lunes, 21 de febrero de 2011

La mujer ideal

Melissa Auf Der Maur - Ex-bajista de Hole y de
Smashing Pumpkins
Me pidió que le describiera a la mujer perfecta y empecé por enumerar una serie de cualidades personales que parecieron importarle poco.
- No - me dijo -, quiero que me describas a tu mujer ideal pero físicamente.
- Lo primero es la proporción cintura/cadera.
- Ajá
- Una cadera más ancha que la cintura es un factor absolutamente necesario.
- Prefiero las pieles blancas, muy blancas.
- ¿El pelo?
- En orden prefiero el rojo, luego toda la gama de castaños, después está el negro y las rubias están en el fondo de la tabla.
- ¿Liso, crespo, ondulado?
- Ondulado diría yo. El color de los ojos no me importa siempre y cuando sean expresivos.
- ¿La boca?
- Prefiero los labios gruesos.
- ¿Y los dientes?
- Pues que estén completos.
- ¿Y la nariz?
- No sé si sea un fetiche pero me gustan las narices grandes.
- ¿Y el pecho? ¿Importa?
- Muy poco.
Hubo una pausa, un silencio que se prolongó por varios segundos.
- Suena monstruosa - dijo ella.
Tal vez tiene razón. Esta mañana escuchando música noventera di con un video de Tori Amos, una mujer que no sólo cumple con casi todos los requisitos enumerados en aquella improvisada entrevista sino que además cumple con una de las condiciones que no me dejó enumerar ella al principio: toca piano. Y bueno, no es que Tori Amos sea precisamente mi mujer ideal. Si renunciamos a los labios gruesos y a la nariz prominente encontramos a Melissa Auf Der Maur que es, a mis ojos, mucho más atractiva. Ahora, si dejamos de lado el pelo rojo nos encontramos a Anne Hathaway, a Natalie Portman, a Flora Martínez. Si pasamos por alto también el color de piel, la proporción cintura/cadera y la dentadura completa nos encontraremos con todo el género femenino; más de la mitad de la población mundial.
Así que en realidad esa mujer ideal está en otra parte, en otros rasgos, en un conjunto de condiciones que sería vergonzoso enumerar en un blog, en la serie de cualidades personales que a ella parecieron importarle tan poco.

6 comentarios:

  1. A mí me encantan los gorditos (con sobrepeso, no obesos mórbidos) y es como difícil encontrar uno con el que el gusto sea mutuo.

    Al final, poquitas de esas cosas físicas son importantes cuando a uno le gusta alguien. Como dicen por ahí: al que le gusta, le sabe

    ResponderEliminar
  2. A mí me pasa que la gente que me parece linda por dentro la veo linda por fuera y al revés también, la gente que me parece maluca, así sean objetivamente lindos, los veo feos... y creo que eso ya se los había dicho y ya me estoy repitiendo hasta en los comentarios, creo... :S (la edá)

    El caso es que la belleza que me gusta a mí es la de adentro y lo de afuera me resbala... realmente de afuera lo único que me importa es que la gente me huela rico. Así pues como para pasar a mayores.

    ResponderEliminar
  3. Eso iba a decir yo, de las poquitas cosas fìsicas que sì me parecen necesarias es que huelan rico y que tengan buen aliento.

    Y pueden oler rico a sudor, tener un aliento rico a cigarrillo o a ajo. Yo no necesito olor a lociones, menta fresca o Deo Pies, es simplemente que hay una quìmica odorìfera irrenunciable.

    No, mentiras, también necesito que tengan la boca en relativo buen estado, sobre todo sin dientes podridos y sin placa.

    ResponderEliminar
  4. Mi punto precisamente con este texto es ése: A la larga la descripción física de la mujer ideal fue simplemente una cosa anecdótica y me cabreó que esta mujer, que me interesaba mucho, le prestara tan poca atención a los rasgos verdaderamente importantes - para mí - en una mujer. Aunque tampoco soy tan conformista como para conformarme con que los dientes estén simplemente completos. Y sí, tienen razón ustedes dos cuando dicen que el olor es tal vez lo principal. Eso del olor no puede forzarse, si no funciona no funciona.

    ResponderEliminar
  5. Exacto... a uno le gusta la gente y el cigarrillo le huele bueno, qué problema. Hay alientos cálidos de tinto o cigarrillo que simplemente porque van envueltos en, serán feromonas, a mí me encantan. Sí, no son lociones, es el olor de los cuerpos, si sudan, mejor.

    Y yo también soy de mirar los dientes, también me molesta la placa, es que en ese punto sí se entra en materia y muy duro.

    ResponderEliminar
  6. Yo tengo el lugar detectado, pero me da como pena ir por el mundo diciéndole a las mujeres: Ven, ¿me dejas olerte la fosa poplítea o en su defecto la fosa antecubital? Entonces uno más bien se hace el loco y le huele el cuello bailando, o algo así...

    ResponderEliminar