martes, 20 de septiembre de 2011

Bathwater

But I still love to wash in your old bathwater,
love to think that you couldn't love another, I can't
help it... you're my kind of man.
Ya sin la más mínima intención de compartir mi vida con ella, de ofrecerle todo lo que en algún momento puse a su disposición; me seguía preguntando cómo podría una mujer preferir estar con un hombre que la menosprecia y la irrespeta cuando podría estar con uno que la trata como a su par. 
Ah, pero la vida sabia nos da señales y si bien aún no entiendo cómo puede una persona cuerda sostenerse en dicha situación a pesar de todas las señales sí recordé que alguna vez fui yo quien ofreció mucho menos de lo que recibía y quien manipuló una mujer de forma casi inconsciente pero igualmente disfrutada. 
Y lo recordé gracias a un ejercicio de esos inútiles que a veces terminan estimulándole a uno la creatividad o removiéndole los escombros de la memoria. El aparentemente anodino Reto Musical de 30 Días me preguntó hoy qué canción me hacía sentir culpable y recordé el momento en que sus dientes grandes y sus mejillas pecosas se acercaron a mí oído en la sala de edición de televisión de la universidad de Manizales y (después de haberla tratado con desdén, viéndome ya completamente feliz con otra mujer a la que amaba sin medida) me dieron a entender con una canción de moda que en cualquier momento podría regresar a tocar su puerta y que ella - sin dudarlo - me dejaría entrar.
Ponerse en el lugar del otro es la mejor forma de entender qué es lo que sucede. Me pasaré la tarde con una sonrisa perversa en los labios recordando los días de No Doubt.

1 comentario:

  1. Lavate bien los pies por favor; no importa qué tan tragada haya estado, en esa agua no se mete ni el putas!

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