martes, 31 de mayo de 2011

Desaprender

Nos enseñaron que había dos alemanias, un país llamado Yugoslavia y otro llamado Checoslovaquia, que la Unión Soviética era la otra gran potencia del mundo, que Colombia estaba divida en departamentos, intendencias ("- ¡No Naranjo, las superintendencias son otra cosa!") y comisarías y que Bogotá era un Distrito Especial. Nos enseñaron a conjugar los verbos utilizando el alicaído vosotros, nos dijeron que el nuestro era un país católico de 30 millones de habitantes, que había dos partidos llamados Liberal y Conservador y que al alcalde de Manizales lo nombraba el Presidente de la República. Nos dijeron que la naturaleza estaba dividida en los reinos vegetal, animal y mineral, que los seres eran vivos o inertes y que el agua era un recurso inagotable y punto. Aprendimos un alfabeto con la ché y la elle, nos enseñaron tildes diacríticas que nos servían para diferenciar la soledad en adjetivos y adverbios.
Un día cayó el Muro de Berlín y vino la Perestroika, la República Checa y Eslovaquia se hicieron dos países distintos, Yugoslavia entró en guerra después de derrotar a Colombia en el mundial del 90, tuvimos que aprender muchas más capitales en Europa al llegar al séptimo grado, desaparecieron las intendencias y las comisarías, Bogotá se volvió un distrito capital y hubo libertad de cultos, la RAE eliminó las tildes que servían para diferenciar las soledades, aparecieron los reinos mónera, protisto y fungi y con ello mis champiñones dejaron de ser vegetales.
Desaprender es mucho más difícil que aprender, es reemplazar de mala gana conocimientos que costaron esfuerzo, memoria y el cansancio de mi mamá tomándome la lección en la noche. Desaprender es como dejar de querer y dejar de querer nunca es fácil.

domingo, 29 de mayo de 2011

Hamaca

Últimamente he estado tan pediente de los demás, tan cercano a otros, tan atento a recibir en mi casa a todo aquel que quiera llegar que me he olvidado de mi principal objeto de estudio para el año 2011: Yo.
Me ha encantado conocer personas nuevas, he puesto lo mejor de mí para entenderlos, escucharlos, estudiarlos con cariño y compasión y contarles quién soy yo. Pero hace una semana - en una de esas reveladoras noches de domingo - me di cuenta de una cosa: Estoy seco.
Recordé que el próximo fin de semana celebraremos los 50 años de mi mamá y que pronto van a casarse dos amigos (de hecho, dos parejas de amigos) así que tendré que estar de nuevo en función de los demás. Entonces en un delicioso arrebato de egoísmo me encerré en mi casa a escribir, a tocar guitarra, a ver películas, a probar nuevas variedades de té, a leer, a estar conmigo como no lo estaba hace meses. Compartí con Elsa y con Lucho (mis compañeros de apartamento), toqué con Sebas y Manolo frente a Andrés (nuestro productor), acaricié a Zeta, cargué baterías sin explicarle a nadie por qué lo hacía.
Es otra vez domingo en la noche y me siento mejor. Dejar que la chica de la peluquería me acariciara el cuero cabelludo ya era justo y necesario. Estoy aprendiendo a tocar castañuelas. Me gusta el té verde con cáscaras de uva. Me gusta balancearme en la hamaca.

viernes, 27 de mayo de 2011

You Give Me Something

- ¿Qué es eso que traes ahí, el corazón?
- Ajá.
- ¿Está sano?
- Sí.
- Déjame verlo.
- ¿Para qué?
- Para satisfacer mi curiosidad. No veo un corazón desde la disección del de la res que hice cuando estaba en el colegio.
- OK.
- Sí, luce sano. Debe ser porque no fumas.
- ¿Y el tuyo cómo está?
- Yo lo siento bien, aunque llevo unos años fumando, tomando y sin hacer nada de ejercicio.
- Déjame ver.
- OK.
- No está mal, pero he visto corazones más sanos en la morgue. Nada es garantía de nada.
- Ajá.
- Estás a tiempo. Deberías dejar de fumar.
- Sí debería, pero necesito razones más fuertes.
- ¿Qué tal un beso?
- ¿Si no fumo en toda la noche me das un beso?
- Los besos que quieras mientras no fumes.


(Beso número uno).


- ¿Para dónde llevas mi corazón?
- Para mi casa. Llévate el mío si quieres.
- Cuídalo por favor.
- Tengo 19 años y mi corazón está sano. No tengo ganas de dañar nada y menos un corazón ajeno.



miércoles, 25 de mayo de 2011

Next

¿Por qué no habrá funcionado mi cuento con Marcela? me pregunté cuando - a manera de guiño virtual -  me dejó en el muro de Facebook un enlace para ver el videoclip de Next Girl de The Black Keys.
La atracción era evidente y las acciones que desembocaron en esos primeros besos - a pesar de las circunstancias favorables (como un show de tal envergadura) - me hacían sentir orgulloso del tipo en que me estaba convirtiendo. Pero hubo una ruptura, el movimiento acelerado de la mano hacia el freno de emergencia, un fatídico no sé qué que hizo que su sonrisa pasara a convertirse en complicidad, en guiños virtuales, en ganas de compartir música, ser amigos y contarnos de ese chico que la tiene loca o de esa mujer que evade mis curvas rápidas sin atreverse a abanicar.
Ese gesto, ese guiño virtual de Marcela no decía: "Oye esta bonita canción". Ese enlace estaba cargado con un discurso implícito un poco  más largo, que decía más o menos: "Oye Hermoso (¿Te puedo seguir diciendo Hermoso?) esta bonita canción, mira qué bonito el video - ese pequeño dinosaurio que me hizo pensar en ti inmediatamente -, mira qué bonitas las chicas junto a la piscina, mira cómo se pelean por él. Oye la letra. Óyela con atención. Más de una vez te dije que ella era divina pero me daba una mala impresión, que algún día te iba a dejar colgado del perchero cuando volviera a encontrar su abrigo favorito o tuviera con qué comprarse uno nuevo. Divina ella, divina toda pero con una pequeña mancha oscura en el alma que tú no pudiste ver y yo sí detecté desde el principio. Tú eres brillante y luminoso y quiero que la próxima vez escojas con más cuidado. The look on the cake it ain't always the taste. Regálame una llamada cuando puedas que quiero sentarme contigo a tomar café o acostarme en tu cama, reírme de tus chistes y escuchar discos nuevos durante toda la tarde".
Como si el guiño virtual no fuera suficiente Marcela dibujó una sonrisa con dos puntos y medio paréntesis.

domingo, 22 de mayo de 2011

Verdades a Medias

Aprendamos a mentir, a callar, a dar al mundo las verdades necesarias y a guardar silencio en el momento indicado. Durante años he sido una maquinita de autoexposición, he perdido el filtro, he buscado ser honesto pero andar con la verdad en la frente me ha traído más dolor que satisfacciones. Elegir la vía media es aprender también a guardar silencio y a dejar las verdades  completas para mí solo, dentro de mi propia cabeza. Una sociedad sin mentiras no podría sostenerse, ser absolutamente transparente hará tu vida imposible. Mirémonos a los ojos, en silencio, y quedémonos con las verdades incompartibles y aquello que el otro voluntariamente nos deja ver. Así estaremos tranquilos.


Policy of Truth - Depeche Mode (Violator - 1990)
You had something to hide
Should have hidden it, shouldn´t you?
Now you´re not satisfied
With what you´re being put through
It´s just time to pay the price
For not listening to advice
And deciding in your youth
On the policy of truth

Things could be so different now
It used to be so civilized
You will always wonder how
It could have been if you´d only lied
It´s too late to change events
It´s time to face the consequence
For delivering the proof
In the policy of truth

Never again is what you swore
The time before
Never again is what you swore
The time before

Now you´re standing there tongue tied
You´d better learn your lesson well
Hide what you have to hide
And tell what you have to tell
You´ll see your problems multiplied
If you continually decide
To faithfully pursue
The policy of truth

Never again is what you swore
The time before
Never again is what you swore
The time before

martes, 17 de mayo de 2011

2011: Segundo Año Internacional de la Fornicación Intensa y el Pecado Múltiple

Mascotas Oficiales del Segundo Año Internacional de la Fornicación
Intensa y el Pecado Múltiple
Celebramos el Reinado del Ñame, de la Papa Salada, del Mangostino en Malla, guardamos la fiesta del beato Jorge Osvaldo de Sopetrán, el Día Nacional de la Enfermera Pensionada, el día Interamericano del Herpes Zóster, la Jornada Mundial para la Concientización sobre la Proliferación del Jean sin Bolsillo. Esperamos que llegue el Día de San Jacinto (Santo Patrono de Polonia) para salir a emborracharnos en los bares de Bogotá porque todos llevamos un polaco en el corazón ("Blow job me, I'm Polish!").
Celebramos el Día de Internet y el Día Sin Internet, el Día del Agua, el Día de la Tierra, el Día del Fuego y el Día del Aciclovir; la Hora de la Tierra y el Día Mundial de las Hidroeléctricas. Nuestros amigo Administrador de Empresas con Énfasis en Finanzas se emputa si no lo felicitamos en su día, aún cuando él no nos llama el 22 de noviembre (Día Internacional del Músico que Estudió Otra Carrera) o el 9 de febrero (Antiguo Día del Periodista que fue trasladado para el mes de agosto). Al paso que vamos, pronto celebraremos la Jornada Nacional de la Contadora Gurre y la Semana Mundial del Nokia 1100.
Dice Ana María que al año lectivo ya no le cabe una celebración más y yo le digo que aún tenemos terreno inexplorado en los años especiales. Si la ONU pudo declarar el 2010 como el Año Internacional de la Biodiversidad nosotros podemos declarar lo que queda de 2011 como el Segundo Año Internacional de la Fornicación Intensa y el Pecado Múltiple.
El primer Año Internacional de la Fornicación Intensa y el Pecado Múltiple fue instituido por un artesano que, en su afán de vendernos unos pequeños búhos de mazapán cocido, nos abordó a mi hermano Manuel, a mi excompañero de apartamento Andrés Cortés y a mí una noche de junio de 2003 en el restaurante mexicano Sara's de la calle 71 en Bogotá, improvisando pormenores sobre el festejo que él y su comunidad querían llevar a cabo y que financiaban con la venta de esas pequeñas avecillas estrigiformes cargadas de maldad, perversión y libertinaje.
El legado de aquel artesano, que se fue caminando con nuestras monedas y nos dejó los pecaminosos búhos sobre la mesa, no está perdido. Al menos no mientras yo viva. Propongo declarar 2011 como el Segundo Año Internacional de la Fornicación Intensa y el Pecado Múltiple. Sugiero que utilicemos como mascotas oficiales los pequeños pollitos de colores que Juan David Llano dejó en la sala de mi casa, propongo también que el popular adagio "A beber y a culiar que el mundo se va a acabar" sea adoptado como nuestro lema y ofrezco mi apartamento en el Barrio San Patricio como el centro de operaciones de nuestra festividad improvisada pero noble y visionaria.
Sean todos bienvenidos a un año inolvidable en vísperas del Apocalipsis Maya, demóstrémosle a Ana María que al calendario todavía le cabe una festividad aún más descabezada y chueca que las celebradas hasta el sol de hoy.
¡Comuníquese y cúmplase!
Dictado por Cosmo DaKitten, a los 17 días del mes de mayo del año 2011.

lunes, 16 de mayo de 2011

Comentarios Inútiles XIX

1. Yo los he visto: Se retiran del orinal mientras se están subiendo la cremallera, se paran frente al espejo y se acomodan la camisa antes de salir del baño sin lavarse las manos. No importa si están en sano juicio o si ya es muy tarde y están borrachos. Calculo que el 80% de los hombres que entran al baño de un bar no se lavan las manos y salen con sus deditos llenos de residuos a tomar de la mano a la mujer con la que están compartiendo una velada romántica, a acariciarle la cara, a sacar papas fritas de la picada que todos comparten en la mesa. Esa es, en definitiva, una razón más para preferir a las mujeres.
2. Amo la palabra decimonónico. No es fácil usarla en contextos que no sean despectivos o históricos y eso es muy jarto. A duras penas puedo decir: "Drácula es una novela que revolucionó la literatura decimonónica" o "los gustos decimonónicos de tu mamá".
3. En el show más reciente de Gatoblanco tocamos una canción de Lady Gaga y una de Britney Spears. Pasó exactamente lo mismo que pasaba hace unos 8 o 9 años cuando tocábamos Can't Get You Out of My Head de Kylie Minogue en auditorios llenos de peludos que querían crucificarnos al principio y luego nos acompañaban en el coro. Yo particularmente no creo en los géneros. Al menos no creo que un género sea garantía de algo bueno o algo malo. Una buena composición es una buena composición en sí y eso hace que, con los arreglos adecuados, funcione en cualquier género o cualquier formato (ver video al final de esta entrada). No sé Sebas y Manuel cómo lo hayan sentido, pero yo quedé con ganas de volver a tocar Baby One More Time.
4. El coma de Cerati, el cáncer de Draco, la diabetes empeorada de mi papá me tienen pensando una cosa: Mis mayores se van a ir tarde o temprano y es nuestro momento de tomar el control del mundo con todas las alegrías, responsabilidades y dolores que ello acarrea. Hace un año, cuando ocurrió el accidente cerebrovascular de Cerati, mi hermano me dijo lo más alentador y tristemente cierto: - No podemos hacer nada, nada más que música.
5. Los grandes conflictos del mundo surgen gracias a las visiones radicales. El capital contra el socialismo, el capital contra el Islam, el Islam contra occidente, el nacionalsocialismo contra la libertad, los cristianos contra los moros; todos esos conflictos parten de la falta de flexibilidad. "Fundamentalism of any kind troubles me" - Con esta frase comenzaban los ensayos escritos por Moby para su álbum Play y desde ese momento me cautivó como individuo, cuando ya me gustaba como músico. Eso fue en 1999, antes de este mundo contemporáneo creado por la Guerra al Terrorismo. Este mundo que da cohesión a las sociedades basándose en el miedo también parte de las visiones radicales e inflexibles. Ayer, en uno de esos ataques de rabia que sólo me produce el fútbol, emprendí una discusión estúpida vía Twitter con mi amigo Ricardo Bustamante, por inflexible. Diría, como Hulk, que no soy yo cuando me enfado, pero eso no es excusa.
6. Uno de mis propósitos para el año 2011 fue dejar de fumar y ya llegamos a mayo con éxito. Uno de los propósitos para 2010 fue dejar de hablar de música y personas que no me gustaran, así que eliminé palabras como Arjona y Shakira de mi diccionario. Lamentablemente tendré que eliminar el fútbol, porque es un tema en el cual no logré la ecuanimidad que ya conseguí con otros temas álgidos como la política y la religión. ¡Chao fútbol! Seguiré odiándote a la distancia y seguiré haciéndole barra a la Selección Argentina y al América de Cali sin justificación, sin vergüenza y en silencio.
7. Uno como que no sabe para dónde mirar. Ese procurador tan godo, esos funcionarios tan ladrones, esa patria boba, esa nación decimonónica...

Fuerza Natural

1. Había comprado No Line On the Horizon en marzo y desde eso no me acercaba a una discotienda. La experiencia de comprar un disco compacto se había vuelto una tontería, un antojo al que no podía acceder en días de escasez y que no valía la pena al encontrar en las grandes discotiendas personas que bien podrían trabajar como recepcionistas en un hotel o como conserjes en un hospital con la misma pericia con la que respondían preguntas sobre música. La transacción fue sencilla: Entrar a Tower Records del Andino, llevarme mi copia de Fuerza Natural, mirar el folleto del disco, digitalizarlo y cargarlo en el iPod. ¿Por qué no descargarlo de Internet? Bueno, porque era Fuerza Natural de Cerati y los discos de Cerati se compran, así como los de U2; los discos de ellos no se descargan.
2. Llegamos al auditorio de la Gilberto Alzate. Alejo Marín nos había dejado las entradas con alguien en la portería y una vez adentro vi mucho sodero, mucho cerático feliz. Me senté junto a Mónica Sanín, saludé de lejos a Paulo Zapata. Alejo presentó a Gustavo diciendo que durante años había encarnado en nuestro continente a "La Perfecta Estrella de Rock". Y tenía razón: Fuerza Natural era una cosa increíble que llevaba aún más alto lo que se había propuesto con Ahí Vamos. La carrera de Gustavo valía ya la pena sin Soda Stereo, había lanzado una línea de ropa (con la cual se había vestido ese día) y fumaba sin quitarse los guantes. Fue uno de esos momentos en los que mi fe en la música de la que me he apropiado se encumbraba a niveles insospechados. Creía en el rock, en el pop, en el idioma. Salí revitalizado, lleno de fuerza natural.
3. Manuel me había dicho que el disco no lo había enganchado, que no lo convencía. Yo veía una y otra vez en YouTube videos de aquella gira y trataba de arrastrarlo (sin éxito) al concierto. Vinieron Misael, David, Charlyz y Laura. El viaje y el recital fueron una excusa para refrendar unos votos de amistad que se estaban oxidando. Mayo de 2010 fue uno de los meses de más altibajos en mi vida. Sólo el paso de Cerati por Colombia habría de darme luz. Estaba seguro de la necesidad de esa experiencia y del beneficio que dejaría en mí. Con esa imagen en mi cabeza y con una sonrisa de oreja a oreja salí para el coliseo.
4. Íbamos caminando por el Parkway y una amiga de Laura le contó que algo le había pasado en Caracas. Recuerdo que nos reímos. Nunca pensamos que fuera algo grave porque para nosotros Gustavo era inmortal, intocable, imperturbable, duradero, perfecto. "La perfecta estrella de rock", en palabras de Alejo.
5. El martes siguiente fue un día insoportable. Todos nos enviábamos mensajes por el celular, por Twitter, por Facebook, todos estábamos consternados. Era un coma y estaba en peligro de morir. Me senté en una banca del Parkway cuando caía la tarde a tratar de distraerme con El Arte de la Guerra de Sun-Tzú. Mi mamá me llamó al escuchar las noticias. Cristina - conocedora de la gravedad del cuadro clínico y de mi cuadro emotivo - también llamó para saber cómo estaba. Les dije que estaba bien, pero sabían ambas que estaba devastado.
6. Hoy es jueves. Jueves 12 de mayo de 2011. Tantos años de cercanía al sector de la salud y al sector editorial de la salud disminuyen al máximo mi fe en un milagro. Oigo Fuerza Natural como lo quiso Gustavo: con la intención de un viaje, de un road trip que me hace olvidar que estoy tristemente sentado frente a la pantalla de un computador. Si somos plenamente racionales sabremos que el viaje de Gustavo Cerati - al menos el musical - ha concluido. No quiero imaginarlo en la habitación de un hospital, conectado a un dispositivo de respiración artificial, suspendido en un mundo que no es el suyo (el de sus logros y sus ambiciones imparables). Quiero recordarlo vestido de negro con un antifaz plateado, con una guitarra Gretsh colgada del hombro izquierdo - con un transportador en el séptimo traste - tocando el arpegio inicial de Fuerza Natural o encerrado en el estudio de grabación armando la pinkfloydiana Numeral (#). Ahí, en ese recuerdo, está más vivo que nunca y estará vivo - para mí - por siempre.

domingo, 15 de mayo de 2011

Precious

Gérberas Flotantes - Julio de 2007
Llevábamos el amor entre el equipaje de mano, sin un signo de advertencia sobre su delicadeza, sin asegurarlo como hacen las compañías transportadoras. Lo llevábamos con la naturalidad con la que se carga un libro o una gafas en lo cotidiano. Lo pasabas de un bolso a otro antes de dormir y yo tenía que buscarlo entre mis morrales y mochilas como cuando no encuentro un lapicero que quiero usar y no recuerdo haber visto por última vez.
Supongo que algún día se golpeó contra una columna de concreto, o contra el mango de la sombrilla de otro transeunte. No vimos las pequeñas fisuras en el cambio rutinario de bolsos, de zapatos y de ropa. No recordábamos su existencia al lavarnos los dientes antes de dormir. Estábamos tan cómodos con el amor que nos teníamos que pensábamos que iba a durarnos toda la vida, que no tenía una fecha de vencimiento o unas precauciones impresas en el empaque original.
Cuando alguien me pregunta qué pasó la respuesta es fácil: No lo sé. Supongo que se dañó de tanto usarlo.

domingo, 8 de mayo de 2011

Artefacto

"No es una charla de computadora, es un presagio más feliz". - Artefacto - Gustavo Cerati
Siempre me he rodeado de gente excepcional. No me gusta tener ese pensamiento elitista, creer que mis amigos, mi familia, mis parejas, mis compañeros de clase y yo hacemos parte de algún tipo de élite, pero la vida se encarga de demostrarme lo contrario. Nicolás Ramírez fue una de esas personas excepcionales y se fue muy temprano, según algunos, o muy a tiempo según lo creeríamos él y yo.
Hace unos días hablando de relaciones virtuales y el mundo 2.0, Lina (quien era la novia de Nico al morir y ahora es mi amiga gracias a esa tragedia) me contó que Nico decía que muy pronto Internet iba a tomar un papel preponderante en la vida de todos nosotros, a tal punto que se iba a volver tan importante como la socialización en lo que podríamos llamar de forma imprecisa la vida real (porque el 2.0 hace ya parte de esa vida).
La red nos permite eso de conocer el alma del otro incluso sin saber cómo es, cómo suena su voz, a qué huele su cuello, cómo parpadea al coquetear.

- ¿Cómo puede gustarte si nunca se han visto?
- No lo sé, Elsa. Supongongo que hemos cambiado la forma de conocernos. No tenemos en medio una mesa y dos bebidas calientes sino dos computadores y cada quién se prepara lo suyo en casa, a kilómetros de distancia. Invertimos los filtros y lo que antes nos entraba por los sentidos empieza a entrarnos a través de los mensajes, de la lectura continua del otro. El blog, el chat, los tweets, las fotos; se han convertido en nuestro nuevo café irlandés de Juan Valdez, en la nueva milhoja de La Suiza, en el nuevo chocolate del Café de la Montaña (que ahora que lo recuerdo no se llama así, pero no me quiero esforzar en recordar su nombre verdadero).
Si me gusta es porque me gustaría igual si la conociera una tarde cualquiera en cualquier calle del mundo: Por lo que leo en sus palabras, por las líneas de dulzura, por lo que fisgoneo cuando me deja ver pedacitos de su alma. 


La curiosidad mata a este gato. Ella me da motivos para estar curioso.

viernes, 6 de mayo de 2011

Ready 2 Go

No sé cómo lo lograban. Eran héroes sin saberlo y se sentían miserables cuando se sentaban arrugados y canosos frente al espejo pensando que la vida se les había escapado de las manos, les había pasado por encima, los había escurrido cuando ellos no habían podido sacarle el jugo.
En tardes soleadas como las de hoy vuelvo a preguntarme cómo es posible que las personas se pasen 20 años en un escritorio, saliendo cansados los viernes en la tarde, pidiéndole a Dios que el domingo no se acabe nunca aún cuando lo desperdician enterito frente al televisor viendo partidos de fútbol.
Hace 10 años decía que comía únicamente para no morirme de hambre porque no disfrutaba en realidad el acto prosáico y rutinario de comer. Ahora duermo sólo porque el cuerpo me lo pide pero no siento ese placer que sentía antes y lamento estar desperdiciando horas preciosas de mi vida en hibernar. Digamos que soy un ciclotímico y mi ciclado es cada vez más rápido. Anoche en la terraza de Manuel, hoy mientras almorzaba con Eli, mañana cuando esté tocando frente a mis hermanas, tuve-tengo-y-voy-a-tener esa necesidad de comerme el mundo a mordisquitos suaves, uno cada día.
Esta situación es pasajera. No voy a dejar que esta silla se me pegue al culo, que este teclado se me pegue a los dedos, que los ojos se me vuelvan cuadrados como a los que se pasan sus domingos viendo fútbol.
Hay una vida. Está allá fuera y estoy listo para ir por ella.

martes, 3 de mayo de 2011

Desorientación de los gatos

Él tenía un gato y muchos discos. Los había comprado desde su adolescencia con el dinero que se ahorraba en transporte al caminar de la casa al colegio y del colegio a la casa dos veces al día. Primero coleccionó latas de cervezas extranjeras como muchos adolescentes manizaleños de la década del 90. Un día se hartó de cargar las 200 latas de casa en casa y decidió comprar discos compactos aunque no tuviera dónde reproducirlos. En aquel entonces no tenía un gato. Les temía. Pensaba que un día esos ojos recuperarían el perdido salvajismo y el gato saltaría sobre él marcándole la cara con sus uñas para siempre.
Él tenía un gato y muchos libros, pero fue deshaciéndose de ellos con el paso del tiempo. Regaló los que supo que nunca releería, entregó a su hermano los libros sobre investigación que requería para su tesis, prestó a sus amigos muchos ejemplares que nunca volvieron a sus manos, perdió muchos de los demás gracias a la ola invernal de 2009.
Él tenía un gato y varias guitarras aunque la gente no entendiera por qué razones eran todas distintas entre sí e imprescindibles. El diapasón arqueado de Gustavo, el sonido gordito de Cecilia, los brillos de Connie, la resonancia fuerte en la caja de Isabel, el olor de Carol, la comodidad de Señorita Cora, el amor infantil a La Negrita. Él tenía un gato y un ukulele llamado Paul y ese ukulele a todos les daba risa.
Él tenía un gato y soñaba con una chica de ojos profundos como el océano, con una chica de pelo rizado y enmarañado que nunca en la vida había tenido, una chica que lo escuchara atentamente y que tuviera muchas cosas que decirle, que a veces le sirviera de motor creativo, que le acariciara la cabeza mientras él descansaba y se dejara cantar canciones cada tanto.
Él tenía un gato que no podía acariciar todas las noches, un gato metido dentro de su piel, un gato que era a su vez muchos gatos: Zeta el Esquivo, Goliat el Nómada, Soda el Inmortal, Keiko la Coqueta, Fiona la Preguntona.
Miró por la ventana de su cuarto y quiso tenerla a su lado, pasarle la mano izquierda por la cara, darle un beso de aproximadamente unos 35 segundos y susurrar en su oído ese secreto que ambos conocían:

- "_________________________________________________________".



Egocripta (Un cuento musical)

El psiquiatra dice que es un desbalance en los neurotransmisores, algún tipo de desorden que se puede curar con antisicóticos y reposo. A veces funciona y a veces no, a veces siento que él toma posesión de mí, que habla por mi boca, que me susurra cosas al oído hasta que un día soy yo quien grita desde el interior de su cráneo y pelea por tomar las decisiones cuando él controla el cuerpo. Es la misma historia de Jekyll y Hyde con la que yo enseñaba inglés a mis estudiantes hace años, antes de que él apareciera y se adueñara de mi voz, de mi cara, de mis manos, de las palabras que escribo a las mujeres que me gustan - o que le gustan a él, más bien porque es a él al que le gustan tantas -. La astróloga dice que no es mi culpa, que es mi condena por haber nacido con la luna en Géminis y que toda la vida voy a pelear con él y a veces ganará uno y otras veces ganará otro.
Todo el tiempo pienso - simplemente - que soy Jano el Bifronte, que soy Cástor y Pólux, Cosme y Damián, Rómulo y Remo peleando por el control de un sólo cuerpo golpeado por él, que quiere vivir de noche, y por mí que necesito trabajar de día.
Hoy cuando me harté de ver su cara tomé el viejo fusil que usó mi bisabuelo en la guerra civil y salí a su encuentro, dispuesto a darle un tiro o a sacarle las tripas con la bayoneta. Parecía ser mi reflejo en el espejo pero era él; él y sus dientes amarillos, su pelo desarreglado, su risa de imbécil sus cejas levantadas, la expresión en su rostro de tipo cool. Disparé sin parpadear y el impulso de la explosión me empujó hacia atrás, hacia la ventana. Los vidrios rotos y el vértigo de la caída. Un piso tras otro: 2, 4, 8, 16, 32. Parece que no voy a dejar de caer nunca pero estoy tranquilo. Nunca más tendré que volver a verlo.

domingo, 1 de mayo de 2011

Tus melancólicos ojos azules

En repetidas ocasiones, durante aquellos años adolescentes de terrible inseguridad, me pregunté si no hubiese sido mejor tener los ojos azules de mi papá y no los ojos marrones de mi mamá. Pensaba - de forma ingenua - que los ojos azules me harían lucir más agradable y eso me abriría más puertas en una sociedad que se dejaba seducir fácilmente por las apariencias; por aquello que fuese agradable a los sentidos. No fue sino hasta que sentí por primera vez que estaba felizmente enamorado y felizmente correspondido que empecé a generar gratitud por mis rasgos físicos y estar cómodo con mi talla baja, con mi frente enorme, mi cabezota descomunal y mi barbilla prominente, sintiéndome también un poco encantado por mis ojos marrones.
Hace unos días escribí en Twitter que unos ojos en los que predomina la función estética por encima de la función representativa o referencial serían simplemente arte, algo bello pero inútil más allá de su propia hermosura. La idea no es nueva: Mi papá nunca vio bien del todo, sus ojos azules transmiten toda la melancolía que guarda desde su infancia pero siempre tuvo que usar gafas y ahora, gracias a la retinopatía diabética, está casi completamente ciego.
Mi papá siempre se preocupó por dejarme algo, por construir una empresa que algún día pudiera compartir y coadministrar con mis hermanos asegurándome así un mejor futuro, una vida menos dura que la suya, algo más valioso y constructivo que un simple rasgo físico como el color de los ojos. Malas jugadas administrativas, la lógica cambiante del mercado y el conflicto armado colombiano se encargaron de arrebatarle esa empresa de las manos, de hacer humo los sueños que había construido años atrás; entonces ahora que también soy un hombre busco en mí mismo aquellas cosas que heredé de mi padre y aunque no tengo el color de sus ojos ni la empresa que quería dejarnos a mí y a mis hermanos puedo verlo cada que me miro al espejo. 
Mi papá está en mis gestos, en la forma que tengo de mover la boca al hablar, en mi sentido del humor, en el afán de hacer reír a quienes tengo a mi alrededor, en mi debilidad por los dulces, en mi admiración fervorosa por la figura de la mujer. Mi papá está en mi sensibilidad, en mi amor por la música, en mi melancolía dominical, en mi gusto por la lectura y - tal vez lo más importante - mi papá está en mi voz. Mi papá canta conmigo cuando me subo a la tarima, mi papá toca guitarra a través de mis dedos, mi papá se enamora conmigo cuando yo me enamoro, cuando me apena cantarle a una mujer una canción como lo hacía él al llegar a media noche la casa acompañado por músicos de cuerda soltándole a mi mamá una tanda de boleros en la sala.
Otra vez llegó mayo y mi papá cumple 56 años. En vez de felicitarlo por teléfono quiero decirle otra cosa: "No necesito más herencias, papá, no necesito nada más. En algún otro plano existe un cuerpo que es el reflejo del alma y de las cosas que llevamos por dentro, ese otro cuerpo mío tiene tus melancólicos ojos azules."