martes, 22 de febrero de 2011

El Abrazo Opcional (Para Augusto Tamayo)


De no haber sido porque anoche tenía un par de compromisos inaplazables adquiridos con anticipación, me hubiera encontrado - después de años de no verlo - a Augusto Tamayo. 
Augusto y decenas de otros músicos de la ciudad asistieron a una reunión en la cual se habló mucho sobre el futuro de la música en Bogotá y en Colombia, según me contó Segio Orejuela. Recordé con Sergio que hace años todos estábamos metidos en un esfuerzo colectivo llamado la Reacción Colombia Rock y Pop, que agrupó en una serie de conciertos a los que - creíamos - eran los mejores exponentes del rock y el pop en la ciudad, a los herederos de los padres fundadores de esa vaina conocida como Rock Latino o Rock en Español. Andrés Cepeda nos abrió las puertas de La Casa del Ekeko, tocamos en La Tea, en Canterbury, dimos lora como colectividad y afirmamos, a todos los medios que nos prestaron atención, que íbamos a luchar juntos hasta el cansancio para ver a nuestro público unido, reaccionando contra fenómenos musicales deleznables como la invasión vallenata, el auge del reggaetón y la peor de todas las pestes: El Tropipop.
Se nos acabó la fuerza, la gasolina. Cada quién siguió en lo suyo por separado. Gatoblanco grabó su disco debut, Plásti-k hizo un EP y varios conciertos, Kapicúa se desintegró y con profundo dolor recibí la noticia de la separación de //4am, la banda que integraban Augusto y Jose. Tuto abrió Btá y encontramos de nuevo un hermoso refugio para escuchar y tocar la música que nos gustaba, dedicándose también a otros proyectos posteriores a //4am, que incluyeron la publicación de algunas nuevas canciones suyas y la feliz aventura de tocar con Ciegossordomudos.
No fueron pocas las ocasiones en las que compartimos tarima, ni pocas tampoco las oportunidades en las que he confesado sin vergüenza mi admiración al trabajo de Augusto como pianista, como cantante, como arreglista y como compositor. Él es uno de esos tipos que uno mira de lejos con respeto, por más que tenga la oportunidad de saludarlo con un abrazo cada vez que se cruza con él.
Augusto es hincha furibundo del Atlético Nacional y sus preferencias políticas están bien asentadas a la derecha. Yo sigo con cariño y resignación (casi desinterés) al América de Cali y si alguien me pregunta por mi postura política me autodefiniría como de centro-izquierda. Odio el comunismo, me parece una abominación tan detestable como el autoritarismo totalitario de las dictaduras militares. Hace unos minutos Augusto publicó en las redes sociales estar considerando la posibilidad de dejar de seguir mis comentarios comunistoides en Twitter.
Le hago una invitación pública a Augusto: Hagámonos el favor mutuo de darnos "Unfollow" cuanto antes.
El día en que Gatoblanco asistió por primera vez como nominado a unos Premios Shock, en 2007, a Augusto lo sacaron por la fuerza del auditorio donde se llevaba a cabo la ceremonia porque se había agarrado a golpes con alguien. Lleguemos a una solución pacífica, Tuto, que nos permita ignorarnos mutuamente por completo en las redes sociales para estar más tranquilos, que me evite contribuir a sus constantes dolores de cabeza, que nos evite agarranos a puños por cosas que yo considero secundarias cuando trato con un músico (la política, la religión, el deporte) una solución que me de al menos la oportunidad de volver a encontrármelo en la calle y decirle cuánto me gusta la música que hace, cuánto disfruté la última aventura de Ciegossordomudos, de Augusto Tamayo o de //4am.
El abrazo, Augusto, podemos dejarlo como algo opcional.


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