domingo, 6 de febrero de 2011

Bruised and rusty

No me acordaba de tus ojos de gato, de tus pómulos altos y fuertes de leona. ¡Cómo pasa el tiempo! Te veo parada esperándome en una esquina de la helada Bogotá en este domingo soleado. El viento te despeina y te ves hermosa. Quién sabe si todas las condiciones favorables que nos han sido esquivas durante años nos sean favorables hoy o algún día en el futuro. Me gusta que te rías de casi todas las tonterías que digo, que me enseñes los dientes, que sepas conservar la distancia, que seas una mujer reservada, de esas que no lo tocan a uno ni por equivocación, que no están buscando un motivo para ponerle la mano sobre el muslo, que jamás usan un escote. Deberíamos ir a cine en estos días, buscar algo menos políticamente correcto que un almuerzo dominical. Sabes que necesito estar solo, que quiero mi espacio, que tengo el corazón oxidado y lleno de moretones, que hay que sanar a solas. Tú ya lo hiciste una vez, nadie podría entenderme mejor. Sonríes cuando me ves avanzar hacia ti. No esperas que traiga flores en la mano. Los años pasan, pero entre nosotros siempre será "demasiado pronto". Hora de sonreír de vuelta, dejar de escribir en mi cabeza una entrada en el blog.

3 comentarios:

  1. Jajaja. No, una chica que me gustaba hace muchos años.

    ResponderEliminar
  2. http://s3.amazonaws.com/data.tumblr.com/tumblr_lfznuxnKKb1qzoaqio1_1280.jpg?AWSAccessKeyId=0RYTHV9YYQ4W5Q3HQMG2&Expires=1297301167&Signature=r%2F7OKoh5TWi5H72VjKX7K3FcmJs%3D

    ResponderEliminar