sábado, 13 de febrero de 2010

Comentarios Inútiles VIII (Cada vez más inútiles)



1. Hablaba ayer con Sergio Hernández acerca de la muerte de JD Salinger, autor de The Catcher in the Rye. De ahí pasamos a Bukowsky y de ahí a la confrontación: ¿Quién es mejor Efraím Medina Reyes o Rafael Chaparro Madiedo? Él decía que le encantaba la forma en que Chaparro le daba voz a los personajes pintorescos de Opio en las Nubes y que lo que había leído de Medina podría haberlo escrito mejor él mismo con un porro en la cabeza. Yo creo que el guionista de La Brújula Mágica no es mejor que el máximo detractor de Gabriel García Márquez. El capítulo número 4 de Érase una Vez el Amor pero tuve que Matarlo (Una guitarra invisible) y el cierre hermoso del libro (Sueño de una zanahoria congelada) hacen que Medina se merezca toda mi admiración. Es violento, pero sensible. Tiene los pies sobre la tierra y ha afirmado que le gustaría sentarse a recitarle poemas al culo de Keyra Agustina. Yo lo haría también. A veces la poética se encuentra en cosas terrenales, mundanas, sucias y no en la inspiración de las hadas y los faunos. Gracias a Medina Reyes conocí a una chica en Internet y gracias a otra chica recibí un libro de Chaparro Madiedo. La de Medina persiste, la de Chaparro ya no existe. Si me toca escoger entre el drogo existencialista y el inconforme sin remedio, si hay que elegir entre el chocoloco y el emputado, si es menester decidir escoger entre el rolo y el cartagenero; Medina Reyes va a ganar todas y cada una de las peleas con el éxito que no tuvo como boxeador. Una vez le escribí a una de sus desaparecidas cuentas de MySpace que esperaba no verlo nunca jamás vestido de liki liki recibiendo un premio de la corona sueca. Me escribió de vuelta: Así sea, brother. Un masaje sexorial en abejitas vale mucho más que un premio Nóbel.
2. Yo tenía 19 y ella tenía 20. Salimos de una fiesta en la que habíamos bailado juntos toda la noche y era por lo menos la tercera ocasión en que eso sucedía. El trayecto de Chipre hasta su casa era relativamente largo y el único CD mío que había en el carro era el Pop de U2. No quería hablar, no quería conducir muy rápido, quería que las luces decembrinas nos alegraran ese momento en que ambos estábamos nerviosos. Pasando por el Teatro Fundadores sonaba Do you feel loved? y yo sonreí como imbécil (como aún hoy lo hago) antes de preguntarle cuándo había sido la última vez que se había sentido realmente querida. Me dijo que había pasado mucho tiempo ya, que habían pasado años. Me detuve frente a la puerta de su casa y al despedirme me armé de valor y le di un beso que comenzó en If God Will Send His Angels y terminó en Last Night On Earth. Le dije que deberíamos querernos y ella aceptó. A la larga no importa cuánto duró aquel romance. Yo la quería, ella me quiso y es lo que importa.
3. Pop es tal vez el álbum más subvalorado de U2. La gente no pudo soportar ver a Bono, The Edge, Larry Mullen y Adam Clayton vestidos como The Village People en el video de Discotheque. 1997 fue uno de los mejores años de mi vida y en gran parte esa sensación se debe a toda la música que descubrí gracias a personajes nuevos, que se acercaban con discos como joyas, que me daban cintas para que les grabara mi música. Pop me encanta de principio a fin y ahí está una de mis canciones favoritas de U2: Gone. Nunca antes como el miércoles pasado (justamente en ese eterno viaje en Transmilenio en que no podía escuchar música) esa canción me había taladrado la cabeza con semejante insistencia. But I’m already gone. ¿Será por eso, mamá? ¿Será por eso?

4. Me llaman de una empresa de cobranzas a decirme que tengo un cobro pre-jurídico porque hace 4 meses no pago la factura del Triple Play de UNE. Digo tratando de estar calmado: Pero yo cancelé ese servicio desde agosto del año pasado. Me responden: Sí, pero aquí aparece que usted debe cuatro meses de servicio. Calculo rápidamente y son $600.000 más los honorarios de cobranza. Me da taquicardia. Pierdo la calma y le digo a la señora que está al otro lado de la línea: - ¿Pero qué les pasa a estos perros triplehijueputas? Ella me sugiere que llame a UNE. El asesor de UNE me dice que tengo una deuda de $9.000 más un interés acumulado de $450 por un par de días que no alcanzaron a entrar en la última factura. Llamo de nuevo a la empresa de cobranzas para verificar la información y me dicen que el saldo es de $45.000 incluyendo sus honorarios. ¿Quiere eso decir que si en vez de deber $9.000 debiera $600.000 sus honorarios cuadruplicarían el monto de la deuda? ¿Quiere eso decir que tengo ir hasta su oficina y pagarles $36.000 por una llamada telefónica? Efectivamente así lo afirma mi interlocutora. Supongo que ahora los canes de triple mala procedencia son ellos. Mejor voy a UNE. Les pago sus $9.000 pesos y asunto olvidado. En todo caso me arruinaron el almuerzo.
5. Al comienzo soñábamos con ir a ver a Coldplay pero nos parecía absolutamente improbable que ese pequeño grupo de Brit Pop llegara alguna vez a pisar suelo colombiano. Ahorramos dinero semana tras semana cuando corrió el rumor, en 2002, de que Lenny Kravitz iba a tocar en Bogotá. Lenny finalmente anunció concierto hace dos años y siendo ya dos adultos con poder adquisitivo corrimos a comprar las boletas. Lenny nunca vino y nos rompió el corazón. El mundo se reacomodó y ya falta poco para que veamos a Coldplay. Además vimos a Depeche Mode y por obra y gracia del espíritu santo fuimos a ver la resurrección de Soda Stereo. ¿Será que para cerrar definitivamente nuestro ciclo de canciones alguna vez veremos a los Stone Temple Pilots?
6. Esta semana dijeron en el noticiero que hace 20 años salió Nelson Mandela de la cárcel. Me acordé de todo lo que hablamos sobre Mandela en el salón de clase en 4°C del LANS. Don Gonzalo decía que era muy importante. Uno cierra los ojos y los vuelve a abrir y se pasan dos décadas. Holly shit!
7. En el año 2002 voté por primera vez en las elecciones parlamentarias y presidenciales. Voté por Jorge Enrique Robledo para el senado y por Álvaro Uribe Vélez para la presidencia. Ya no le creo a la izquierda ni a la derecha. ¡Bah! ¡Son la misma cosa!
8. Hay una diferencia entre la relación y el vínculo. El vínculo no lo da el sexo, ni los besos, ni las salidas, ni andar de la mano por la calle. El vínculo se va tejiendo en cosas más sencillas y se percibe en el momento de mirar al otro y saber que de una u otra forma ya hace parte de uno.
9. Desde que el álbum Sangri La Dee Da de Stone Temple Pilots salió al mercado en 2001 he creído que la canción Too Cool Quennie habla de Courtney Love y Kurt Cobain. Y aparentemente no soy el único (¡Qué tonto pensar que uno es el único en algo!). Buscando información sobre el asunto encontré una entrevista en la que Scott Weiland dice de forma burlona que la canción no habla necesariamente acerca de Courtney, quien es amiga suya. Sin embargo hay demasiadas coincidencias en la letra como para hacerse el de la vista gorda y no pensar que es un chiste de dimensiones monumentales. It’s OK Courtney, what goes around comes around! Kurt está vivo en una novela de Efraím Medina Reyes. Se llama Érase una vez el amor pero tuve que matarlo. Deberías leerla, Courtney, mientras la ley se decide a no devolverte nunca a tu hija.

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