viernes, 27 de noviembre de 2009

Gatoblanco + Videoclip + Todo el Mundo = Corazón


Gatoblanco, la reconocidísima y querídisima banda Colombiana originaria de Manizales, realizará el videoclip de Corazón y quiere que toda la comunidad Gatuna haga parte de él. ¿Qué hay que hacer?

* Todos y cada uno de los seres que quieren, conocen, siguen y oyen la música de Gatoblanco pueden participar. Como decía Cosmo, la idea es hacer un video colaborativo en el que Gatoblanco seamos todos. Así pues, ya saben que pueden grabarse o fotografiarse con o sin la banda, cantando o bailando o haciendo lo que quieran durante las fechas estipuladas para los conciertos (el Jueves 3 de Diciembre en Bogotá y el Sábado 5 en Manizales).

* Sin embargo, como es un video que saldrá en televisión y posiblemente (algún día, ojalá!) haga parte de los innumerables y maravillosos dvd's coleccionables de Gatoblanco, la banda y el equipo de producción del video debemos asegurarnos de que todo se haga de la forma más correcta posible.

* Así las cosas: el día de los conciertos estaremos entregándoles un papelito para que firmen y nos autoricen a usar las imagenes que de ustedes grabemos, en el video de Corazón.


* Además, para quienes se graben o se fotografíen durante el concierto y nos hagan llegar el material también habrá un papelito que tendrá esa misma información más otra en la que nos autorizan a usar las imágenes que ustedes grabaron.

Así, lo único que queda es esperar al día del concierto, disfrutar del espectáculo y prepararnos para, entre todos, hacer un conciertazo que quedará registrado en el próximo video de Gatoblanco.

PS. Las boletas para el concierto están a la venta vía online y a domicilio. Informes en info@gatoblancoonline.com y en los perfiles de la banda en Facebook y Twitter.

Atte.

Richitelli / Director.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ni con el pétalo de una flor

Me llamó la atención esta mañana el discurso vía Twitter de Sebastián Yepes sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Y me llamó la atención por tres motivos, que quisiera destacar de forma pública:
1. Sebastián es un alma genuinamente buena, un espíritu naturalmente bienintencionado y los que lo conocemos (personalmente o a través de la música) debemos apreciar y aprender de esa riqueza espiritual. Su preocupación por las causas justas y por el bienestar general de la humanidad es sincero. En tiempos en los que ser bueno es una tendencia cool, admiro que Sebastián lo sea de verdad y se muestre ante el público tal como es. Mis respetos, mi admiración y mi cariño por eso.
2. La violencia contra la mujer me parece un atavismo tan condenable como la segregación racial; una cosa tan ajena a nuestro tiempo como el feudalismo o la antropofagia. Es increíble, pero es cierto y es una realidad que debemos eliminar. Creo que la violencia física es el arma de los mentalmente escasos, de los intelectualmente débiles, de los pobres de espíritu, de los inseguros, de los que no pueden hacerse entender con palabras. Y no es un fenómeno exclusivo de los estratos bajos, o de las personas que no tienen acceso a una educación básica. Infortunadamente el maltrato permea todos los estratos y niveles educativos.
3. La continuidad del maltrato físico a la mujer es una culpa compartida por el victimario y la víctima. ¿Se acuerdan del caso de Lissette Ochoa, golpeada por su esposo, contraportada de la revista Soho en agosto de 2006? ¿Se acuerdan del escándalo, de la demanda, del proceso de divorcio? ¿Se acuerdan de las fotos de Rihana golpeada por Chris Brown a principios de este año? Bueno, pues ambos casos - después del escándalo mediático - terminaron en reconciliación, en perdón y olvido. Y es precisamente por ello por lo que el fenómeno del maltrato físico a la mujer se mantiene. Así que el discurso no debe centrase sólo en culpar a los hombre trogloditas y violentos, sino también en llamar la atención de las mujeres que aceptan su papel de víctimas con resignación y en silencio, perdonándolo todo en nombre de la dependencia y la inseguridad que se disfrazan de amor (el amor es otra cosa, creo yo).


Como decía Sebas esta mañana en Twitter, las mujeres son nuestra inspiración, nuestra fuente de vida y muy seguramente nuestra perdición. Ojalá las parejas aprendieran, en este siglo XXI, a amar de forma más espiritual y civilizada. Y como dice el viejo y conocido refrán... "Ni con el pétalo de una flor".

martes, 24 de noviembre de 2009

La Nariz Perfecta



Bipolar, inestable, conflictiva. Muy creativa eso sí. Muy brillante. Y además tenía la nariz perfecta.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Gatos


1. Lo de los gatos es un gusto heredado (casi siempre), accidental (en otros casos), o una mezcla de ambos (como en mi caso). Yo aprendí a quererlos gracias a Ágata, la gata de Cristina y a su familia; que dicho sea de paso no era una gata muy simpática. Sin embargo, mi verdadera obsesión comenzó una noche de abril de 2002: Aníbal, el perro de mi casa había sido atropellado por un Mazda 626 que cruzaba a toda velocidad por “falda plana”, la calle en que yo vivía en Chipre. Empecé a reflexionar sobre el karma y cosas así y me preguntaba si el figlio di puttana que había matado a mi perro sentiría algún remordimiento esa noche al dormir. Un par de semanas más tarde, salí de la casa de Cristina casi a la media noche. Un gato negro se atravesó a la salida y se quedó mirándome fijamente, con una expresión que aún hoy en día no puedo descifrar, no sé si era susto, enfado, enojo, o alguna clase de advertencia en el lenguaje propio de los gatos. Supuse que sería uno de los amantes de Ágata que querría entrar a buscarla. Me monté al carro, prendí el equipo a todo volumen porque estaba estrenando mi copia en CD del Zooropa, y me fui para Chipre. Me fui para Chipre feliz. - - - Decido irme por terrazas de Campohermoso: “She wore lemon to colour in the cold grey night”. Voy por el carril izquierdo para esquivar un taxi parqueado junto a la acera. Detrás de mí viene otro taxi. No vamos muy rápido. Cerca de la loma por donde baja uno a la Universidad de Manizales un gato salta del separador a la calle. No tengo tiempo de frenar así que intento hacer que el carro le pase por encima sin que las llantas lo toquen. Hablamos de fracciones de segundo. El gato se queda quieto y sus ojos enceguecidos brillan por las luces del Ford Festiva 98. Voy a lograrlo. Voy a pasar por encima y el gato regresará tranquilo a su casa. El gato trata de regresar al separador. Siento como las llantas del lado izquierdo pasan por encima de su cuerpo. Tengo ese sonido clavado en la parte trasera de mi cerebro siete años después. Si freno el taxi de atrás va a golpearme. Quiero detenerme a ver qué puedo hacer. Miro rápidamente por el retrovisor a ver si el gato se mueve, a ver si puedo salir corriendo con él a una clínica veterinaria, como lo había hecho con Aníbal un par de semanas atrás. El taxi logra esquivar el cuerpo del gato tirado en la avenida. El disco de de U2 reinicia sus giros después del golpe. ¿Para que me detengo? Llego a Chipre temblando. Me acuesto y me cuesta trabajo dormirme.
2. Dos días después de haber atropellado ese gato atigrado en Campohermoso fui con Cristina a La Linda y saqué de su casa materna a Fiona, mi primera gata, mi primer amor. Fiona tenía los ojos delineados como una reina egipcia. Como pensaba que era un gato lo llamé Ramsés I. En su primera visita al veterinario tuve que cambiarle el nombre. Fiona murió año y medio más tarde, envenenada por una vecina envidiosa. Yo ya vivía en Bogotá y mientras ella agonizaba en Chipre yo no lograba dormir tranquilo en Chapinero.
3. Tengo la particular característica de encontrar gatos donde voy. La única ciudad que he visitado y en la cual no he visto un gato en la calle durante la noche es Cúcuta. ¿Será que no les gusta el clima? ¿Será que de noche los gatos cucuteños salen enfiestarse en Venezuela?
4. Los gatos de mis amigos son mis amigos. Me encanta la timidez de Dallas, la inquietud y la actitud demandante de TanGo, la distancia que guarda Amelia, el caminar maltrecho de Moisés, la agresividad pasiva de Úrsula, la dulzura de Melchor, los baños que me da Keiko.
5. Los gatos difuntos o perdidos son como amigos que se lleva el tiempo y cada uno deja huellas imborrables e historias que sólo los amantes de los gatos pueden entender. Es una lástima que Negro se haya ido detrás de una gata y nunca haya regresado. También procuramos darle una buena vida a Otto VonBismarck, un bebé-gato que nos encontramos en los jardines exteriores del Centro Comercial Parque Caldas, con los bigotes recortados y que durante su vida adulta en Pereira no pudo superar sus traumas infantiles. Soda (que venía de San José, Caldas) iba a ser mi segunda gata, pero con el paso de los meses le crecieron unos testículos gigantes (cuando ya era demasiado tarde para cambiarle el nombre por uno masculino). Antes de saltar del quinto piso en que vivía se dejó tomar unas fotos que a la larga nos sirvieron para ilustrar el folleto de Empezar de Cero.
6. Una vez Cristina me dijo que alguien le había dicho que existía una conexión entre el gusto por los gatos y algunos desórdenes psicológicos. Lo que yo sí tengo claro es que las personas que tienen gatos y los aman son distintas a aquellas personas que prefieren pasar su vida al lado de perros. Esta mañana leí que un estudio publicado en 2006 afirmaba que el Toxoplasma Gondii, presente el las heces de los gatos y en la carne cruda podría estar asociado a un incremento en el riesgo de desarrollar esquizofrenia. Por ende, la imagen de la loca de los gatos de Los Simpson no está muy lejos de una realidad plausible.
7. ¿Alguien ha leído Una Luz en La Ventana de Truman Capote? Está en Música para Camaleones. Si creen que están en riesgo de obsesionarse con los gatos les recomiendo su lectura.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Recién Cansado


Anoche le decía a Manuel que estoy harto. Necesito unos días alejado de la presión, de Bogotá, de mi gato pidiendo comida, de las pizzerías de la 45, del agobio de saberme atrapado en mi propio invento. Del dilema diario del cómo pagar las cuentas. De la culpa, de la tortura de haber tenido lo que quería y haberme deshecho de ello por un deseo autodestructivo que no logro comprender.
Quisiera que fuera enero. Enero es como los lunes y los lunes me encantan. Quisiera estar sentado con Charlyz, con Mauricio, con Beto, con Jose, con Santiago, con Misael, con cualquiera de esos tipos que me son útiles única y exclusivamente porque me ofrecen amistad, porque oyen mis cuentos y a cambio yo escucho los suyos.
Quisiera estar viendo un atardecer en Chipre, bajo una tarde soleada en la Plaza de Toros, quisiera estar tomándome una cerveza sin pensar en nada; con ese sentimiento playero que sólo me da Manizales. Quisiera estar acostado viendo televisión con mi mamá, hablando con mi papá de cualquier cosa, en cine con mis hermanas, bailando con alguna tía o alguna prima, comiendo cualquier cosa preparada por mi abuela Cecilia, o en la terraza de mi abuela Aceneth, o abrazando a todo el mundo porque son las doce y "yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado muy pero muy cansado".

lunes, 16 de noviembre de 2009

Sam's Town



5. For Reasons Unknown
Y estás ahí, en esta noche helada, desmoronándote frente a mí sin tener la más mínima idea de cómo te deshaces, de cómo te deformas, de cómo todo lo que rápidamente sentí por ti se convierte en pasado con el sonido fuerte de mis entrañas que gritan y con toda la fuerza de mi bruxismo.
Eres hermosa y eso es inevitable, y llegué a pensar que eras lo que necesitaba, pero súbitamente y sin explicación alguna entiendo que aparentemente estaba equivocado. Que eres un resplandor en la noche, que este no es el momento propicio. Estoy en un concierto de The Killers y no sé si es Londres, el Jaime Duque o la sala de una casa. Y Brandon Flowers tiene la respuesta, y me la entrega en un discurso corto: Have you people ever loved somebody? Sometimes it comes very quickly and very easily. As easy as the way a beautiful English girl’s hair flows across her shoulder. Sometimes it dissapears just as quick. You wake up one morning, the butterflies stop fluttering, the moon’s not so romantic as it used to be, but you wanna back, and you wanna fight for it, you wanna breathe that fire again, so you call for it, you call out: Oh, oh, oh! Oh, oh, oh!
Apago el DVD y el televisor. Es hora de dormir.

6. Read My Mind
A veces es difícil creer. Y para mí es difícil creer que el amor que nos tuvimos durante tantos años se haya apagado finalmente. ¿Cómo puedo esperar que los demás lo crean, cómo puedo esperar que esa chica confíe en mí si tu fantasma se pega a las paredes de mi habitación, al cuello cansado de mi memoria, a las conversaciones en que mis amigos mencionan tu nombre una y otra vez?
Me pongo los tenis, la sudadera, la camiseta blanca, conecto mi MP3 y salgo a trotar por la Colina Campestre. Es una tarde bonita y el sol me golpea la espalda. Voy a sudar mucho durante estos 20 minutos. ¿Acaso sabes lo que estoy pensando, acaso te imaginas los discursos que se escriben paso a paso en mi cabeza? No puedo simplemente trotar, necesito correr a toda velocidad. Sacando mi rabia, liberando endorfinas. ¿Es cierto que ese amor definitivamente está extinto? Parece que sí. Parece que esa historia hermosa tuvo un final simple y prosaico. Por ahora sólo puedo correr, correr a toda velocidad, huir del pasado que me quiere tomar por los talones, que quiere hacerme resbalar, que quiere que caiga sobre las calles polvorientas de la 138 y me raspe las rodillas, y sangre un poco mientras cae la tarde.
De una cosa estoy seguro: me conoces como nadie pero no tienes idea de lo que estoy pensando. Oh, Baby! You can’t read my mind!

08. Bones
Te propongo que nos veamos esta noche. Quiero que nos sentemos a tomar ron y nos descubramos despacio. Quiero que tus gatos nos vean conversar y sean testigos de un beso largo. Te propongo que nos acostemos desnudos a ver qué sucede, qué nos va deparando el destino.
Te propongo que me dejes escuchar tu risa extravagante. Que le des rienda suelta a los deseos de tus manos, que nos despertemos con más preguntas que respuestas en la cabeza. Que mañana llames a tu mejor amiga y le cuentes cómo se siente el chocar de tus huesos contra los míos, a qué sabe mi boca, qué expresión tengo cuando estoy dormido de lado dejándote encajar en el hueco que queda frente a mí en esa cama.
Te propongo que nos despertemos temprano para que llegues a tiempo a la oficina, que te acuerdes de mí en tu almuerzo solitario, que me llames al final de la jornada laboral a ver si ya se me quitó la gripa. Que metamos el acelerador a fondo a ver si chocamos un poco, a ver si sacudimos tanta soledad, a ver si le inyectamos emoción a nuestras vidas. ¿No es eso lo que quieres? ¿No quieres mi piel en tu piel? ¿Mis huesos en tus huesos?

jueves, 12 de noviembre de 2009

Zeta


No creo en el amor a primera vista, pero fue algo así. La jaula tenía tres gatos iguales. Dos extrovertidos que clamaban por atención y un tímido que se quedó al fondo esperando entender lo que pasaba. Tenías las naricita negra y las orejas grandes. Tu pelaje atigrado no me pareció de lo mejor. Ella dijo que ibas a ser un gato muy bonito, así que decidimos sacarte de la ADA en una cajita de cartón después de llenar todos los papeles de adopción. Era la tarde del sábado 17 de noviembre de 2007. Te llamamos Zeta incluso antes de tomar el taxi. Sabía que iba a ser otra vez esa entrega, ese deber, esa responsabilidad de tener que mantener arena, comida y agua aunque la situación económica no fuera la mejor. Si pudieras entender lo que digo te lo explicaría todo. Te contaría que te llamas Zeta por un músico que admiro mucho y que por culpa de ése Zeta tuvimos esa primera fiesta en la que te amaneciste con nosotros, que Catalina te trajo esa pelotita de luces que te fascinaba, que me la paso frente a un computador porque así es como la gente consigue el dinero para comprar comida y pagar la arena. Te explicaría que, aunque pienses lo contrario, yo no soy un gato y la mejor forma de demostrarme tu cariño no es morderme la base del pulgar. Te explicaría por qué razón en esta casa siempre hay música, por qué Sebastián se divierte tanto haciéndote hablar, por qué Manuel se empeña en quitarte el collar rojo a toda hora, por qué Isabel te dice gordo, por qué Cristina no ha vuelto a visitarte pero siempre pregunta por ti.
Si me entendieras tendría que enseñarte la diferencia entre el bien y el mal y tendría que preocuparme por tu educación, tendría que tratar de controlar tu peso, tendría que exigirte cosas para las que no estás hecho, tendría que contártelo todo y serías mi mejor amigo.
Pero solo estás ahí dormido y en unos minutos abrirás los ojos para lanzarme preguntas de color verde, y me dirás sin palabras "aquí estoy", y te levantarás entre alegatos a buscar agua y comida y al pasar por el supermercado traeré tu bolsa de galletas y me recibirás entre maullidos, diciéndome que sonó el teléfono, que estás harto de estar solo, que tal vez el collar está muy ajustado, que si pudiera entender lo que dices me lo explicarías todo.

martes, 10 de noviembre de 2009

En Camino



Cierro los ojos y lo recuerdo todo claramente. Bajamos a toda velocidad desde Termales del Otoño, la noche de enero en Manizales está clara y la carretera está desocupada. Vamos dejando atrás las montañas, el frío, las vaquitas. Estamos en camino y es una revelación hermosa: Las canciones, al igual que los libros y las personas, te llegan en el momento indicado. Charlyz requiere una dosis de optimismo y le sube todo el volumen al equipo viejo del Mazda 323: “Quiero sentir tu cuerpo acercándose, quiero encontrar un paraíso y no volver”.
Abro los ojos: Qué más da si tu dinero se demora, si tu canción no llega al número uno, si tu disco se queda en los estantes, si los que dicen ser tus socios entorpecen tu trabajo, si esa chica te enseña cómo funciona el freno de mano cuando tú metiste el pie derecho a fondo en el acelerador, qué más da si otros van más rápido, si otros se ganan los premios que tú mereces, si ese amor que soñaste se desvaneció con el tiempo, si un hampón te metió la mano al bolsillo y se llevó en un segundo tu objeto más preciado, qué más da si todos los días hay que pelear con la vocecita interior, qué más da si no vas tan rápido como quisieras.
Estamos en camino. Lo importante es estar en camino. Hacer algo todos los días con el fin de lograrlo. Verás como en un solo instante el universo conspira, y te ganas los premios que mereces, y el dinero llega hasta la puerta de tu casa, y la chica suelta el freno y vas tan rápido como quieres y es una noche de enero en Manizales, y vas dejando atrás las montañas, el frío y las vaquitas, y cantas a todo pulmón con tu gran amigo: “No me asustan los desvíos, los puentes, sólo quiero seguir acercándome, quiero encontrar ese paraíso, acercándome, acercándome”.

lunes, 2 de noviembre de 2009

May God bless that Basterd!


Siempre he creído que los genios contemporáneos son los cineastas. Son como pequeños discípulos de Leonardo Da Vinci que tienen en su cabeza la música y la arquitectura o que, en otras palabras, dominan las dos dimensiones que los artistas de la interpretación y de la plástica dominamos por separado: el tiempo y el espacio.
Quentin Tarantino es un genio. Un genio sin remedio que ha sido capaz de subvertir los parámetros establecidos en el cine y que ha sabido convertir su nombre en una apuesta estética propia, en una marca: una marca bañada en sangre y en la belleza propia de la violencia y los impulsos de venganza que todos llevamos dentro.
Con Inglourious Basterds Tarantino se atreve de nuevo: se atreve a contar la historia del siglo XX desde sus propios ojos, se atreve a contarla a su manera, se atreve a darle giros irreales y a soprendernos cuando todos esperamos que las imágenes se ajusten a los hechos que nos cuenta todo el día History Channel (o como Manolo y yo lo llamaríamos: WW II TV).
Tarantino se metió con los gángsters y lo hizo bien. Tarantino se metió con la Yakuza y lo logró. Tarantino se metió con los nazis, les metió la mano a los bolsillos, les sacudió los bolsillos, se adueñó de otras estéticas, exageró como siempre y nos contó una historia genial que a mí me mantuvo con taquicardia al menos durante los últimos 20 minutos de la película. Tarantino se metió con Hitler y cumplió - en celuloide - el sueño dorado de cualquier judío.
Pensé que Tarantino ya no podría sorprendernos más y estaba terriblemente equivocado.
¡Gracias a Dios por Quentin Tarantino! El mundo necesita genios, figuras notables, historias que valgan la pena y Quentin Tarantino nos da todo eso cada que una de sus películas entra a la cartelera.
May God bless that basterd!