sin palabras "aquí estoy", y te levantarás entre alegatos a buscar agua y comida y al pasar por el supermercado traeré tu bolsa de galletas y me recibirás entre maullidos, diciéndome que sonó el teléfono, que estás harto de estar solo, que tal vez el collar está muy ajustado, que si pudiera entender lo que dices me lo explicarías todo.

martes, 10 de noviembre de 2009

En Camino



Cierro los ojos y lo recuerdo todo claramente. Bajamos a toda velocidad desde Termales del Otoño, la noche de enero en Manizales está clara y la carretera está desocupada. Vamos dejando atrás las montañas, el frío, las vaquitas. Estamos en camino y es una revelación hermosa: Las canciones, al igual que los libros y las personas, te llegan en el momento indicado. Charlyz requiere una dosis de optimismo y le sube todo el volumen al equipo viejo del Mazda 323: “Quiero sentir tu cuerpo acercándose, quiero encontrar un paraíso y no volver”.
Abro los ojos: Qué más da si tu dinero se demora, si tu canción no llega al número uno, si tu disco se queda en los estantes, si los que dicen ser tus socios entorpecen tu trabajo, si esa chica te enseña cómo funciona el freno de mano cuando tú metiste el pie derecho a fondo en el acelerador, qué más da si otros van más rápido, si otros se ganan los premios que tú mereces, si ese amor que soñaste se desvaneció con el tiempo, si un hampón te metió la mano al bolsillo y se llevó en un segundo tu objeto más preciado, qué más da si todos los días hay que pelear con la vocecita interior, qué más da si no vas tan rápido como quisieras.
Estamos en camino. Lo importante es estar en camino. Hacer algo todos los días con el fin de lograrlo. Verás como en un solo instante el universo conspira, y te ganas los premios que mereces, y el dinero llega hasta la puerta de tu casa, y la chica suelta el freno y vas tan rápido como quieres y es una noche de enero en Manizales, y vas dejando atrás las montañas, el frío y las vaquitas, y cantas a todo pulmón con tu gran amigo: “No me asustan los desvíos, los puentes, sólo quiero seguir acercándome, quiero encontrar ese paraíso, acercándome, acercándome”.

lunes, 2 de noviembre de 2009

May God bless that Basterd!


Siempre he creído que los genios contemporáneos son los cineastas. Son como pequeños discípulos de Leonardo Da Vinci que tienen en su cabeza la música y la arquitectura o que, en otras palabras, dominan las dos dimensiones que los artistas de la interpretación y de la plástica dominamos por separado: el tiempo y el espacio.
Quentin Tarantino es un genio. Un genio sin remedio que ha sido capaz de subvertir los parámetros establecidos en el cine y que ha sabido convertir su nombre en una apuesta estética propia, en una marca: una marca bañada en sangre y en la belleza propia de la violencia y los impulsos de venganza que todos llevamos dentro.
Con Inglourious Basterds Tarantino se atreve de nuevo: se atreve a contar la historia del siglo XX desde sus propios ojos, se atreve a contarla a su manera, se atreve a darle giros irreales y a soprendernos cuando todos esperamos que las imágenes se ajusten a los hechos que nos cuenta todo el día History Channel (o como Manolo y yo lo llamaríamos: WW II TV).
Tarantino se metió con los gángsters y lo hizo bien. Tarantino se metió con la Yakuza y lo logró. Tarantino se metió con los nazis, les metió la mano a los bolsillos, les sacudió los bolsillos, se adueñó de otras estéticas, exageró como siempre y nos contó una historia genial que a mí me mantuvo con taquicardia al menos durante los últimos 20 minutos de la película. Tarantino se metió con Hitler y cumplió - en celuloide - el sueño dorado de cualquier judío.
Pensé que Tarantino ya no podría sorprendernos más y estaba terriblemente equivocado.
¡Gracias a Dios por Quentin Tarantino! El mundo necesita genios, figuras notables, historias que valgan la pena y Quentin Tarantino nos da todo eso cada que una de sus películas entra a la cartelera.
May God bless that basterd!

miércoles, 28 de octubre de 2009

Hombre al Agua - III

Noviembre 23 de 2007
Batallón de Infantería Número 22 Ayacucho (Manizales) -Noviembre veintipico de 1998

Estoy en puesto siete, la garita más alejada de todas las demás en el Batallón, detrás del polvorín, llegando casi al barrio La Playita. No se oyen más que los grillos por aquí. Ya casi amanece y es mi último domingo en el batallón (odio los domingos… odio que desayunemos tamal todos los domingos). Más allá, en el puesto de la remonta está Duque canturreando alguna cosa. Más arriba, en puesto cinco, está Bruno que seguramente no oirá un carajo porque, como yo, siempre se la pasa con el walkman prendido. Yo escribo. Escribo sin parar casi automáticamente, porque de alguna forma tengo que continuar con este diario y porque a mi walkman se le acaban las pilas. Si lo dejo descansar una hora podré escuchar al menos una canción del cassette y no tendré que conformarme con la música decembrina que se oye en todas las emisoras.
Ya casi amanece.
-¡Naranjo!
¿Por qué carajo Duque me llama por mi apellido? Casi nadie lo hace y menos los que estudiaron conmigo.
-¡Naranjo!
-¿Qué?
-¡Venga pa' acá un rato, parce! ¿Tiene puchos?
-Sí.
-¿Qué tiene?
-Derby.
-Venga nos fumamos uno juntos. ¿Tiene candela?
-No.
-¡Ah! ¡Jueputa!
En otras circunstancias estaría estresado. Algún suboficial nos escucharía, o al menos despertaríamos a los marranos de la remonta; pero hoy es mi último domingo en el ejército y ya casi amanece. Es imposible que pase algo malo, estoy a menos de una semana de ser libre otra vez. Salgo de la garita y empiezo a caminar hacia puesto seis.
-Yo no tengo Candela pero tal vez Bruno sí. Suba y pídale a él.
-No sea güevón, si subo de pronto viene mi cabo y me pilla fuera del puesto.
-No sea marica. ¿Cómo yo me vine desde mi puesto hasta aquí?
-Espere lo llamamos. ¡Bruno! ¡Bruno!
Pero Bruno no contesta. Está tan metido en su cuento y tiene el volumen tan alto que hasta se le oye cantar desde aquí una canción de Aterciopelados.
-Préndalo rodado – digo yo.
-¡Estoy que me fumo! – grita Duque.
No puedo creer que en menos de una semana vaya a estar durmiendo en mi casa, disfrutando de un domingo verdadero (pero odio los domingos… aunque salga de aquí voy a seguir odiándolos). Mi camuflado huele mal. Está muy sucio pero no voy a lavarlo. No quiero que el ejército queme un camuflado limpio. Bruno pregunta desde puesto cinco si hay cigarrillos. Duque le grita que baje, que aquí hay Derby. Bruno llega hasta puesto seis y pregunta si tenemos candela. Estamos jodidos.
Ya amanece y Duque prende un radio transistor gigante que tiene en el portamenaje. Suenan Los Warawakos y ya no me molesta tanto que se acerque diciembre. Duque baila con el fusil. Por un momento somos felices. La canción se acaba. La estupidez también.
-¿Y qué va a hacer cuando salga de aquí? – me pregunta Duque.
-Voy a armar un grupo.
-¿Van a seguir tocando juntos?
-No – dice Bruno – yo tengo un proyecto con un amigo del colegio.
-¿Y usted? – pregunta Duque.
-Yo creo que voy a seguir tocando con Piolín, y de pronto con García, el de sistemas.
Duque mira hacia afuera. No creo que me crea que voy a hacer música. No me importa. Bruno sabe que es cierto y yo sé que él también va a hacerlo. Vuelven a entrar los dos a la garita. Yo me siento afuera, aún sabiendo que ya pasaron las seis y que en cualquier momento puede aparecer el relevo y cogerme fuera de mi puesto. No me importa. ¿Qué pueden hacer? ¿Dejarme sin conducta? ¿Meterme a la pieza de detenidos? No me importa. Sé que en una semana voy a estar fuera de esto. Prefiero salir de nuevo hacia puesto siete. En medio del trayecto me tiro sobre la hierba a ver las luces y disfrutar del frío húmedo del amanecer. Me pongo los audífonos y pongo a andar el cassette de El Último Concierto. Las pilas me responden a la perfección. Suena Hombre al Agua. Pienso que ésa es la banda sonora de mi vida. Que después de un año todo volverá a ser como fue. Sueño que estoy en un concierto de Soda Stereo y eso es felicidad. Eso es felicidad verdadera.
Cuando se acaba la canción se acaban las pilas. Me paro y regreso a puesto seis sabiendo que ahí viene el relevo y que el primer paso para volver a mi vida normal es juntar con violencia los tacones de mis botas y gritar con un ánimo absurdo:
- ¡Puesto siete sin novedad, mi Cabo!

Hombre al Agua - II


November 9, 2007 - Friday

Hombre al Agua (Segunda parte)

Es casi el amanecer. Todos se han dormido, excepto Manuel Alejandro, Mauricio Díaz, Káiser y yo. Le damos un respiro al vallenato y a los boleros. Pongo un disco de Soda. Hablamos de lo difícil que es vivir esta edad. Manuel me cuenta acerca de lo hermoso que es estar flotando sobre el agua, de lo que él se imagina que es una tumba, de lo bonito que debe ser el descanso de la muerte. Me da la impresión de que no se siente del todo bien con su vida, pero eso es un síntoma común en muchos de nosotros. Mucho aguardiente, ron, cerveza, cigarrillo y algo de más. Tenemos la conciencia tan alterada y estamos en tanta confianza que es como si fuéramos los niños de "Pre-escolar Jueguitos" que se conocieron en 1986. Pero no, ya no es así. Manolo es un exitoso ingeniero civil y ellos se burlan un poco cuando dicen que soy la estrella del paseo, el rockstar que está en pantaloneta y habla de cosas del colegio, de mujeres, de música, del año en el ejército... de lo de siempre. Todo entre nosotros es amistad eterna, pero iluminada por faros del pasado.
Soda Stereo arremete con Hombre al Agua (la hermosa versión en vivo del Rex Mix). Una ráfaga de estupidez me invade el cuerpo y aunque estoy muriendo de frío me quito la camiseta y salto a la piscina.
Me tiendo boca arriba y floto sobre el agua esperando el amanecer. Estoy tan borracho, tanto, que sólo me doy cuenta cuando estoy en el agua y mis movimientos son menos torpes. Manuel salta después. Seguimos hablando de demonios raros. Le digo que nos nos salgamos hasta que amanezca... que nunca he amanecido en una piscina. Casi media hora después el sol se asoma. Manolo salta del agua y va a acostarse. Es el último día del paseo y todo ha sido tan natural, como si no hubiera pasado uno solo de estos 10 años. Estoy rodeado por mis hermanos. 12 hermanos que duermen en las camas duras de una finca en Mariquita. Ya salió el sol y yo me muero de frío. Me quito la pantaloneta, me envuelvo en una toalla y me tiro a mi cama. La sensación de estar en el agua, flotando a la deriva, se queda conmigo hasta que me duermo.

Hombre al Agua - I

Este es un tríptico viejo, que quiero recuperar de mi cuenta de MySpace antes de cerrarla. Espero lo disfruten.

October 18, 2007 - Thursday

Hombre al Agua

A la larga es mejor así. Recuerdo que terminando el 98, cuando se acababa mi servicio militar, yo ponía una y otra vez en mi walkman la versión de El Último Concierto de Hombre al Agua. Esa era mi actitud, volver a las cosas como eran antes, dejar mi estatus de soldado atrás y volver a ser yo mismo. Pero ahora, justo cuando mi rumbo está un poco embolatado; la idea es lanzarme al agua y dejar que la corriente me lleve donde quiera. En menos de 24 horas Soda Stereo estará de vuelta en los escenarios. Es uno de esos milagros inexplicables de este año 2007. Como si algún difunto estimadísimo regresara de su tumba para darme la oportunidad de verlos por única y última vez. Mi fanatismo no es gratuito, The Beatles, U2, pero sobre todo Soda Stereo, han sido la banda sonora de mi vida. Como aquella vez en que me enamoraron de manera dulce (Trátame Suavemente) y luego me rompieron el corazón (Un millón de años luz, Toma la Ruta), como aquellas noches en que nos entregamos el uno al otro (En Remolinos, Planeador), como esos días de conquista (El Rito); como esos últimos días en el ejército y estos últimos meses en que estoy dejando que la corriente me lleve donde quiera (Hombre al Agua).

Es un milagro, es un milagro increíble, una de esas coincidencias inexplicables de las que siempre hemos hablado Charlyz y yo. Es increíble que Soda venga en uno de los momentos más confusos de mi vida reciente. El dinero, la espera, la desesperación, todo valdrá la pena cuando esté en el Simón Bolívar gritando de manera catártica lo que tal vez es la mejor canción en la historia del rock en español: "Voces que se agitan, barco a la deriva"

martes, 27 de octubre de 2009

Here Comes the Sun

He tenido una vida feliz. Fui feliz cuando papá, mamá y yo íbamos a comer pollo los domingos junto a la catedral o a tratar de elevar cometas en Chipre. Fui feliz cuando mi tía y mi prima jugaban con Barbies y yo manejaba el Ken que las hacía pelear. Fui feliz jugando fútbol con mi hermano y paseando en coche a mis hermanas. Fui feliz cuando te besé por primera vez. Fui feliz cuando te hice el amor por primera vez. Fui feliz cuando por primera vez escuché mi voz en radio. Fui feliz cuando por primera vez llenamos un bar. Fui feliz cuando viviste conmigo. Fui feliz cuando toqué en Nueva York y cuando toqué en el Teatro Fundadores.
Soy feliz cuando mis gatos me miran a los ojos y lanzan un maullido que suena a pregunta. Soy feliz cuando utilizo los 10 dedos de mis manos para parir un acorde. Soy feliz cuando voy a un concierto y me saltan las lágrimas. Soy feliz cuando voy a cine y por una hora y media escapo del mundo. Soy feliz cuando mi padre me abraza y reconoce mi cara a través de sus gafas enormes. Soy feliz cuando mamá me acaricia y me hace sentir como un niño pequeño. Soy feliz cuando Paula me habla de Cortázar, soy feliz cuando Luisa canta con su vocecita chillona, soy feliz cuando Manuel encuentra el giro armónico indicado. Soy feliz cuando Sebas se leventa de su silla y alza los brazos. Soy feliz cuando canto y la gente canta conmigo. Soy feliz cuando la chica que me gusta sonríe.
No me explico de dónde sale a ratos tanta niebla, de dónde viene el perro negro, por qué me atrapa por los talones la tristeza, por qué me hago yo mismo la vida imposible.
No más tristeza, corazón. No más lamentos.
Here comes the sun, here comes the sun. I say it's all right.

lunes, 26 de octubre de 2009

viernes, 9 de octubre de 2009

Comentarios Inútiles IV


1. Sí, yo sé que hay periodos de mi vida en los que se me hace crónico el síndrome premenstrual, pero lo importante es levantar cabeza, sacudirse las rodillitas, mirar para adelante y “frentear el corte” como diría Juan Pablo Ríos.
2. No sé si el amor era distinto hace 50 años, pero Ceci y Fide se aman en el 2009 y están en esas desde 1959. Me encanta poder llamar a mi abuelita y decirle que me alegro mucho por ellos. Que qué rico. Que qué envidia de la buena. Que ojala la vida les regale muchos años más así. Que espero verlos pronto para comer hojuelas. Que por favor no vuelva a llorar cuando nos vea en televisión o nos escuche en radio, porque la cosa va a ser cada vez más continua y se puede deshidratar.
3. Todo el mundo me preguntaba: ¿Muy nervioso? Y la verdad no estaba nervioso, ni asustado. La ansiedad se me subió cuando Julián estaba tocando y nosotros estábamos detrás de la tarima esperando la señal para entrar. Había miles de personas en ese parque, pero en conclusión es más aterrador tocar o cantar frente a 3 o 4 personas que frente a una multitud que se ve hermosa, pero en la cual es difícil distinguir los rostros.
4. Ahora, si en ese momento me hubiera puesto a pensar en los grandiosos momentos que he vivido en ese potrero que es el Parque Simón Bolívar (nada contra el parque, es contra el parque como escenario de conciertos) muy seguramente me hubieran temblado las rodillas: Soda Stereo, Kiss, Metallica, Roger Waters, Calle 13, Babasónicos, Carlos Vives (con Nico y el Gato), Superlitio, Molotov, Café Tacuba, Miranda, Kinky, Robi Draco Rosa, etcétera, etcétera, etcétera.
5. ¡Qué grandioso es caminar por ahí oyendo a Leo García cuando uno está feliz!
6. Quisiera ver a Juan Gabriel pero jamás me pidan que vaya a ver a Vicente Fernández. ¿Será ése un resultado de mi actitud gay friendly?
7. No me gustó ni cinco “Al Diablo la Maldita Primavera”, (sí, yo sé que me lo advirtieron) pero me dejó un par de lecciones valiosas y una de ellas es: “La gente lo trata a uno dependiendo de cómo lo vea”. ¡Ouch! La pinta grunge de mis primeros semestres universitarios no me iba a ayudar a ser una estrella.
8. El placer de tocar guitarra es indescriptible. Es como si un montón de sensaciones cuasi-orgásmicas ascendieran por los dedos de mi mano izquierda, como si la vibración de la madera me moviera los intestinos y me diera felicidad. ¡Cómo le agradezco a mi papá haber tenido esa guitarra guardada en su clóset!
9. Me encantó ver ese cartel que decía Gatoclub Bogotá.
10. Natalia e Isabel: De corazón les deseo toda la felicidad del mundo.
11. “Ven aquí” es una pequeña forma de retribuirle a Manizales todo lo que ha hecho por nosotros. Es recordar todas las cosas que extraño de mi ciudad, es poner en música y palabras el amor de sus hijos pródigos. Grabar con Sebas y Andrés, más que una experiencia profesional, fue como descubrir nuevos amigos en la ruta, gente que también se siente plena haciendo música. Gente a la que también le revuelca las tripas la vibración de la guitarra, gente llena de belleza espiritual que coincidencialmente nació en la misma ciudad de uno.
12. Y después de discutir al respecto, mis queridos Cata y Richard Dance, tanto Procinal como Cinemark ya anunciaron que van a traer Inglourious Basterds. Y dos años después de su lanzamiento (¡2!) van a traer The Nightmare Before Christmas en 3D. ¿Será que Dios es tan grande que Cinemark trae al menos una copia en inglés? Habrá que llevar pañuelo.
13. Existe una creencia popular generalizada en la que se asocia a Tim Burton con la dirección de The Nightmare Before Christmas. Si bien Burton es el escritor de la historia y uno de los dos productores, el director es Henry Selick. Pero una gran porción del mérito creativo de esta película se le debe al genial Danny Elfman. Toda la historia de Jack no sería lo mismo sin su música. Por eso espero que traigan una copia en inglés, por eso digo que habrá que llevar pañuelo.

14. “Sí, sí, sonido. Uno, dos, tres”. Quiero tocar, quiero tocar.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Peace


Y lo sigo repitiendo como un mantra, como si decirlo una y otra vez me asegurara la ausencia de errores, como si eliminara la probabilidad estadística de seguir en conflicto conmigo, contigo y con el  mundo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ocho razones para comprar Nocturno en CD o tarjeta de descargas



Ocho razones para comprar Nocturno como tarjeta de descargas
  1. Porque con sólo $5.000 usted accede a las 18 canciones del álbum en formato MP3 de 320 kbps más ringtones, videoclips, fotos, letras de las canciones, wallpapers y versiones exclusivas de algunas canciones de Nocturno.
  2. Porque al registrarse en www.GatoblancoOnline.com usted se mantiene al tanto – a través de su correo electrónico o su celular (según lo decida) - sobre las presentaciones, los blogs, las campañas, las apariciones en medios, los concursos y los regalos que Gatoblanco ofrece a sus amigos de forma exclusiva.
  3. Porque www.GatoblancoOnline.com se actualiza constantemente y de forma directa por los mismos integrantes de la banda.
  4. Porque en el foro de www.GatoblancoOnline.com usted puede opinar abiertamente sobre el disco, los shows y cualquier cosa que tenga que ver con Gatoblanco y sus comentarios –favorables o no – son tenidos en cuenta y no son eliminados.
  5. Porque nunca antes la música legal costó tan poco y Gatoblanco es la primera banda en Colombia en utilizar un sistema de descargas tan económico y cuya plataforma fue desarrollada en su totalidad en Colombia y por colombianos.
  6. Porque si usted desea descargar el álbum directamente a su celular puede hacerlo sin tener que pagar los precios exorbitantes que cobran los operadores de telefonía móvil.
  7. Porque es un detalle de fina coquetería regalarle la tarjeta a cierta chica y dedicarle la canción número 3.
  8. Porque Nocturno es una dosis alta de rock-pop responsable e inteligente, ideal para escuchar a altas horas de la noche (a solas o en buena compañía).
Ocho razones para comprar Nocturno en disco compacto
  1. Por la portada y el espectacular diseño a cargo de Elízabeth Pulido Ospina.
  2. Porque en el folleto de un disco compacto hay más espacio para autógrafos y dedicatorias.
  3. Por la curiosidad de leer los créditos y saber a quién le agradece de forma especial cada uno de los miembros de la banda.
  4. Porque los empleados de las discotiendas, los promotores y ejecutivos de las disqueras y los empleados de las fábricas de CDs comen, pagan arriendo, servicios públicos, cuotas de créditos y en algunos casos tienen descendencia para alimentar y educar. El disco sólo cuesta $20.000.
  5. Porque la experiencia de llegar a su casa, destapar el disco, leer los créditos, apreciar el arte gráfico y escuchar el álbum tranquilamente no puede ser reemplazada por la reproducción en un dispositivo móvil. Nocturno no suena igual echado en la cama con el equipo a todo volumen o en un Transmilenio atestado de gente que habla durísimo.
  6. Porque Nocturno, en disco compacto, se ve lindísimo acomodado al lado de Empezar de Cero.
  7. Porque es un detalle de fina coquetería regalárselo a cierta chica y dedicarle la pista número 8.
  8. Porque Nocturno es una dosis alta de rock-pop responsable e inteligente, ideal para escuchar a altas horas de la noche (a solas o en buena compañía).

lunes, 21 de septiembre de 2009

I really miss you

No puedo ni siquiera decirte que pensé en ti cuando el avión despegaba y Cartagena estaba dibujada por un montón de luces perdidas en la noche oceánica. ¡Que puta hermosura de imagen y al mismo tiempo qué ganas de que el avión se fuera a pique y nos estrelláramos todos contra el océano! ¡Con ron y con hielo! ¡Con mi sillita de la primera clase que nunca había probado!
¡Ni siquiera te mencionaré que Bucaramanga parecía desde el aire un hermoso pesebre! ¡Que en Villavicencio había chicas hermosas! ¡Que odio el calor! ¡Que a veces quiero decirte que te amo pero que lo único que merecería a cambio sería una buena cachetada que me cruzara la cara por indeciso! ¡Que justo en este momento suena "Because" y que nadie entiende mi Beatlemanía como tú! ¡Que escribo directamente en la caja de texto porque necesito sacar mis pensamientos de la forma desordenada en que se descuelgan de mis tripas! ¡Que jamás me había sentido tan estúpido en mi vida como el pasado jueves! ¡Que caí en una trampa diseñada para niños o para gente imbécil! ¡Que mi estupidez me aterra más que a mis propios allegados! ¿Cómo pude ser tan imbécil? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Por qué me cuesta tanto pedir ayuda? ¿Por qué estaba dispuesto a dejarme llevar hasta un juez de oficio en vez de llamarte y gritar: ¡Help me Baby, auxilio!?
¿Por qué suena Pala cantando "en la noche Bogotá es una muñeca vestidita con los trapos de la historia" y yo inmediatamente recuerdo que llevo unos días odiando a esta ciudad que siempre ha sido mi amorcito? ¿Por qué volví a pensar en el balazo en el hocico después de 10 años? ¿Por qué me volví a sentir como en esa noche fría en puesto 8 en que alcancé a probar el frío de la trompetilla y su sabor metálico? No te voy a contar que a veces pienso en otra chica (en otras chicas) porque ya lo sabes y siempre lo has sabido y siempre lo vas a saber en silencio. No voy a contarte que cada triunfo me trae un poco de misera, que estoy condenado a no permitirme la felicidad, que - como lo dice Truman Capote - con cada talento viene un látigo que sirve exclusivamente para autoflagelarnos. Que a los 28 volví a sentirme como a los 21, como Horacio Oliveira subiéndose el cuello de la canadiense, hartándose de perseguir algo que no distingue, algo que no conoce, algo que está del lado de allá cuando él anda acá y viceversa. Que podría llevarme una clocharde a mi cama con tal de borrar tu fantasma, con tal de arrancarme ese olor perfecto de tu cuerpo a los 19 años, que tengo toda la voluntad de olvidarte y no lo logro, que me exaspera que seas perfecta, que siempre tengas la respuesta adecuada, que todos los fracasos que hemos tenido sean única y exclusivamente mi culpa, que odio ser el maldito saboteador de mi propia fortuna, que odio que lo mejor para ti sea huir despavorida de este comportamiento autodestructivo que nunca va a hacerle bien a nadie.

domingo, 13 de septiembre de 2009

La banda más grande del mundo y el césped más delicado de la vía láctea


1. 170 millones de discos vendidos y 22 premios Grammy pueden ser razones más que suficientes para considerar a U2 la banda más importante de los últimos 30 años, independientemente de que nos guste o no nos guste el tipo de música que hacen.
2. Yo soy fanático de U2 y mi condición de fanático me impide ver con objetividad lo que hacen. No puedo criticar a conciencia ninguno de sus discos, no puedo hablar con objetividad de ninguno de sus videos y - lo que es peor - no puedo hablar de la experiencia de verlos en vivo porque U2 nunca ha venido a Colombia y mis ingresos me han impedido ir a verlos a otro país.
3. El estadio Nemesio Camacho ha sido la sede de dos de los equipos más tradcionales y con menos fortuna reciente en el fútbol de Colombia: Santafé y Millonarios. En el Campín Atlético Nacional se coronó campeón de la Copa Libertadores de 1989 y la Selección Colombia ganó la Copa América de 2001 (a la cual no asistió Argentina, pero sí un equipo de suplentes de Brasil), pero además este templo de gloriosas gestas deportivas también ha sido escenario de conciertos memorables y por sus camerinos se han paseado también artistas como James Brown, Elton John, Luciano Pavarotti, Guns n' Roses y Bon Jovi.
4. El estadio es propiedad del distrito capital y si el distrito decide no prestar el estadio para conciertos está en todo su derecho, sin importar que los equipos capitalinos sean mediocres, sin importar que el gasto de mantenimiento de gramilla sea desmedido, sin importar la increíble dimensión del grupo de rock que algunos habitantes de la capital (así como del resto de Colombia e incluso países aledaños) quisiéramos ver allí. Sammy puede decir que no. El dueño del balón es el que decide quién juega y quién no.
5. Ahora bien, a lo que no tiene derecho el alcalde Samuel Moreno es a afirmar que el Parque Simón Bolívar es un excelente escenario para conciertos. Si Sammy lo dice es porque no debe haber asistido a ningún show allá, o si lo hizo tal vez fue en silletería numerada. Tratar de ver a un artista en el Simón Bolivar es imposible, tratar de oír a un artista en ese espacio tan amplio es una tarea titánica, pagar boletas de miles de pesos por estar incómodo viendo a Soda Stereo , a Kiss, a Metallica o a Depeche Mode es algo que los fanáticos hacemos porque no tenemos otra opción, no porque nos parezca justo.
6. La gira U2 360 está diseñada para llevarse a cabo en estadios. No hay forma de meter el escenario al Simón Bolivar, al Coliseo (seo, seo, seo, eo, eo...), al Palacio de los Deportes, al Museo de los Niños, al Parque Jaime Duque o a Theatron. Así que U2 no se puede presentar en Bogotá a menos que se construya un escenario adecuado antes de octubre de 2010 y yo creo que eso es muy poco probable porque la plata hay que botarla en una línea de metro.

7. Ahora bien, si yo fuera el alcalde de Cali, de Medellín, de Manizales o de cualquier otra ciudad donde los estadios sí se prestan para la producción de conciertos hace rato hubiera abierto la boca y hubiera ofrecido mi ciudad para llevar a cabo el posible concierto de U2 en 2010. ¿Por qué? Hombre, porque U2 no viene a Colombia todos los días y la platica de comida, alojamiento y turismo que dejarían los posibles asistentes al show no le caería mal a ninguna ciudad.
8. Supongo que lo único que podemos hacer los fanáticos es alzar nuestra voz de protesta, tratar de organizar iniciativas para que U2 visite nuestro país (¿nuestra ciudad? ¡por Dios! eso es tiempo perdido...) y así evitar gastarnos el dineral necesario para verlos en Buenos Aires (pesitos que quedarían muy bien en el restaurante de una señora en Barranquilla, el pequeño hotel de un señor en Pereira, o las cuentas corrientes de una aerolínea nacional).


Por ahora no se me ocurre nada más que invitarlos a unirse a U2 Colombian Project y soltar ideas. Si la gira U2 360 pasa de largo será, en parte, responsabilidad nuestra por no buscar alternativas a tiempo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

09/09/09


1. Qué bonito es poder caminar por el Parkway un sábado en la tarde, bajo el solecito tibio de Bogotá, escuchando música mientras la calle está vacía y la gente se come las uñas en los bares y las casas viendo un partido de fútbol. Qué bonito tener la calle para mí solo y estar agradecido porque la Selección Colombia, desde 1994, me importa un pito.
2. Qué bonito poder escuchar el nuevo álbum de Gustavo Cerati mirando por la ventanilla de un avión en una mañana en la que no hay nubes. Qué bonito captar la sensación de viaje que tiene todo el disco. Qué bonito repetir Convoy una y otra vez y pensar en una mujer hermosa que viaja por el espacio exterior. Qué bonito estar sentado en la silla de un pequeño auditorio mientras Gustavo responde preguntas, con 50 años a bordo, y dice que no hay nada como el kilometraje de la edad.
3. Qué bonito que mi mamá me llame y me despierte con la noticia: - ¡Subimos! Hoy estamos en el número 6. Qué bonito consultar la página de Internet y constatarlo: Es cierto mamá, estamos en el número 6.
4. Qué bonito prender el televisor y ver videoclips de mis queridos Beatles inundando las pantallas. Qué bonito que un videojuego y una remasterización de sus álbumes impulse una nueva Beatlemanía y que se haya escogido el 09/09/09 para dar rienda suelta a semejante disparate. John estaría feliz con ese triple nueve. George estaría feliz con esa triple nube.
5. Qué bonito poder llamarte a contar que tuve un buen día, que hay buenos negocios en curso, que parece brillar la luz al final del túnel, que tal vez esta noche habrá otra canción en radio, que nunca vamos a dejar de ser amigos tú y yo.
6. Qué bonito recuperar el cariño perdido con la llegada de TanGo, con el cambio de apartamento. Qué bonito que me hayas recibido maullando el sábado, que hayas venido conmigo a la cama contando cosas en tu idioma particular, que te hayas metido – después de años tal vez – bajo las cobijas conmigo. Que bonito que pases tu lengua por tus patas y tu cabeza, que me mires con esa cara de pereza, que te lamas los bigotes esperando que esta mano cariñosa te sirva comida y te acaricie y que mi boca te hable con vocecillas ridículas que nadie más conoce.
7. Qué bonito que es septiembre. ¡Sin un lunes festivo! ¡Cómo me gusta esta etapa del año!
8. Qué gracioso tratar de abrir el desodorante y que la bola salga disparada ,dejándome la cara y el pecho llenos de un líquido viscoso y blanquecino que me hace lucir como un gran finale de un clip de Sasha Grey en YouPorn. Qué bueno tener otro desodorante en el armario y no tener que caminar hasta el supermercado.
9. Qué bonito recordar a Lucas y a Karol con cariño cuando se acerca su cumpleaños. Qué bonito sentir que hay ángeles alrededor.


martes, 25 de agosto de 2009

Profeta en el Desierto



Yo sabía que mi papá era liberal y mi mamá era conservadora, aunque no entendía muy bien en qué consistía lo uno o lo otro. Me acuerdo de las cuñas radiales de la campaña presidencial de Álvaro Gómez en 1986 y me acuerdo de la alocución presidencial televisada de un señor de orejas peludas llamado Virgilio Barco. En un mueble de ropas de mi casa – desde siempre – estuvo pegada una calcomanía con la cara de Luis Carlos Galán (de su campaña de 1982) y hacia 1989 en los noticieros se hablaba mucho de los precandidatos presidenciales y de Pablo Escobar y de los Pepes y de fútbol (de Arnoldo Iguarán, de la Gambeta Estrada).
Se sentía en el aire que iban a matar a Galán. Todo el mundo sabía que iba a ganar y todo el mundo decía que iban a intentar matarlo (como en Crónica de una Muerte Anunciada, pero a diferencia de Santiago Nassar Luis Carlos Galán sí lo sabía). Hasta en el colegio hablábamos de eso. Mi mamá (que era conservadora y no sabía por qué) decía que iba a votar por Galán, que él si iba a poder cambiar el país. El miércoles 16 de agosto me trasnoché viendo un eclipse de luna y pensé que acostarse tarde era delicioso. Dos días después, el viernes 18, mientras veíamos televisión, dieron la noticia del atentado a Galán y pensé que debía haberme acostado más temprano.
Me dio tristeza, pero le creí al noticiero y pensé que Galán iba a salvarse para salvar a mi país (yo sabía que Colombia estaba mal, pero no sabía por qué). Me acosté a dormir intranquilo. Mi papá había prendido el radio de pilas y estaba pendiente de la información. Un par de horas más tarde le subió el volumen al radio como si la potencia aumentara la veracidad de las palabras. Galán estaba muerto y era como si mataran a Superman cuando estábamos al borde del precipicio. Durante años guardamos en el bifé del comedor los periódicos del domingo 20. ¿Y ahora quién podrá defendernos? Los colombianos no creían en nadie y múltiples actores habían asesinado a tres precandidatos liberales: Así que César Gaviria ganó las elecciones con un índice de abstención insuperable y en medio de una oleada de escepticismo (¡carambolas! como cuando uno juega pool y apuntándole a la bola 1 mete la 14 y la 15).
El 91 trajo una nueva constitución y en las clases de democracia nos enseñaron para qué servían la fiscalía, la contraloría, la procuraduría y la tutela. Al menos en el colegio recuperamos la esperanza. Mataron a Pablo Escobar y pensamos que todo arreglado, que todo bien, que ahora sí el país estaba a salvo. Hoy, 20 años después, me pregunto cómo hubiera sido el país con Galán presidente y creo de corazón que la diferencia no sería mucha. Tal vez infortunadamente la muerte de Galán, de Jaramillo Ossa (que era el punto final del exterminio de la UP), de Pizarro y de nuestra esperanza llevaron de una u otra forma a las iniciativas de la séptima papeleta que nos dieron la nueva constitución.
Colombia está lejos de ser un país ejemplar, pero estábamos mucho más lejos en 1989. Sin embargo, desearía que a este hombre la vida le hubiera dado la oportunidad de pasar de las palabras a los hechos.