jueves, 6 de septiembre de 2012

Papeles

Me urge organizar el armario del estudio. Me desespera ver ese desorden de cables, carpetas, adaptadores y plugs en el que se ha convertido. En la parte alta del armario, donde algún otro habitante habrá puesto toallas y ropa de cama, están las cajas de papeles. Los tres cambios de apartamento de la última temporada de trasteos me ayudaron a deshacerme de un montón de cosas que ya no necesitaba y la ola invernal de 2010 me dañó un montón de revistas y libros y así mi carga se hizo más ligera. Pero no me deshago de mis cajas de papeles. Durante años, acumulé cartas escritas a mano, notas elaboradas por mis amigas en la universidad, entradas a conciertos y a obras de teatro, fragmentos de papeles coloridos que alguna vez envolvieron regalos y trajeron felicidad a mi vida. 
Desde hace años el amor se construye a través de palabras digitalizadas, a través de unos y ceros que se hacen conversaciones en chat, correos electrónicos, mensajes directos en Twitter, depósitos en el buzón de Facebook, entradas en el blog.
Tengo fe en nosotros. Tomé la caja donde venían esos discos de Amy Winehouse y guardé los papeles donde me has escrito: un recibo de datáfono de una pizza compartida y tres tarjetas de tres regalos de cumpleaños.
Tengo fe en nosotros y en esa caja de papeles.
El té está hirviendo, Amarilis prendió la aspiradora; escríbeme pronto.
Juan

2 comentarios:

  1. Hace unos años me pareció muy buena idea poner en alguna parte visible los papeles y objetos que tenía guardados en una caja de recuerdos. Así, al verlos seguido, tendría más presentes a las personas importantes y los momentos felices.
    Bajé al parquadero buscando inspiración y encontré una tabla de cama. La cogí feliz y le pegué encima con UHU un montón de cosas. Había desde boletas de cine hasta pitos de una fiesta de cumpleaños.
    Puse la tabla en un rincón del cuarto al que miraba siempre al despertarme.
    Todo estuvo bien hasta que llegaron a la casa los señores de la compañía de fumigación. La tabla sobre la que había pegado mi memorabilia tenía termitas y había llenado de termitas toda la casa.
    Ese fin de semana dormimos en la casa de mi abuela. Hubo que fumigar muy a fondo todo el apartamento. La tabla de recuerdos no pudo salvarse.

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  2. Yo también tengo un montón de papeles guardados.

    Tatiana, esa historia está increíble :(

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