sábado, 25 de febrero de 2012

Comentarios Inútiles 32

1. Lo que pasa es que el amor, el enamoramiento o el gusto verdadero suceden en el plano cinematográfico y no en el fotográfico. Al menos esa fue la conclusión que saqué esta semana al pensar por qué hay ciertas mujeres que me parecen hermosas en fotografías y un poco desencantadoras cuando hay movimiento de por medio. Hay algo en su forma de hablar que me recuerda una profesora de la universidad, hay un dejo de torpeza en su caminar que se asemeja al de un ganso, hay algo en el movimiento de sus manos que me recuerda a mi tía Marina o ciertas frecuencias en su voz que se parecen a la voz de Janice, la exnovia eterna de Chandler Bing. Será por eso eso que me gusta mirarla tímidamente a lo Juan Sebastián Naranjo para no entrar en contacto y desencantarme a lo Jerry Seinfeld.
2. Pensaba yo hace unos días que los adolescentes contemporáneos encuentran en Internet lo que a nosotros nos costaba caminatas, interacción y riesgo hace 15 años; al menos en los campos de socialización y descubrimiento de la sexualidad. Gracias a las redes sociales los chicos ya no tienen que salir a las calles para encontrar amigos y mucho menos tienen que arriesgarse a ser descubiertos por sus padres comprando o escondiendo una revista pornográfica. Tienen a un par de clics de distancia todo el porno del mundo y toda la gente del universo virtual gracias a Facebook. No sé si eso los hace afortunados o desafortunados pero sí los hace, al menos, distintos.
3. Las vacaciones de final de año estuvieron marcadas - en mi familia - por dos eventos notables, uno maravilloso y otro bastante triste. En menos de tres semanas nos alegramos con el nacimiento de mi sobrina y nos llenamos de tristeza con la muerte de la esposa de mi tío Carlos. Fue escalofriante mi sorpresa hace una semanas al descubrir - mientras me lavaba los dientes - que los nombres de ambas mujeres están en "Despertar" una canción de Gatoblanco compuesta hace casi una década.
Despertar by Gatoblanco on Grooveshark
4. Se me hace gracioso que Carolina y sus amigos utilicen el término "tropipop" para referirse a cosas de consumo masivo y de muy poco gusto.
- ¿Leíste la última columna de Adolfo Zableh? No me gustó, es muy tropipop. 
¡Si se imaginaran ellos todo lo que tuvimos que sufrir nosotros cuando en la emisoras juveniles en FM le cerraron el espacio a todo aquello que no fuera tropipop!
5. Un cáncer se va a llevar a Hugo Chávez Frías. Es tan terco, tan megalómano y tan suertudo que se va a convertir en un ícono, en un semidios, en una figura inolvidable gracias a una muerte relativamente temprana - probablemente - en ejercicio del poder.
6. ¿Qué hacer con tanta rúgula? No alcanzo a comer tantas ensaladas y la rúgula se va poniendo más amarga. Bueno, la piqué con el procesador de alimentos y la almacené en el congelador. La sofreí y después la puse sobre unos lomitos de salmón (salmón de supermercado, tampoco soy tan esnob) y el resultado fue muy bueno.
7. Deberían regresar los billetes de $1.000 y de $2.000 de hace 20 años. Eran más bonitos.
8. Esperé con ansias la presentación de Coldplay y Rihanna en los Grammy porque Princess of China me traía altico del piso. El sustantivo decepción no alcanza a ser suficiente. 

3 comentarios:

  1. Debería regresar el billete de $10.000 lleno de pájaros. Ese sí que era bonito.

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  2. Leéte C.M. no record a ver si te gusta la forma en que muestran el tropipop. A mí me encantó (la forma en que el libro expone eso, no el tropipop).

    ¿Vos también sos de los que dicen que Carlos Vives es el padre del tropipop?

    No creo que todo el tropipop sea malo, hay algunas canciones muy ricas para bailar, sobre todo con alguien que le guste a uno.

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  3. No sé qué pasa con Blogger, he estado tratando de subir una imagen del billete de $1.000 y no me deja. Sí, el billete de $10.000 con los pájaros y la mujer emberá era muy bonito también. Hasta el de $5.000 con Núñez tenía su encanto.
    No sé, Tati si el padre del Tropipop sea Carlos Vives. No creo. Yo creo que el auge del tropipop se debe más a determinados productores musicales que dieron forma a artistas y discos posteriores a todo lo que logró él con La Provincia en la década del 90. Pero sí es cierto que el éxito comercial que tuvo Carlos Vives por fuera del país debió contribuir a que muchas personas trataran de descifrar y repetir su fórmula.

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