miércoles, 20 de enero de 2010

Freelove o La Naturaleza del Amante




DM Freelove - Traducida from duskmode on Vimeo.
(Advertencia: La traducción de Freelove presente en este video no es completamente acertada, pero sirve bastante para dar contexto a los lectores no angloparlantes).


Amante. Repita usted la palabra en su cabeza un par de veces. ¿En qué piensa? ¿En quién piensa?
No sé si en la imaginación de todos ustedes la palabra amante tenga las connotaciones negativas con las que la sociedad contemporánea ha caracterizado al término de forma injusta, convirtiéndolo a través de los teledramas mexicanos y venezolanos en la figura de una harpía, de un intruso, aquel personaje a quien todos querían abuchear cuando Laura Bozzo gritaba con voz inquisidora: ¡Que pase la amante!
El amante imaginado por todos es aquel hombre que se aprovecha de las desgracias de una mujer infelizmente casada, o aquella mujer joven y hermosa que con toda la premeditación del caso arruina un matrimonio atrapando por medio de sus artilugios a un hombre desprevenido que deja atrás la felicidad y la seguridad de hogar, esposa e hijos.
Etimológicamente podríamos afirmar que el sustantivo y el adjetivo amante provienen del verbo amar (o viceversa), por lo que el amante es simplemente aquel que ama, y es así como el diccionario de la Real Academia Española define al amante:
Amante
1. adj. Que ama. U. t. c. s.
2. adj. Se dice de las cosas en que se manifiesta el amor o que se refieren a él.
3. m. pl. Hombre y mujer que se aman.
Para entender la naturaleza del amante tendríamos que entender también la naturaleza del amor, y así la concepción que cada uno tenga de este sentimiento afectará directamente la que se tenga del amante.
Siempre he preferido la forma en la que se utiliza el término Love en Inglés a como se utilizan el sustantivo Amor y el verbo Amar en español. En inglés uno puede perfectamente amar las hamburguesas, los partidos de hockey, la voz de un cantante o la temperatura tibia de la primavera, mientras en español tendemos a dar al amor y al amar connotaciones casi divinas. Uno puede querer a los amigos, a las mascotas, puede disfrutar en demasía los partidos de fútbol o las películas con Bill Murray pero no puede amar estas cosas, porque el amor está reservado a la pareja, a los hijos, a Dios y a cosas y situaciones que rayan lo inefable.
Yo considero que el amor es un sentimiento mucho más amplio, que puede tomar tantos matices y demostrar tantas intensidades como relaciones de amor pueda entablar el hombre con sus semejantes, con los animales, con las experiencias estéticas y con todo aquello que ni siquiera alcanzamos a imaginar que amamos. Yo amo a mi mamá, a mi papá, a mis hermanos, amé muchísimo a una mujer; pero también amo genuinamente a mis grandes amigos, amo la música, los gatos, la forma en que mi papá se ríe cuando suelta uno de sus chistes malos, el frío del viento bogotano cuando me mueve el pelo, la manera en que caminan las mujeres de Manizales, la literatura argentina, el idioma inglés, el olor del jazmín en las noches, la sensación de hogar que me da estar en Chipre, la forma en que Manuel toca el bajo, la seguridad que me da Sebastián cuando me desespero y él me ancla de nuevo los pies a la tierra.
¿Pero esos tipos de amor me convierten en un amante? Por supuesto que no. La relación de “amantazgo” (y perdonarán el neologismo) debe tener una serie de condiciones que propician su germinación y mantenimiento:
  1. En primer lugar para ser amante hay que dar amor. Amor en cualquiera de las manifestaciones del amplio espectro de dicho sentimiento. Si no se entrega al menos un poco de amor en una relación de pareja, entonces el amantazgo está excluido.
  2. Creo que para ser amantes se necesita en segundo lugar de una condición de reciprocidad. Uno no puede ser el amante de otra persona si esa persona no es el amante de uno, y es así como las relaciones que no tengan un componente de sinceridad se excluyen de entrada como relaciones entre amantes (al menos en la forma aquí expuesta). Si yo te amo y tú no me amas no somos amantes. Si tú me amas y yo amo a alguien más no somos amantes.
  3. Los amantes pueden o no ser pareja frente a la sociedad, o incluso frente a sí mismos. Un noviazgo o un matrimonio puede darse entre dos amantes, pero puede darse también entre dos socios o entre dos amigos. No necesariamente la relación de amantes conlleva una relación de pareja establecida.
Hablando con Misael el 31 de diciembre (hablo de Misael y nuestras reflexiones como si fuéramos Borges y Bioy Casares – me sabrán disculpar), llegamos a la conclusión de que relaciones tan estrictas como el matrimonio e incluso el noviazgo tienden a convertirse en arcaísmos que poco a poco van a ser desplazados de las convenciones sociales. Cuando uno dice: “Ella es mi novia” o “ella es mi esposa” inmediatamente adquiere comportamientos socialmente dispuestos para este tipo de relaciones y gran parte de la magia vivida en la relación de los amantes se pierde. El compromiso es otra cosa, el compromiso no se basa en hacer llamadas todos los días, en tener contacto permanente o en ser sexualmente fiel a la pareja. El compromiso es algo tácito, es mirarse a los ojos o descansar uno al lado del otro y saber que se cuenta con esa persona para todo y creer profundamente que así va a ser para siempre.
Es así como – esperamos Misael y yo - las relaciones tácitas de amantes van a hacerse cada vez más comunes y populares y surgirán compromisos verdaderos entre las parejas establecidas (incluso los matrimonios y los noviazgos), sin necesidad de andar por el mundo tomándose de la mano o llevando títulos que imponen más de lo que aportan. La incertidumbre, que es pan de cada día, es lo que mantiene viva la relación de dos amantes y tarde o temprano tendremos la generosidad y la tranquilidad suficiente como para aceptar la incertidumbre en nuestras relaciones de pareja.
El amor debe ser así: Libre. No hay otra forma de vivir un amor verdadero.

6 comentarios:

  1. Es increíble que nadie haya comentado por acá. En la vida "real, ya he tenido tres conversaciones a propósito de esta nota. Una muy buena manera de reseñar una conversación que ha generado ya muchas otras o que, más bien, la ha continuado.

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  2. Sí. Supongo que leer en blogger es un ejercicio menos facilista que el de leer en Facebook y simplemente hacer clic sobre el botón que dice: "Me Gusta". ¡"Me Gusta" my ass! "Me Gusta" es una canción de Silvestre Dangond. Lo que tenemos que hacer es discutir, ¿no?
    Bueno, al menos usted y yo ya discutimos. En conversaciones y por escrito.

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  3. Y bueno, definitivamente me uno a ustedes, yo desde hace algún tiempo si arranque a revaluar el termino "amo" por que indudablemente si amo a mis amigos, a mi gato, los domingos en los que pinto y varias cosas mas.
    Creo que definitivamente es hora de darle nuevas miradas a algunas palabras!

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  4. http://lauramarcelasanzleon.blogspot.com/2010/02/freelove-o-amor-liquido.html

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  5. Insisto Laura, no podríamos estar más en desacuerdo. La diferencia está en que yo también conozco el amor comprometido y por eso no desestimo tus afirmaciones. Lo viví una sola vez y valió la pena. Por eso ahora me lanzo hacia la otra orilla. Creo que la vida nos da a todos la oportunidad de saborear el amor libre de la forma justa y con la persona indicada en el momento adecuado. Supongo que es una especie de racismo. Uno sólo desestima a aquello a lo que teme o desconoce.

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