jueves, 11 de octubre de 2012

Ana

Cuando entré a estudiar Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Manizales (hace más de 13 años) varios de lo profesores de planta que tenía la facultad solían hacernos comentarios acerca de la forma en que Internet nos iba a cambiar la manera de socializar en menos de una década. Aún cuando era muy joven, era también escéptico. Consideraba poco probable que yo, que siempre había sido apegado a las amistades duraderas y de lazos profundos, estuviera en menos de 10 años haciendo nuevos amigos que conociera a través de la red mundial de información.
Serían las redes sociales las encargadas de demostrarme, exactamente una década después, que estaba equivocado. Un día leí a Ana; leí en su blog un texto que parecía escrito por mí - o acerca de lo que estaba viviendo - y la conexión fue inmediata. A veces se me olvida que Ana y yo no somos amigos "de toda la vida" y que eso de tener amigos de "toda la vida" puede estar tan sobrevalorado como ser "gente divinamente". A veces se me olvida que por estar apegado a los mismos círculos me estaba perdiendo la posibilidad de conocer gente maravillosa y que afortunadamente un día Internet me cambió la vida tal y como me lo habían advertido los profesores en la facultad.
Esta tarde, en un Starbucks en el campus del Middle Tenessee State University, pensé en la conversación que tendríamos Ana y yo la próxima vez que nos viéramos (porque no somos esa clase de amigos que necesita verse o hablarse todos los días) y la forma en que una vez más estaríamos de acuerdo en muchos temas básicos de la vida.
Pensé que al hablar con Ana no debería olvidar comentarle que a pesar de todo vivimos tiempos bonitos, que cada etapa de la vida y de la historia tiene su gracia, que a pesar de tanta amargura circundante somos gente afortunada, que es bueno que pocas personas entiendan lo que pensamos o sentimos (tal como lo describía en su entrada en el blog) precisamente porque encontrar con quién estar de acuerdo es una fortuna escasa, que sin esa revolución de la que hablaban mis profesores en la facultad sería aun más difícil o casi imposible.

4 comentarios:

  1. Ay, me morí de amor por ti, Cosmic. : ) Te quiero.

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  2. Y ven, ¿dónde estás?, ¿el Starbucks de dónde?
    Y debería yo decir algo más y lo que se me viene a la cabeza es Wall-e, el clásico instantáneo. Yo siento lo mismo que tú, que nos conocemos de siempre aunque hayan pasado como dos o tres años solamente: somos un clásico instantáneo :' ) Esto me conmueve mucho, Juan Sebastián.

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  3. Yo le dije que la vida le iba a camBiar hombre, pero como a mí nunca nadie me hace caso. Buen post, saludos a Elvis.

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  4. Don Richitelli, vieras cómo te pensé el viernes que tuvimos un HT todo bonito de Manizales rodando en twitter... haces falta. Cosmo por favor me puede aclarar el cambio de vida, gracias.

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