miércoles, 9 de febrero de 2011

Gimansio

Anoche salí a trotar. Corrí por el parque de la 110 durante 25 minutos y regresé a casa a las 8:00 pm con energía para trabajar hasta las 2:00 am. Recordé por qué hago ejercicio y recordé que necesito buscar un gimnasio en el sector donde ahora estoy viviendo. 
Fui un niño gordito hasta los 14 años, cuando decidí entrar al gym y ponerme bueno. No me puse bueno, pero adelgacé y descubrí que el ejercicio cardiovascular lo ayuda a uno a sentirse bien. Serán las endorfinas, o no sé qué cosa que uno sólo puede generar teniendo sexo y haciendo ejercicio.
En 1995, cuando entré por primera vez al Gimnasio Casimar en Chipre, hacíamos aeróbicos al son del delicioso house noventero. En el sauna y el turco ponían hojas de eucalipto, así que para mí la combinación de eucalipto y house me pide sudor. Cuando llegué a vivir a Bogotá me exprimía en la banda sinfín y la escaleras del BodyTech de Chapinero. Siempre hacía ejercicio con los audífonos puestos para evitar sostener conversaciones o cruzar miradas con los vecinos fanáticos del fitness en la zona LGBT.
Nunca socializo en los gimnasios, jamás inicio conversaciones en medio de las rutinas; me vuelvo un misántropo en los gimnasios, me siento un poco como el protagonista de Mad About You que fingía ser un extranjero en el gimnasio al que iba. No hablaba inglés, sólo decía "Scusi" con un acento italiano bastante deficiente.
El caso es que quiero volver al gimnasio. A lo mejor recargue mi iPod de house (cuando vuelva a tener uno) y me dedique de nuevo a la banda sinfín. Es poco probable que logre marcar mis músculos abdominales, pero de seguro sentiré la diferencia cuando vuelva a subirme a un escenario a cantar. Y me sentiré feliz con o sin sexo.

6 comentarios:

  1. Odio eso de los gimnasios y los salones de belleza, nadie saluda, todos miran feo... ámbitos hostiles, llenos de gente preocupada por ser bella por fuera, fofis. (no lo digo por tumerced)

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  2. Nooooo Ana. El gimnasio es uno de los sitios más sexies que conozco....jajajaja todo el mundo ligerito de ropa, sudando, haciendo posiciones provocativas/provocadoras en máquinas extrañas. Yo pasaba muy bueno en el gimnasio y vivía enamorada de mi instructor (buehh...enamorada no, me lo quería [quiero] comer). Con lo del salón de belleza sí estoy de acuerdo contigo...uno no sabe quién lo repara y lo mira a uno más feo...si la de las uñas, los maricas o el resto de clientas.
    Qué casualidad, Juan. Yo entro al gimnasio mañana y estoy de acuerdo contigo en la sensación de bienestar que se obtiene con el ejercicio. La parte estética es la ñapa del asunto.
    ¡A sudar se dijo!

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  3. Jajajaja, en cambio, para mí la peluquería es un paraíso de revistas vanidades viejas, masajes en la cabeza y uñas arregladas, mientras el gimnasio...

    Mi único problema con el gimnasio es que uno tenga que madrugar (not gonna happen) o ir juicioso después del trabajo. No tengo disciplina pa esas cosas. El año pasado estuve pensando seriamente en comprarme una elíptica pa poder hacer ejercicio en piyama y viendo Drop Dead Diva

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  4. El segundo párrafo del comentario de Lalu parece escrito por mi "mejor amiga". OMG!

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  5. La ñapa del video, perfecta, ejemplo de la musica para el Gym, te cuento que en mi gimnasio soy feliz cada vez que el instructor que esta ya un poco pasado de años para ejercer la profesion, le da por poner esta muscia, a veces me encima una de metallica y otras de Gun´s and roses, amo mi gym, el tipico gimnasio de barrio, no como Bodytech, un poco impersonales y dedicados a moldear mujeres de dudosa profesion o mejor sin profesion, (por lo menos en Manizales), nada como un gym pequeño, sin tentaciones alrededor, mujeres normalitas que no nos desconcentran con sus industrializados y procesados cuerpos. El Gym es lo máximo, nos hace sentir bien, aun un poco gordito y todo, pero feliz y saludable.
    Ronald M.

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  6. ¡Ah, sí! Los gimnasios de barrio. Yo en Bogotá he estado en gimnasios super fifí y en gimnasios de barrio y esos se prestan un poco más para ese tipo de "complacencias musicales". En Chipre fui a Casimar y al Club de la Salud, muy de barrio los dos. Un abrazo, Ronald y por aquí en mi blog muy bienvenidos sus comentarios. Creo que por ahí hay uno que habla de Lucas. Lo buscaré y se lo muestro.

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