sábado, 24 de marzo de 2012

Heridas abiertas, preguntas sin respuesta

Llevo varios días pensando en asuntos relacionados con la muerte. ¿Por qué? Por dos razones sencillas:
1. Esta semana se conmemoró un aniversario más del asesinato de Bernardo Jaramillo Ossa, candidato presidencial por la UP a la Presidencia de la República en 1990.
2. A mi tío Danilo (hermano medio de mi papá, artista plástico, carpintero, melómano inagotable, budista y una de las personas que más ha influido sobre mis creencias y forma de pensamiento como adulto) le fue diagnosticado un cáncer de próstata.
Yo ni sé qué pensar acerca de la muerte así como no sé siquiera que pensar acerca de la existencia de un dios. A través de la música, de la lectura y de las charlas con mis tíos budistas se me ha hecho más lógico que exista una especie de orden evolutivo y de aprendizaje en el cual las almas regresamos a la vida una y otra vez en distintas formas hasta alcanzar un grado de perfección. En ese orden de ideas, probablemente volveré a encontrarme en otro momento con mi tío y maestro cuando él se vaya; pero quisiera aprovecharlo al máximo mientras habitemos el mismo plano porque nunca se sabe, ¿no? Es solo un cáncer, a lo mejor me voy yo primero.
Y pensaba también en lo difícil que debe ser dejar atrás las heridas de algo tan espantoso como un asesinato. No sé si los padres de Bernado Jaramillo Ossa sigan vivos. Mi ex-suegro solía contarme que los veía muy a menudo por San Jorge y que lucían tristes, mucho más tristes de lo que puede lucir una persona en edad avanzada. Recordé también esta semana el infame asesinato de mi tío John y todas las hipótesis que se tejieron en mi familia alrededor de un crimen tan absurdo. Pensé en mi abuela Aceneth, en el dolor que carga en el corazón desde que un sicario acabó con la vida del menor de sus hijos.
Tengo 30 años y siete meses de edad. Ya he vivido más de lo que vivió mi tío John y sigo sintiendo que he hecho tan poco y tengo tanto por aprender. A veces quisiera poder dar consuelo a las personas que cargan heridas tan grandes o encontrar respuesta a estas preguntas que hacen que un sábado en la mañana esté escribiendo sobre la muerte en vez de hacer cosas más urgentes, como trapear el piso de la cocina y el baño.

1 comentario:

  1. No había leído esta entrada. La muerte es uno de los temas a los que le he dedicado más reflexión en mi vida y ha sido uno de los que me ha acompañado más fuertemente que cualquier otro. Supongo que es por la serie de pérdidas que ha vivido mi familia y que otros poco entienden. Muchos me han dicho que ya va siendo hora de superarlo, como si fuera tan fácil. Creo que en realidad lo que uno logra es acostumbrarse a una realidad nueva, sin esa persona que ya no está.

    Me gusta la idea del orden evolutivo y el aprendizaje cíclico. Habrá que reflexionar al respecto.

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