domingo, 27 de febrero de 2011

Buscando Guayaba

Esta chica está buscando novio. Vive en función de conseguir una pareja. Sale varias veces por semana, se la pasa en Messenger, en Facebook, no se despega del chat de su teléfono inteligente y dedica gran parte de su día a urdir planes macabros con sus amigas.
Le duele la edad, se queja constantemente porque todo el mundo está emparejado menos ella. Le parece un horror llegar a los 30 años soltera y para ella es más criminal no tener novio que no tener trabajo.
Un día, harto de escuchar sus lamentos de pseudo-solterona le dije: "Eso no se busca. Deje de buscar y verá le llega. Salga, diviértase, conozca gente, pero no tenga en la cabeza que está buscando pareja. Va a terminar encarretándose con medio Bogotá, con una imagen ineludible de muérgana y sin novio".
Mis palabras cargadas de simpatía parecieron entrarle por una oreja y perderse en el vacío, donde el sonido no se propaga. Ella sigue buscando novio.
Las pocas veces que he estado enamorado en la vida - así felizmente enamorado - ha sido precisamente cuando más desesperanzado me encuentro, cuando tengo ganas de cualquier cosa menos de compartir mi vida con alguien.
El amor llega y lo agarra a uno de un tobillo cuando va trotando, se camufla entre la multitud, se mete en el cuerpo de una amiga que uno nunca había visto ni siquiera ligeramente atractiva, se sube las gafas en una librería, deja caer sus pertenencias en un Transmilenio medio vacío, muestra sus tarjetas de presentación en la bandeja de entrada del correo electrónico.
Si mis palabras no fueran menos que ruido para esta chica, le aconsejaría que se enamore de ella misma, que se dé cuenta de lo que vale a solas, que se convierta en alguien que valga la pena para que encuentre un día - en un cafecito del centro o en el árbol de guayabas de un solar viejo - el tipo que está buscando ahora.

viernes, 25 de febrero de 2011

Antioqueño & H.I.M.

El viernes usualmente consistía en ir a su casa, en ese proceso de reconciliación que habíamos emprendido no sé en qué momento. Niza IX es un barrio que se parece mucho a PauloVI y a Villa Pilar, con bloques de cinco pisos que albergaban grupos de 10 o 20 familias cada uno y para llegar hasta allá yo atravesaba caminando el Prado Veraniego en una aventura nocturna que, tiempo después, alguien me describió como peligrosísima.
Cuando nos daba pereza ir al cine nos metíamos al cuarto de Claudio a escuchar música y a hablar carreta. Meses después, en el 305 de Colina San Rafael, la cosa seguía siendo así. Claudio ya tenía el computador en la sala, Sergio se daba la vida de soltero que tan bien le caía y nosotros éramos la pareja de amigos de ese par. A veces cada uno tenía su propio computador en las piernas, nosotros resolvíamos asuntos de trabajo aunque fuera un fin de semana y ellos buscaban concretar algún plan para el final de la noche a través de Messenger.
Usualmente Claudio tenía una botellita de Antioqueño. Cuando ella y yo queríamos tomar pedíamos a la tienda una de Ron Viejo de Caldas y cuando solo tomaba yo compartía la de Antioqueño con Claudio y Sergio. Creo que los cuatro nos queríamos y yo hacía parte del mobiliario de su apartamento, así como ella era parte del paisaje en el mío. Antes de que discutiéramos por dinero, antes de soltar frases como “yo también soy fiador y necesito que resolvamos este asunto” o “cuando se trata de plata yo no tengo amigos”, los viernes eran una excusa para celebrar habernos conocido. Casi siempre ella se levantaba del sofá antes que todos y me decía con una mirada “te espero en la cama” y yo me quedaba compartiendo tiempo y trago con ellos, que casi nunca concretaban sus planes de viernes a través de Messenger.
A veces, sin estar siquiera prendidos, nos daba por repetir una canción una y otra vez: La versión de H.I.M. de Wicked Games. Uno puede ponerse barreras y tratar de no enamorarse de alguien, pero a la larga la pelea se pierde, era la conclusión.
La semana pasada vi a Claudio. Almorzamos juntos. Me dijo que era increíblemente paradójico que Sergio se hubiera casado y que el viviera con Ana y que ahora fuera yo el tipo que no tenía con quien compartir sus noches de viernes. A veces Claudio y yo extrañamos un poco esos días, en una especie de círculo de insatisfacción en el cual la condición propia permite unas cosas y restringe otras. Esta noche de viernes mis compañeros de apartamento se irán para un concierto y yo voy a quedarme solo porque no quiero salir de la casa. Tengo un vino tinto, un pan con hierbas, un queso y brasas para la chimenea; tengo una guitarra nueva y no se me ocurre con quién compartir todo eso con excepción de mi hermano que anda ocupado. También es bonito pasar tiempo a solas, prender la chimenea y tocar guitarra solo; pero hay viernes en los que los extraño un poco, en los que quisiera tomar Antioqueño y escuchar H.I.M. una y otra vez.

jueves, 24 de febrero de 2011

Comentarios Inútiles XV (Strauss y Gadafi en una sola entrada)

1. De niño fui un lector precoz de noticias. Para mí el Medio Oriente era una pelea constante entre Irán e Irak (que según la RAE ya no se escribe Iraq). El tipo malo era el del trapo en la cabeza (un tal Ayatolá) y el bueno era el del bigote. La guerra duró 10 años y de un momento a otro el del bigote estaba en guerra con Estados Unidos. Ahí en el colegio ya me habían dicho que, según Nostradamus, el tercer anticristo vendría del Medio Oriente. Antes de cumplir 10 años temía por el fin del mundo y cuando vi las noticias de los ataques norteamericanos a Bagdad me encerré en el baño a llorar porque el mundo se iba a acabar. Eso no se lo conté ni a Manuel.
2. Aunque Muammar al-Gadafi era un protagonista de las escena internacional ochentera no lo referencié sino hasta que vi a Joaquín Reyes imitándolo en La Hora Chanante. Ahí pasé a Wikipedia a leer la historia del líder libio y lo consideré un loco venido a menos, hasta esta semana. Para el niño lector de noticias, Libia era una prima - muy chismosa por cierto - de mi mamá por un lado y de los hermanos medios de mi papá por el otro. Y de Trípoli vine a escuchar por primera vez en la canción Orinoco Flow de Enya (Shame on me!). Ahora que lo recuerdo, Alejandro Higuita nos hablaba mucho de Gadafi y de Mubarak en las clases de actualidad, pero es que Higuita pasaba de las putas de Manrique y de los grupos de teatro a los temas internacionales y sus anécdotas en El Colombiano con tal rapidez que uno se perdía a ratos.
3. Las fiestas de 15 años siempre me parecieron de una ritualidad maravillosa, a pesar de lo ridículo del cuento. Yo he estado en fiestas de 15 de todas las calañas, de todos los estratos y en todas ellas me divierto casi tanto como en los matrimonios, que a estas alturas de la vida son mucho más frecuentes que las fiestas de 15. Dos mujeres cercanas a mí tienen anécdotas notables con la celebración de sus 15 años: Una (que no daba un peso por sus quince años y a la que le importaba un pepino esa celebración) fue enviada por sus padres a celebrar su cumpleaños en una excursión de un mes por toda Europa. Su fiesta de 15 años se celebró en Viena y bailó con cadetes militares, conoció varias capitales de Europa Occidental y estaba tan mamada al final del viaje que no quiso salir del hotel en Madrid. La otra cumplió sus 15 años encerrada en la finca de sus papás, mientras toda la familia se preparaba para que a la madre la operaran de un tumor cerebral y para el grado del colegio de una de las hermanas mayores. Ese día llovió mucho. Pasó la tarde en esa finca viendo llover y esperando que su madre no se muriera en la cirugía.
4. Y lo que más gracioso me parece de las fiestas de 15 es la ritualidad del tal "paso de niña a mujer". Yo no sé si ya estoy cogiendo mañas de viejo chocho, pero creo que a los 15 años una mujer es todavía una niña. Yo no sé cuándo una niña se convierte en mujer así como tampoco tengo claro cuando un niño se convierte en hombre, pero estoy seguro de que la adultez masculina se tarda un poco más en llegar.
5. Volviendo al cuento de Gadafi y de las revoluciones árabes, no me parece gracioso cuando hacen chistes con ese tipo de cosas tan sangrientas; pero alguien escribió hace días en Twitter que no entendía por qué querían sacar a Carlos Santana de Libia. Y me reí.
6. ¿Hay algo más raro que la lluvia soleada? El medio día estuvo así en Bogotá. Moría del calor porque me estaba pegando el sol en el buso negro, pero si me lo quitaba permitiría que la lluvia me pegara directamente en la camisa, garantizándome automáticamente el olor a pecueca durante toda la tarde. A la larga no me quité el saco. Después de almorzar estuve tocando guitarra un buen rato y pensándolo bien no me mojé tanto. Huelo a Malibú de Playboy  y oler a Malibú de Playboy también me da risa.
7. Cuando amanezcan sintiéndose feos y quieran subirse la autoestima entren a Google, y busquen fotos con el rótulo 'severe acne'.
8. Cuando ella me dijo: "Yo soy una Chica Gillette" pensé en Gillette and the 20 fingers y en "mi nombre es Yasuri, Yasuri Yamilé, te metes conmigo y te saco la yilé (Gillete) y te hago una ye, que no es de yeyé, sino de Yasuri, Yasuri Yamilé". ¿Qué habrá pasado con Gillette después de los 20 Fingers? Las canciones no me mataban, pero su voz era chévere, toda ronquita.
9. De verdad parece como si existieran personas sin modales en cuestiones de relaciones de pareja. Si el tiempo me lo permitiera me dedicaría a redactar una especie de Urbanidad de Carreño relacionada al emparejamiento. Contaría con capítulos como 'Acercamiento', 'Coqueteo sin Chabacanería', 'Diplomacia Sexual', 'Modales Postcoito', 'Llamadas y Mensajes', 'Rompiendo con Decoro', 'Tomar Distancia', 'Establecimiento de una Amistad Posterior'. No sé si la gente compraría mi 'Manual de Modales Piscosexoafectivos', pero sé que habría más de un figlio di puttana al cual le caería bien su lectura. Manners!
10. Firmé mi primer autógrafo hace 6 o 7 años para unas niñas que habían escuchado Vienes Bien en radio. Esta semana me pidieron un autógrafo y me dijeron: Te sigo en Twitter y me encanta lo que twitteas. #fail


miércoles, 23 de febrero de 2011

Señorita Cora

No hago ejercicio hace días, necesito sacar endorfinas de alguna parte y por ahora el sexo no hace parte del panorama. Soñé estar enfermo. No sé si es esta habitación o mis desórdenes de horario lo que me produce sueños tan raros últimamente. Soñé una convalecencia, estar hospitalizado (cosa que nunca me ha pasado en la vida), estar recién cosido en el quirófano, tomar analgésicos de esos que no se le desean a nadie (la morfina y sus metabolitos navegando por mi sistema); te vi sentada a un lado de mi cama en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, quise alcanzarte, decirte algo que ya no recuerdo pero noté que mi cuerpo no respondía. Me desperté y quise releer ese cuento de Cortázar pero la hora en mi celular me gritaba: Hay que salir corriendo de esta casa. Ha sido un día terriblemente largo, necesito consuelo, terapia, analgésicos para el alma, una anestesia general. Tal vez esta noche vuelva a soñar contigo, a encontrarte vestida de enfermera, con la cabeza recostada contra la pared, en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia o de pie junto a mi cama de enfermo acariciándome con cariño, pasando tus manos sobre mi frente una y otra vez.
Los dedos me piden música. Un sueño absurdo y un cuento me dieron el nombre de mi nueva guitarra.

martes, 22 de febrero de 2011

El Abrazo Opcional (Para Augusto Tamayo)


De no haber sido porque anoche tenía un par de compromisos inaplazables adquiridos con anticipación, me hubiera encontrado - después de años de no verlo - a Augusto Tamayo. 
Augusto y decenas de otros músicos de la ciudad asistieron a una reunión en la cual se habló mucho sobre el futuro de la música en Bogotá y en Colombia, según me contó Segio Orejuela. Recordé con Sergio que hace años todos estábamos metidos en un esfuerzo colectivo llamado la Reacción Colombia Rock y Pop, que agrupó en una serie de conciertos a los que - creíamos - eran los mejores exponentes del rock y el pop en la ciudad, a los herederos de los padres fundadores de esa vaina conocida como Rock Latino o Rock en Español. Andrés Cepeda nos abrió las puertas de La Casa del Ekeko, tocamos en La Tea, en Canterbury, dimos lora como colectividad y afirmamos, a todos los medios que nos prestaron atención, que íbamos a luchar juntos hasta el cansancio para ver a nuestro público unido, reaccionando contra fenómenos musicales deleznables como la invasión vallenata, el auge del reggaetón y la peor de todas las pestes: El Tropipop.
Se nos acabó la fuerza, la gasolina. Cada quién siguió en lo suyo por separado. Gatoblanco grabó su disco debut, Plásti-k hizo un EP y varios conciertos, Kapicúa se desintegró y con profundo dolor recibí la noticia de la separación de //4am, la banda que integraban Augusto y Jose. Tuto abrió Btá y encontramos de nuevo un hermoso refugio para escuchar y tocar la música que nos gustaba, dedicándose también a otros proyectos posteriores a //4am, que incluyeron la publicación de algunas nuevas canciones suyas y la feliz aventura de tocar con Ciegossordomudos.
No fueron pocas las ocasiones en las que compartimos tarima, ni pocas tampoco las oportunidades en las que he confesado sin vergüenza mi admiración al trabajo de Augusto como pianista, como cantante, como arreglista y como compositor. Él es uno de esos tipos que uno mira de lejos con respeto, por más que tenga la oportunidad de saludarlo con un abrazo cada vez que se cruza con él.
Augusto es hincha furibundo del Atlético Nacional y sus preferencias políticas están bien asentadas a la derecha. Yo sigo con cariño y resignación (casi desinterés) al América de Cali y si alguien me pregunta por mi postura política me autodefiniría como de centro-izquierda. Odio el comunismo, me parece una abominación tan detestable como el autoritarismo totalitario de las dictaduras militares. Hace unos minutos Augusto publicó en las redes sociales estar considerando la posibilidad de dejar de seguir mis comentarios comunistoides en Twitter.
Le hago una invitación pública a Augusto: Hagámonos el favor mutuo de darnos "Unfollow" cuanto antes.
El día en que Gatoblanco asistió por primera vez como nominado a unos Premios Shock, en 2007, a Augusto lo sacaron por la fuerza del auditorio donde se llevaba a cabo la ceremonia porque se había agarrado a golpes con alguien. Lleguemos a una solución pacífica, Tuto, que nos permita ignorarnos mutuamente por completo en las redes sociales para estar más tranquilos, que me evite contribuir a sus constantes dolores de cabeza, que nos evite agarranos a puños por cosas que yo considero secundarias cuando trato con un músico (la política, la religión, el deporte) una solución que me de al menos la oportunidad de volver a encontrármelo en la calle y decirle cuánto me gusta la música que hace, cuánto disfruté la última aventura de Ciegossordomudos, de Augusto Tamayo o de //4am.
El abrazo, Augusto, podemos dejarlo como algo opcional.


lunes, 21 de febrero de 2011

La mujer ideal

Melissa Auf Der Maur - Ex-bajista de Hole y de
Smashing Pumpkins
Me pidió que le describiera a la mujer perfecta y empecé por enumerar una serie de cualidades personales que parecieron importarle poco.
- No - me dijo -, quiero que me describas a tu mujer ideal pero físicamente.
- Lo primero es la proporción cintura/cadera.
- Ajá
- Una cadera más ancha que la cintura es un factor absolutamente necesario.
- Prefiero las pieles blancas, muy blancas.
- ¿El pelo?
- En orden prefiero el rojo, luego toda la gama de castaños, después está el negro y las rubias están en el fondo de la tabla.
- ¿Liso, crespo, ondulado?
- Ondulado diría yo. El color de los ojos no me importa siempre y cuando sean expresivos.
- ¿La boca?
- Prefiero los labios gruesos.
- ¿Y los dientes?
- Pues que estén completos.
- ¿Y la nariz?
- No sé si sea un fetiche pero me gustan las narices grandes.
- ¿Y el pecho? ¿Importa?
- Muy poco.
Hubo una pausa, un silencio que se prolongó por varios segundos.
- Suena monstruosa - dijo ella.
Tal vez tiene razón. Esta mañana escuchando música noventera di con un video de Tori Amos, una mujer que no sólo cumple con casi todos los requisitos enumerados en aquella improvisada entrevista sino que además cumple con una de las condiciones que no me dejó enumerar ella al principio: toca piano. Y bueno, no es que Tori Amos sea precisamente mi mujer ideal. Si renunciamos a los labios gruesos y a la nariz prominente encontramos a Melissa Auf Der Maur que es, a mis ojos, mucho más atractiva. Ahora, si dejamos de lado el pelo rojo nos encontramos a Anne Hathaway, a Natalie Portman, a Flora Martínez. Si pasamos por alto también el color de piel, la proporción cintura/cadera y la dentadura completa nos encontraremos con todo el género femenino; más de la mitad de la población mundial.
Así que en realidad esa mujer ideal está en otra parte, en otros rasgos, en un conjunto de condiciones que sería vergonzoso enumerar en un blog, en la serie de cualidades personales que a ella parecieron importarle tan poco.

domingo, 20 de febrero de 2011

Love (Un cuento musical)


Bitácora del Capitán Nolland, comandante del Argos XXII.
Febrero 13 de 2211
Seguimos trabajando en la reconstrucción de la nave. El Técnico de Vuelo McNaime y el Oficial de Seguridad Rodríguez salieron en una expedición en busca de alimentos hace casi una semana y no han regresado. El planeta parece ofrecer una atmósfera amigable para mamíferos a tal punto que Tauro, la mascota no autorizada de la tripulación, sale a dar pequeños paseos de reconocimiento. Se acaba el agua potable y las provisiones, pero Tauro parece encontrar la forma de mantenerse vivo alimentándose de alguna forma viviente inferior, presente en el área. McNaime y Rodríguez salieron con la esperanza de encontrar especímenes zoológicos o botánicos para nuestro consumo.  Empieza a preocuparme su situación.
Febrero 15 de 2211
McNaime regresó ayer en la noche diciendo que había perdido el rastro de Rodríguez cuatro días atrás. A lo mejor la falta de agua y de alimentos le ha hecho entrar en estados febriles donde alucina, porque me dijo que  la noche del día 13 había visto a Rodríguez precipitándose a las fuentes de un oasis azul en esta zona desértica. Al amanecer del día de hoy encontré una nota en la que McNaime se despedía diciéndome que Rodríguez debería estar vivo y seguramente en mejores condiciones que nosotros y que saldría a su encuentro. 
Febrero 20 de 2211
La debilidad empieza dificultarme la escritura y los dispositivos de registro telepático se averiaron antes de arribar a este planeta. A diferencia mía, Tauro parece estar muy a gusto. Se nota que come y bebe porque no ha perdido la vitalidad y anoche me pareció verlo tapando sus deposiciones con arena. Me mantengo vivo con raciones muy justas de carbohidratos comprimidos.
Febrero 27 de 2211
No sé desde cuando estaba dormido porque apenas esta mañana vi la fecha en mi reloj de pulso. Anoche, en medio de las alucinaciones febriles me pareció ver a McNaime a unos 400 metros del área de impacto, donde aún me mantengo junto a la nave. Serían tal vez las alucinaciones febriles propias de este desierto, pero McNaime parecía estar nadando en una fuente acuosa acompañado por una figura antropomorfa femenina. Los escuché reírse y McNaime llamaba  a Rodríguez constantemente.
Marzo 1 de 2211
Ayer consumí la última ración de carbohidratos comprimidos. Me pregunto de donde sacará Tauro el líquido y los alimentos que requiere, porque no parece haber señales de vida en este maldito desierto. Me pregunto si hay algún tipo de forma de vida inteligente que le esté suministrando a Tauro el agua y la comida que necesita para vivir. El sueño se hace imposible de controlar, calculo que mañana se acabará mi dotación de agua. No creo que hayan enviado una misión de rescate. Estoy condenado.
Marzo 6 de 2211
Volví a quedarme dormido y no sé por cuánto tiempo. Anoche me despertó la lluvia y Tauro estaba sentado a mi lado. El agua fría se me metía por la ropa, por los poros. Abrí la boca mirando hacia el espacio y gritaba en éxtasis cuando me di cuenta que, de alguna manera, lograré sobrevivir al menos unos días más en este planeta, aunque es probable que jamás regrese a la tierra. Tauro traía en el cuello un collar al cual estaba atado un pedazo de algo que parecía papel. Tomé entre mis manos el minúsculo rollo, lo abrí tratando de protegerlo de la lluvia y quise contener mi sorpresa cuando leí que en la grafía de nuestro propio idioma estaba escrita la palabra 'Sí'.
Tauro está profundamente dormido, pero sé que al atardecer volverá a irse de excursión. No tengo nada que perder. Esta noche abandonaré la nave y seguiré sus pasos.

Casablanca

"Leave him alone Miss Ilsa, you're bad luck to him"

Tarea: Vea este video antes de leer la entrada. No se deja incrustar en una página diferente a YouTube, así que no puedo ponerlo al final del texto como acostumbro hacerlo. Hágale pues, vea el video y después lee la entrada: Pulse aquí donde dice Casablanca.

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No sé cuántas veces he intentado ver Casablanca sin éxito, porque siempre me quedo dormido a intervalos, y aún así es una de mis películas favoritas. Ese grupo de "películas favoritas" es tan amplio y de tan variada índole que incluye un par de Batman, Pinocho y Alicia en el País de las Maravillas de Disney, Virgen a los 40, The Nightmare Before Christmas, El Perfecto Asesino, Carlito's Way, El Ciudadano Kane, El Padrino, Pulp Fiction, Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos... (y la lista continúa).
Así como Batman satisface mi necesidad de heroísmo, Pinocho se entiende bien con mi niño interno y Virgen a los 40 satisface mi lado más tonto, Casablanca le apunta directamente al punto estúpida e irremediablemente romántico de mi corazón y le gana la pelea a todas mis otras personalidades. La historia de Ilsa y Rick, el piano de Sam, la tontería de Renault, la perfección de Lazlo, el marco de la Segunda Guerra Mundial, todo se presta para que Casablanca sea una película cautivadora y que vale la pena ver muchas veces, así sea en fragmentos inconexos como yo lo he hecho.

El amor por Casablanca llegó a tal punto que, cuando estábamos grabando nuestro segundo disco, Sebastián y yo consideramos la posibilidad de incluir la frase "Play it once Sam, for old times' sake" antes de empezar Cinema. Manuel, un poco menos cinéfilo que Sebas y yo nos convenció de que ese capricho quedaría desconectado de toda la intención del disco. Le hablamos de los sampleos de noticias y shows televisivos que hay en Despertar, pero no logramos convencerlo. Al final desistimos de la idea.

No sé si exista tal cosa como un "amor de la vida", pero me imagino viendo Casablanca con ese "amor de la vida" apoyados el uno contra el otro en la cama en un descarado derroche de pereza dominical. Intentaría verla en este momento, pero ya son más de las dos de la madrugada y en la mañana hay que trabajar.

sábado, 19 de febrero de 2011

Necia

Tienes la naricita sudorosa, se te escurren las gotas sobre las pecas y sonríes cuando terminamos el enésimo beso. La gente en Rosita Rococó nos observa y entre la silla Rimax y el peso de tu cuerpo se encargaron de adormecerme las piernas. Lenny Kravitz se ha ganados los últimos dos premios Grammy a Mejor Canción Rock así que cuando suena Fly Away todos se ponen de pie y empiezan a bailar, incluso yo con mis piernas adormecidas y tú con tu naricita sudorosa. Será la última tanda de baile porque ya casi cierran. Antes de que te abra la puerta del carro me palmoteas el glúteo mayor con fuerza. Nos encaminamos hacia tu casa por la avenida desierta y la noche helada. Tomas mis discos y pones mi copia del 5: "I want to get away, I want to fly away".
Cuando te dije que quería escaparme contigo era en serio. Como buenos turistas buscamos la mejor playa y el mejor descapotable de alquiler. Te paras del asiento de copiloto y dejas que el viento te desordene el pelo. El vestido de baño es negro y la piel luce blanquísima. Con toda la fuerza acumulada en mi brazo derecho durante treinta y pico de años te plamoteo el glúteo mayor.
- ¿Por qué me pegas?
- Por necia - contesto. Siéntate que de pronto te aporreas.
Te sientas y me das un beso en la mejilla, dibujas una sonrisa debajo de tu naricita sudorosa y tus gafas oscuras. "I want to get away, I want to fly away with you", te ves hermosa cuando cantas.
- Te vas a poner coloradísima - te digo. Perdóname.

jueves, 17 de febrero de 2011

Comentarios Inútiles XIV (1, 2, 3... ¡14!)



1. Mi profesora de radio me dijo: Tienes una voz increíble, deberías dedicarte a hacer locuciones, o a la radio, o a cantar. ¿Qué es lo que más te llama la atención de la carrera? Y yo respondí: No sé, Eliana, creo que la televisión. Ahora hago música, dicto clases de canto, de inglés, escribo. ¿Y la televisión? Qué pereza, ni siquiera veo televisión. 
2. Y no hay para mí un lugar más encantador que un estudio de grabación. Uno se llena de capacidad, de creatividad, siente con anticipación la energía que va a recibir de los amigos y las personas que escuchen su música tiempo después. Cuando alguien me habla de las canciones que ya grabamos hace tiempo recuerdo los sentimientos de esos días, cuando esas canciones fueron escritas y la excitación de querer acabar un álbum tan pronto como fuera posible para escuchar la opinión de los demás, el feedback. Entre más retroalimentación recibo más ganas me dan de seguir haciendo algo, ya sea escribir, o cantar, o tocar guitarra. 3. Hay tiempos en los que uno cae en el letargo de no grabar, de no salir a tocar, de no componer y es como una pequeña muerte que nadie entiende sino los propios músicos. La gente alrededor sólo pregunta: ¿Y cuándo tocan? Y es desgastante ponerse a explicar, es que estamos grabando, es que en esta época del año no vale la pena tocar, es que no nos pagan lo suficiente, es que andamos en otra cosa. Y lo peor es que es eso mismo lo que uno ansía todos los días: volverse a subir al escenario, pero eso sólo vale la pena cuando hay cosas nuevas para mostrar. La sala de ensayo pide estudio de grabación, el estudio pide tarima, la tarima trae vivencias, las vivencias generan escritura, llegan las canciones, vuelve la sala de ensayo, la sala de ensayo pide estudio de grabación.
4. Oigan y se retira Ronaldo del fútbol ¿no? Será que me he pasado los últimos años (como desde el 94) alejado de la actualidad futbolística porque a mí Ronaldo no es que me haya parecido pues así como la locura. Messi sí me parece increíble, como Maradona. Pero este man Ronaldo... no sé.
5. He descansado hasta del amor de mi gato. Tener a Zeta en casa de mi hermano es una forma de desapego que me duele y me exige más que dejar atrás lo que estoy dejando atrás. Al menos puedo ir de vez en cuanto y decirle 'Te Quiero' y acariciarle la barbilla y dormir con él, cosa que no quiero hacer con aquello que estoy dejando atrás.
6. Aquí estoy, aplastado, inmóvil, sedentario, escribiendo acerca de las bondades del ejercicio físico para pacientes hipertensos, esperando que las horas pasen mientras me atraganto con chocorramos, galletas, DeToditos y cantidades industriales de café y defendiendo los beneficios de la dieta DASH. Diría que soy una contradicción ambulante, pero soy una contradicción sentada.
7. No me gustan las versiones en bossa de canciones de rock que se popularizaron hace unos años. Ése es un odio infundado por mis profesores de comunicación que me hablaron de la cultura popular, la cultura culta y el mid-cult. Ahí en el medio está todas aquellas manifestaciones de cultura popular que quieren disfrutar del estatus de la cultura culta. En otras palabras, el mid-cult está conformado por todas aquellas manifestaciones arribistas de la cultura popular. Ábranle campo a Andrea Bocelli, a Richard Clayderman, a Il Divo y a los discos de Bossa 'n Stones, Bossa 'n Marley y Bossa 'n Roses.
8. Todavía no entiendo por qué Bono dijo "1,2,3,14".

miércoles, 16 de febrero de 2011

No sé a qué hora nos hicimos grandes

No sé, Anita, a qué hora nos hicimos grandes; en qué momento nuestros encuentros se hicieron conversaciones de adultos, cuándo se volvió a tender un puente entre nosotros, cuándo se borraron las diferencias de la adolescencia. Toda la vida hemos pensado diferente y hemos estado en desacuerdo en muchas cosas, pero es como si ambos hubiéramos sido caras distintas de una misma moneda y de alguna manera lo que el uno hacía encontraba eco u oposición en lo que hacía el otro. No puedo decir que alguna vez te sentí como una hermana, pero nunca te sentí tampoco como una tía; a lo mejor es como si fueras la más cercana de mis primas o una amiga que, por cuestiones del azar, resultó ser también la hermana menor de mi mamá.
La última vez que tuve el placer de recibirte en mi casa, pensé en el día en que me recibiste tú a mí en el jardín infantil, en lo bravo que me ponía cuando algún otro niño te molestaba, en el mínimo trayecto que había del Preescolar Jueguitos a la puerta de tu casa, en las tardes viendo Plaza Sésamo, en las sesiones de juegos con Isabel, en las caminatas con el abuelo para atrapar gusanos, en los paseos a un río, en tus amigas preadolescentes, en tu fiesta de 15 años, en tu grado del colegio. Perdóname si ese día estaba demasiado ocupado hablando por teléfono o trabajando en algún texto, perdóname si alguna vez nos enfrascamos en alguna discusión tonta, perdóname si alguna vez estuvimos en lugares de pensamiento distintos y no podíamos entendernos el uno al otro.
Gracias por salvarme el pellejo en alguna ocasión, por escucharme cuando estoy triste y por darme consejos, por atreverte a decir "esa mujer no te conviene", por el café y el licor compartidos, por hacerme reír cuando - a pesar de haber perdido ya la palidez anémica de la infancia - me sacas una sonrisa al llamarme "Carequeso".
Esta mañana cierro los ojos y no requiero esfuerzo alguno para vernos a todos en el salón de clases, con el delantal a cuadros amarillos y ese ineludible olor a regueros de café con leche. Feliz cumpleaños, Negrita. No sé a qué hora nos hicimos grandes. 



martes, 15 de febrero de 2011

Babyface

No sé, será que crees que soy mejor poniendo la música que manejando el carro. Pero esas cosas pasan, ¿no? Está bien que yo haya conducido en el trayecto de ida y vos en el de regreso. Vamos bajando de la montaña y ahí está la ciudad explayada como la hierba que crece fácilmente a lado y lado del río. Detrás de los lentes oscuros tus ojos brillaban con la tarde y ahora que cayó la noche te molestan las luces de los carros que vienen saliendo del casco urbano. ¿Te conté que me obsesioné con los gatos desde esa noche en que maté uno por accidente? Bueno, venía escuchando este álbum, el Zooropa de U2. ¡Cómo se te facilita sonreír con las tonterías que digo, que agradable es el comienzo, cuando todo está lleno de historias por contar y de preguntas por hacernos mutuamente! La noche está cada vez más oscura. No pasamos más de un minuto en silencio.
- No me lo estás preguntando, pero The Edge es mi guitarrista favorito, no es uno de esos virtuosos arrogantes, es lento, es creativo, es cuidadoso. 
- ¿Cómo era ese gato que mataste? 
- Atrigrado, muy parecido a Zeta. Me dio mucha tristeza eso. 
- ¿Y cuándo fue? 
- Como a mediados de 2002.
- Avísame si ves policías. 
- Ojalá no nos paren. Seguro el pan y el queso no van a quitarnos de la boca el olor a vino.
- Algo inventarás vos, yo soy pésima lidiando con los policías.
- Te aseguro que yo soy peor.
¿Y qué haremos en la noche, dónde vamos a dormir hoy?

lunes, 14 de febrero de 2011

Habanera

A veces el mar se pone así, difícil. Hoy no es la excepción y las corrientes del Golfo de México son la peor amenaza que tenemos. Y bueno, están las patrullas de inmigración, pero vale la pena zarpar si es por algo mejor. Si no estuviera harto no me treparía a esta lancha para desafiar el océano y buscar un trabajo, así sea un pésimo trabajo, en la Florida. Arianna está en el malecón haciendo mala cara, odia verme partir y yo no quiero que se vaya conmigo. Yo viajo primero y si todo sale bien vuelvo por ella. Quiero que me de un beso de despedida pero esa dignidad, esa rabia, esas ganas de que la vida sea única y exclusivamente como ella quiere que sea le impiden decirme que me quiere, que me va a extrañar, que me cuide. No pueden esperarme más, me subo al bote. Miro hacia atrás y Arianna está ahí parada viéndome  partir, no llora, no se inmuta, no sé si es dolor o es rabia. Ya la pierdo de vista. Ahora todo es agua por todas partes. Agua, frío y ganas de desembarcar sano y salvo. Cierro los ojos, el viento me despeina.

Isabel

¿Cómo hace uno para expresar, sin remordimientos o sin caer en la ridiculez, el amor por un objeto? ¿De hecho es eso posible, amar un objeto? Tengo en Facebook un álbum de fotos llamado Pequeños Tesoros Materiales y está, básicamente, lleno de guitarras. Esta tarde grabamos unas acústicas para el nuevo sencillo de Gatoblanco y me puse a hacer cuentas y esa guitarra Honner, que compré hace casi 10 años y que llamé Isabel, ha grabado conmigo más o menos unas 30 canciones. Me metí a Blogger, leí una entrada vieja que habla de Cecilia en un texto en el que la mezclaba a ella con la mujer que adoraba en aquel entonces. Me dieron ganas de escribir acerca de mis guitarras, pero es tonto. No hay forma de expresar, sin caer en la ridiculez, esa relación que uno tiene con su instrumento. ¿O sí? ¿No fue eso lo que hice al escribir sobre Cecilia? Entré a YouTube y vi a The Edge hablando de su Explorer. No todos tienen esa costumbre animista y medio pendeja de poner nombre a las cosas. Tomé de nuevo a Isabel y toqué los acordes del sencillo nuevo. Tengo mucha ansiedad, muchas ganas de escucharlo en la radio. Tengo risa de tontico después de colgar el teléfono. Pronto me llegará una guitarra nueva, una electroacústica, otra Epiphone, e Isabel se volverá la guitarra de tocar en la casita, de componer, de tener junto a la chimenea. Esta entrada no tiene pies ni cabeza. Me voy a dormir.

jueves, 10 de febrero de 2011

Sensibilidad

'Cause I got too much life running through my veins to go to waste - Robbie Williams - Feel - 2003

Carolina dice en Twitter que es demasiado romántica y sensible para el año 2011. Yo le respondo que no es la única, que aquí estamos con ella, que hay solidaridad. Dos semanas más tarde, Carolina vuelve a decir en Twitter que es demasiado sensible para el año 2011 porque lloró viendo una película y ahora tengo que opinar. Creo que lo que hay que hacer con esos excesos es convertirlos en propósitos útiles y entregárselos a las persona indicadas.
En 1993 yo era demasiado sensible para 1993. Iba apenas a cumplir 12 años y mientras mis amigos sabían tutear a las niñas y hablaban por teléfono con ellas a toda hora yo trataba a todo el mundo de usted y me dedicaba a aprender a hacer música. La vida de mi familia giraba alrededor de mis hermanas recién nacidas; yo salía del colegio a las clases de tiple y regresaba a la casa sin saber qué hacer con tanto tiempo libre. No socializaba con nadie y mi única compañía era mi hermano Manuel, que había aprendido a tocar flauta conmigo pero que apenas estaba transitando la primaria. Un día, cansado de esa opresión en el pecho, me senté en el cuarto de invitados de la casona grande que teníamos en Chipre y escribí lo primero que se me vino a la cabeza. Mi profesor de español lo catalogó como prosa poética y lo publicó en el periódico del colegio, Antorcha Juvenil. Mi exceso de sensibilidad se convirtió en un 10 en Español y Literatura que, a la larga, me subió el promedio. Un año después mi fragmento de prosa poética fue publicado en la sección infantil del diario La Patria y todavía no entiendo cómo los editores del periódico publicaron semejante oda a la depresión preadolescente en un espacio infantil titulado Chiqui-Cuentos.
En 1999 yo era demasiado sensible para 1999. Al salir del ejército decidí armar un grupo con Manuel y con mi amigo Sebastián García y compuse, en marzo o abril, mi primera canción. Era otra oda a la depresión adolescente y la había escrito para mi difunta primera novia.
Estamos en el año 2011. Pronto cumpliré 30 años y me siento demasiado sensible para mi tiempo y para mi edad. No digo que la música, la literatura o cualquier otra forma de arte sean la receta de salvación, pero sí puedo decir con seguridad que esa salvación existe y está dentro de cada uno. 
Algunas personas tienen exceso de tejido adiposo, o un trabajo excesivo de la tiroides, o exceso de elasticidad. Otros somos demasiado románticos o demasiado sensibles. Las personas que están pasadas de peso deben comer sanamente y hacer ejercicio. ¿Los que estamos pasados de sensibilidad qué haremos? Carolina tiene el síntoma, yo tengo la pregunta y alguien debe tener la respuesta. Ella dice que es excesivamente sensible y a mí me dan ganas de escribir, o de abrazarla. 
En todo caso es el año 2011 y por ahí hay proyectos, intenciones, obras y personas que se merecen y necesitan nuestro exceso de sensibilidad. El universo es así de perfecto.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Gimansio

Anoche salí a trotar. Corrí por el parque de la 110 durante 25 minutos y regresé a casa a las 8:00 pm con energía para trabajar hasta las 2:00 am. Recordé por qué hago ejercicio y recordé que necesito buscar un gimnasio en el sector donde ahora estoy viviendo. 
Fui un niño gordito hasta los 14 años, cuando decidí entrar al gym y ponerme bueno. No me puse bueno, pero adelgacé y descubrí que el ejercicio cardiovascular lo ayuda a uno a sentirse bien. Serán las endorfinas, o no sé qué cosa que uno sólo puede generar teniendo sexo y haciendo ejercicio.
En 1995, cuando entré por primera vez al Gimnasio Casimar en Chipre, hacíamos aeróbicos al son del delicioso house noventero. En el sauna y el turco ponían hojas de eucalipto, así que para mí la combinación de eucalipto y house me pide sudor. Cuando llegué a vivir a Bogotá me exprimía en la banda sinfín y la escaleras del BodyTech de Chapinero. Siempre hacía ejercicio con los audífonos puestos para evitar sostener conversaciones o cruzar miradas con los vecinos fanáticos del fitness en la zona LGBT.
Nunca socializo en los gimnasios, jamás inicio conversaciones en medio de las rutinas; me vuelvo un misántropo en los gimnasios, me siento un poco como el protagonista de Mad About You que fingía ser un extranjero en el gimnasio al que iba. No hablaba inglés, sólo decía "Scusi" con un acento italiano bastante deficiente.
El caso es que quiero volver al gimnasio. A lo mejor recargue mi iPod de house (cuando vuelva a tener uno) y me dedique de nuevo a la banda sinfín. Es poco probable que logre marcar mis músculos abdominales, pero de seguro sentiré la diferencia cuando vuelva a subirme a un escenario a cantar. Y me sentiré feliz con o sin sexo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Te Busco / Don't Follow

"Say Goodbye, don't follow"
- "¿Y qué, cuándo nos vemos?" 
¿Cómo que cuándo nos vemos? pareces no acabar de entender que ese "Nos Vemos" es en realidad "No Nos Vemos", nos despedimos y nos distanciamos, tú tu camino y yo el mío, tú lo que elegiste y yo lo que la vida me va poniendo en frente. "¿Cuándo nos vemos?" La pregunta no es cuándo sino para qué y a ese para qué yo no le hallo respuesta. Me haces recordar la estrofa inicial de Toma La Ruta de Soda Stereo: "No preguntes más por mí, nadie sabe nada, no estés preocupada, yo la paso bien."
¿Cómo te hago entender, cariño mío, que cuando uno escoge es porque escoge y al tomar una opción renuncia de forma irrevocable a la otra?
- "¿Y qué, cuándo nos vemos?" Pues cuando el azar se encargue de un encuentro entre nosotros dos. Vuelvo a repasar el para qué y no encuentro una respuesta satisfactoria. 
Alice In Chains suena en BigRradio.com y las voces de Jerry Cantrell y de mi queridísimo Layne Staley me condimentan el café y las cavilaciones de media tarde en este lunes. Decían en en el material promocional de la película Te Busco, de Dago García, que cuando una mujer se va está pidiendo a gritos que salgan a buscarla.
Pues cuando un hombre se va está esperando cualquier cosa menos ser perseguido. Y menos cuando esa persecución no tiene un para qué justificado.

domingo, 6 de febrero de 2011

Baby, It's You

Era el 95. Mi profesor de inglés había sido reemplazado por un tipo que tenía una pronunciación no muy buena y una barba de borracho que me daba un poco de escozor. Ahora que lo pienso bien, todos los profesores del LANS tendían a tener pinta de jugadores empedernidos de billar o de conversadores de La Cigarra, más que de verdaderos académicos. Pero bueno, este profesor de inglés empezó a enseñarnos los tiempos verbales con canciones, cosa que no habíamos hecho en más de tres años, porque el profesor que nos tocó el octavo, séptimo y medio sexto era pésimo. Empezó por Phil Collins y la cosa estuvo bien, pero nada del otro mundo. La segunda canción que nos enseñó fue Let It Be de The Beatles y yo descubrí el agua tibia. Jaime Agudelo me prestó una copia del Past Masters Vol II y quedé felchado para siempre. 
Era el 96. El profesor de inglés que tuvimos en décimo (de hecho tuvimos tres y él fue el tercero) se parecía mucho a John Lennon y nos pidió que hiciéramos un reporte escrito y una exposición sobre nuestro grupo musical favorito. Yo ya había comprado casi todos los álbumes de The Beatles y mi tía Francia me había prestado la caja 'From Liverpool', que tenía casi toda la historia del grupo escrita en el reverso de los ocho elepés. Sacamos 10 en el trabajo. Mauricio Jaramillo hizo unas ilustraciones hermosas en carboncillo que tuve en mi habitación hasta el año pasado.
Esta tarde sonó Baby It's You en una de esas emisoras online que escucho cuando tengo que concentrarme. Saqué mi copia de Please Please Me y la puse a dar vueltas. Me dieron ganas de estar enamorado otra vez, pero felizmente enamorado, correspondido. Las mismas ganas que tenía en 1996. Se me quitaron al rato, pero seguí escuchando Baby It's You una y otra vez.
"It doesn't matter what they say..."
Me siento de 15 años otra vez, en plena Beatlemanía noventera. Saco una cerveza del congelador y sigo escribiendo sobre la Ley 100, pero acompañado por los Beatles.


Bruised and rusty

No me acordaba de tus ojos de gato, de tus pómulos altos y fuertes de leona. ¡Cómo pasa el tiempo! Te veo parada esperándome en una esquina de la helada Bogotá en este domingo soleado. El viento te despeina y te ves hermosa. Quién sabe si todas las condiciones favorables que nos han sido esquivas durante años nos sean favorables hoy o algún día en el futuro. Me gusta que te rías de casi todas las tonterías que digo, que me enseñes los dientes, que sepas conservar la distancia, que seas una mujer reservada, de esas que no lo tocan a uno ni por equivocación, que no están buscando un motivo para ponerle la mano sobre el muslo, que jamás usan un escote. Deberíamos ir a cine en estos días, buscar algo menos políticamente correcto que un almuerzo dominical. Sabes que necesito estar solo, que quiero mi espacio, que tengo el corazón oxidado y lleno de moretones, que hay que sanar a solas. Tú ya lo hiciste una vez, nadie podría entenderme mejor. Sonríes cuando me ves avanzar hacia ti. No esperas que traiga flores en la mano. Los años pasan, pero entre nosotros siempre será "demasiado pronto". Hora de sonreír de vuelta, dejar de escribir en mi cabeza una entrada en el blog.

sábado, 5 de febrero de 2011

Comentarios Inútiles XIII (Aquí las tengo...)

Oh Lord! Please let me be Tina Fey's glasses!

1. Me gustan las mujeres que han dejado de fumar. Me gustan porque han tenido la voluntad de dejar atrás un hábito nocivo y sin sentido como el cigarrillo. Me gustan más aún las mujeres que nunca han tenido el tabaquismo como un hábito en su vida, porque generalmente lo probaron y no les gustó, o les parece un vicio tonto, o nunca cedieron a la presión de grupo. Si es así, si nunca cedieron a la presión de grupo, hacen parte de mis favoritas. No se dejan llevar por lo que los demás o las demás tratan de imponerles. En conclusión, me gustan las mujeres de carácter fuerte, menos veleta, menos molino, menos barco a la deriva que la mujer promedio; tan linda pero tan presa de sus hormonas y de las opiniones de amigas, de sus madres y de los comentarios malintencionados de otras mujeres. Si no fumas, si dejaste de fumar o si fumas y quieres dejarlo entraste con el pie derecho. Si fumas y no quieres dejarlo tendrás que hacerle contrapeso a ese defecto con muchas otras cosas buenas, como una cadera prominente, una ortografía impecable y unas gafas bien puestas.
Foto: Tim Navis
2. Me gustan las gafas. Son tal vez el mayor de mis fetiches, derrotando en mi propio top of mind a los tacones y al color negro en la ropa interior. ¿Por qué? ¿Acaso la miopía o la hipermetropía son rasgos atractivos? No, realmente, no. Y tampoco es que las gafas sean garantía de intelectualidad así como la intelectualidad tampoco garantiza la atracción. Simplemente me gustan las mujeres con gafas y punto.
3. Imagínense pues que una amiga mía vivía con un extranjero que se bañaba poco, o más bien nunca. El cuarto del extranjero empezó a oler a indigente, luego el aroma se extendió por toda la casa. Mi amiga decidió que ya era suficiente y tanto ella como su otro compañero de apartamento empezaron a buscar un nuevo roomate que se bañara. No importaba la nacionalidad; lo único que le pidieron al universo fue encontrar un personaje que se bañara. El extranjero se fue llevándose su olor a loco. El nuevo compañero de apartamento de mi amiga se baña al menos tres veces al día y mi amiga muere de estrés porque su apartamento es estrato 6 y ahora el agua le llega muy cara. Moraleja: Universe will listen, universe will obbey. Care for what you wish!
4. Las galletas Saltín de Noel traen por estos días un portarretratos magnético, ideal para mantener en la nevera una foto de uno de tus seres queridos. Esta idea que hace una década me hubiera parecido terriblemente ridícula logró enternecerme y generarme dos dilemas: A. ¿Les molestará a mis compañeros de apartamento que además de haber pegado en la nevera mis figuritas vestibles y desvestibles de Michael Jackson y Carlos Gardel ponga también la foto de alquien que amo? B. ¿A quién carajo pongo? Poner a mi hermano sería excesivamente gay, no puedo poner la foto de una de mis hermanas porque discriminaría a la otra y pasaría lo mismo si escojo a mi mamá o a mi papá. La vida está llena de decisiones duras.
5. No me acuerdo de su nombre. Recuerdo que le decían Filadelfia, porque había llegado de ese pueblo de Caldas, o simplemente Fila, de cariño. Algunos lo molestaban en las reuniones de tropa y hacían comentarios un poco ofensivos a Fila por venir de un municipio pequeño. ¿Qué se creían? ¿New Yorkers? ¿London Boys? Manizales no es propiamente una Metrópolis como para andar molestando a alguien que no se diferenciaba en casi nada de lo que éramos nosotros. Lo único que yo hubiera hecho sería cantarle el inicio de la canción de El Príncipe del Rap (The Fresh Prince), pero Fila era muy musculoso para su edad y bien podría haberme encajado un golpe que me dejara sin dientes. Igual, creo que yo le simpatizaba y era un tipo noble.
6. Y hablando de Manizales, sea esta la oportunidad para comentar que prefiero la expresión Eje Cafetero a Viejo Caldas. ¿Por qué? Bueno porque esa nostalgia del Viejo Caldas es inútil. Es una tontería recordar que alguna vez Risaralda y Quindío fueron parte del departamento, como añorar haber sido parte alguna vez del viejo Antioquia o del Estado del Cauca, como recordar con nostalgia la Gran Colombia o ir a Panamá y pararse frente al canal a decir: -¡Hijueputa! ¡Esto debería ser nuestro! A la larga las diferencias políticas que llevaron a la desintegración del departamento no distan mucho de ese aire de superioridad que conservan algunos de mis paisanos, que siguen afirmando que las pereiranas son putas, que los antioqueños son más montañeros que los caldenses, que no se acuerdan de los cuyabros, que dicen que el norte del Tolima debería ser de Caldas, que todos somos paisas hasta el norte del Valle, que Manizales alguna vez fue la segunda ciudad más importante del país. ¡Crezcan, amiguitos! Maduren. ¡Cójanse el culo con las dos manos y trabajen por ustedes y su ciudad, que estamos en el siglo XXI y a la larga entre el New Yorker, el London Boy, el Manizaleño y nuestro amigo Filadelfia las distancias y las condiciones de partida tienden a hacerse más pequeñas y a la aldea global le importa un pepino si eres un Jaramillo, o un Restrepo, o un Arango! Gente bien, gente super bien hay en todas partes.
7. Y esa tendencia a querer siempre algo nuevo nos lleva a darle una connotación negativa a todo lo establecido, o a todo lo viejo. Hace poco leí en un libro sobre servicio al cliente que la gran mayoría de las compañías en el mundo tiende a hacer un esfuerzo económico grandísimo en capturar nuevos consumidores, descuidando un poco la atención de sus clientes establecidos, generando a su vez un círculo vicioso en el que los clientes olvidados se van a razón de un 20% anual, lo cual nos indicaría que las compañías renovarían en 5 años la totalidad de su clientela, soltando una horda de clientes insatisfechos que no saldrán a hablar propiamente bien de la compañía que los conquistó y luego los olvidó.
8. Tampoco me gusta (hablando de la preferencia por lo nuevo) la expresión "viejita pero buena" cuando alguien habla de una canción. Afortunadamente la música, el arte y la literatura carecen de fecha de vencimiento; no hay caducidad para una buena composición. Por el contrario, una obra bien hecha tiende a perdurar en el tiempo, así que su "añejamiento" no es en realidad un defecto, creo yo. Una composición que resiste los embates cambiantes de la moda tiene un valor más alto que aquellas que los años logran borrar de la memoria.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Tu Vuò Fà L'Americano

Juro que si escucho una vez más la versión 2010 de Tu Vuò Fà L'Americano (We No Speak Americano por Yolanda Be Cool & DCUP) buscaré una ametralladora y protagonizaré la segunda parte de la Masacre de Pozzetto. 
Mis dos lectoras fieles se preguntarán por qué. ¿Por qué? Mis razones básicas son tres:
1. La pieza original de Renato Carosone es una bonita composición pero, sobre todo, es una buena sátira sobre la americanización de la Italia rural de la posguerra, a tal punto que la versión original de la letra no fue compuesta en italiano sino en lengua napolitana; y eso hace aún más paradójico que en la actualidad suene en cuanta discoteca, buseta o sitio web de descarga de letras a los que pueda este humilde oyente acceder.
2. Existen versiones espléndidas de esta canción, como la que hacen Brian Setzer y su orquesta (que suena delicioso en inglés) o la de Petinellis, cantada en italiano por el teclista Camilo Salinas.
3. Me saca de quicio el gastadísimo pito de electrónica barata que complementa el sample vocal en el coro y el nombre 'Yolanda Be Cool' que me arruina ahora - con ese pito en la cabeza - una hermosa secuencia de Pulp Fiction.
Uno de mis propósitos para el año 2010 fue no hablar de las personas que me cayeran mal o de la música que me disgustara. Bueno, ya se acabó el 2010 y por hoy puedo darme esta licencia. Así, queridos amigos, les solicito muy comedidamente me mantengan alejado de las discotecas, los buses, las páginas de letras y las ametralladoras.

martes, 1 de febrero de 2011

You're My Best Friend


Es gracioso tener 15 años, porque uno a la larga es un tonto. Ojala a los 15 hubiera sabido lo que sé 15 años después, ojala hubiera tenido la paciencia, la calma de ahora, la tranquilidad de unos 30 más. Tus ojos parecían madera, los anillos del corte transversal de un árbol. Cuando estoy mal, cuando estoy triste, cuando me siento maltratado por el mundo eres la primera en salir al rescate con un "¿Qué-te-pa-sa?" que no es chisme ni ganas de meterte en lo que no te importa. Odiabas que me hubiera dejado crecer el pelo pero así me aceptaste, odiabas mis uñas negras y me ayudaste a pintarlas bien, sabías que no acababa de madurar y aún así me quisiste con algo que no sabes que se llama compasión infinita.
Esta noche llegué con ganas de hablarte porque tengo unas penitas ligeras en el pecho y te extrañé. Te extrañé mucho. Pero ya casi cumplo 30 años y he aprendido a ser paciente. Puedo esperar hasta que regreses.