miércoles, 22 de septiembre de 2010

Comentarios Inútiles XI

1. ¿Cuándo llega el momento de llamar "Señora" a una mujer? ¿Cuando se casa? ¿Cuando empieza a tener cara de adulta y ya no de adulta joven? ¿Cuando tiene un hijo? Mi hermano Manuel tiene una hipótesis sobre el verdadero carácter de la señora y existe una característica notable que hace que una mujer pueda ostentar con orgullo y sin temor dicho título y es que empieza a estorbar. Suena rudo, pero muchas de las teorías anodinas que manejamos mi hermano y yo sobre el comportamiento humano son tan duras como inútiles. Las señoras se caracterizan por tener un pésimo manejo del espacio público: estacionan sus carros en las esquinas o se acomodan en ellas para esperar y detener el transporte público, se paran en la mitad de las aceras a conversar cuando se encuentran con otras señoras, se abren paso a la fuerza en los buses repletos de gente sin reparar si hacen daño con sus tacones, chaquetas, bolsos y sombrillas a aquellos que estamos a su alrededor, a aquellos que somos su obstáculo, la marea en medio de la que se abren paso. El grado máximo de irrespeto por el espacio público y el espacio ajeno lo tienen las viejitas, señoras con años y años de experiencia en ese misterioso oficio de estorbar. Manuel me ha confesado que, en ciertas ocasiones, ha sentido la tentación de empujar a una o dos viejecitas que caminan a paso lento por la calle, ocupando aceras estrechas como la de la carrera 19 en Manizales, mientras mi pobre hermano trata de abrirse por un lado o por el otro. Pero siempre hay una razón que a ambos nos impide llevar a cabo semejante exabrupto: existen señoras que estorban tanto como las demás, pero que queremos mucho (como nuestra madre y nuestras abuelas) y nos parecería el colmo que un hombre joven las agarrara a empujones en la calle sólo para seguir adelante. Piensa en esto, querido lector: algún día esa mujer que quieres, esa chica que te gusta, se convertirá en una señora y empezará a robarse de forma desconsiderada el espacio público de los demás. 
2. Tengo varios amigos homosexuales. Son hombres y mujeres que quiero mucho y que admiro por lo que hacen, por lo que sienten, por lo que piensan y no por la persona con la que se acuestan. Algunos son abiertamente homosexuales y otros ni siquiera están seguro de su propia homosexualidad o bisexualidad, así que andan en esa búsqueda de sí mismos que no es ni más ni menos que la vida que a todos nos ha tocado vivir. Creo que la homosexualidad o la bisexualidad no son comportamientos antinaturales. Los comportamientos homosexuales han sido observados en cientos de especies animales de todo tipo (particularmente primates y otros mamíferos) y yo tiendo a pensar que con el paso de los siglos los humanos hemos ido desarrollando niveles de conciencia que nos permiten entendernos mejor como especie y entender mejor el entorno natural y cósmico que nos rodea; y creo también que no hay mejor espejo sobre nuestro comportamiento, nuestra misión y los obstáculos evolutivos por superar que los animales. Yo soy un tipo heterosexual pero absolutamente gay friendly y ahora que empieza a tomar fuerza en Colombia el debate sobre la posibilidad de permitir legalmente las uniones conyugales entre personas del mismo sexo quería frente a mis 27 seguidores dejar mi opinión por escrito: Yo estoy de acuerdo. No olvidemos que el anglicismo gay significa alegre. Nosotros, los heterosexuales, no tenemos la potestad de arrebatarles a los homosexuales la alegría de compartir su vida cómo y con quien quieran y de ser amparados por el estado en dicho proceso.
3. El señor taxista seguía preguntándonos una y otra vez si al ingresar al símbolo del sistema podría recuperar los archivos de su computador sin formatearlo, seguía mencionando que su computador era viejo, que trabajaba con Windows XP y que todo se debía a una actualización de Internet Explorer. Supimos que su amigo arreglaba computadores, que a lo mejor le había dañado el computador para cobrarle después la reparación, que lamentaba perder los archivos, que debería existir alguna forma de recuperarlos, que no recordaba la clave de acceso porque nunca antes el computador se la había pedido. Diana le recomendó que dejara eso en manos de un experto, que muy probablemente iba a dañar su máquina, que podría hasta arruinar el disco duro. Tratábamos por todos los medios de dar el tema por concluido para seguir hablando de música mientras llegábamos a nuestro destino. Los automóviles en la carrera séptima no se movían una pulgada. El taxista retomaba en asunto. Este viaje iba a ser uno largo.
4. Llevo varios días escribiendo, componiendo cosas nuevas. Mi miedo se hace cada vez más grande y no me refiero al miedo de no lograrlo, de no estar en los medios masivos, de no salir a hacer giras y grandes shows como siempre lo hemos querido. Confieso que me da miedo no tener nada interesante para decir. Si hay algo que me disgusta del pop en Colombia es la mediocridad en las letras. ¿Cómo decirlo de forma que valga la pena? ¿Cómo convertirse en un adagio popular? ¿Qué palabras juntar para escribir una frase memorable? Mi pluma tambalea, pero siempre ha sido así y siempre he quedado satisfecho. El día que me harte y no me importe me consolaré escribiendo música para otros y seguramente estará repleta de citas notables como: "Hay un baile en el Magangué y me estoy emborrachando".
5. Tengo casi 30 años y me sobran dedos en la mano para contar las mujeres valiosas e inolvidables en mi vida. Ellas tienen una característica ineludible: antes, durante y después han sido mis amigas. Me han servido de apoyo, han escuchado mis preocupaciones y yo he escuchado las suyas. Nos hemos comprendido mutuamente y hemos procurado crecer juntos. Lo valioso no está en la duración, en el título, en la cantidad de fotos de los dos, en la opinión de los demás. Lo valioso es invisible e incomprensible a los demás. Sólo los dos que están metidos en ese delicioso juego del amor y la complicidad amistosa pueden entenderlo a plenitud. Así que no le mentimos a la gente cuando decimos que somos amigos, Corazón. Es una condición obligatoria para que suceda todo lo demás. Creo que tienes razón cuando me dices que serás mi amiga toda la vida, que nos vamos a querer siempre. No podría no hacerlo: "Be my lover, be my friend, be a miracle to me."

4 comentarios:

  1. 1. Las señoras bogotanas caminan en zig zag. Podría ser un factor importante para identificarlas.
    2. Ese reconocimiento es importante. Aunque, tristemente, es una discusión que debería ser ágil y no desgastar a los legisladores, mientras encubren otras reformas urgentes.
    3. Cuando el taxista se quiere tomar la palabra, no hay poder humano que se lo impida. El asunto es tenaz cuando uno va acompañado y no hay posibilidad de audífonos. Toca agarrarse a chupetear al acompañante, fórmula que tiene usos muy restringidos (solo podríamos ir acompañados de una persona, amigo monógamo)
    4. He pensado últimamente que si me afecta lo que clásicamente se ha denominado inspiración. Pensé que era una cosa que podía evadirse, pero nanai cucas. Me frena la pluma. La música con sentido tiene que batallar con las fuertísimas herramientas del sonsonete. Adelante.
    5. No soy amigo de muchas mujeres que han sido importantes en mi vida. Siento que la amistad evidentemente es un eje de las relaciones amorosas pero su permanencia tiene que ver mucho con la manera en que se diluyen las relaciones.

    ResponderEliminar
  2. Definitivamente me fascina tu manera de escribir, de decir las cosas. Me hiciste reír con lo de las señoras. Coincido totalmente en tu posición frente a las relaciones homosexuales. La semana pasada tuve que aguantarme las anécdotas de un taxista que casi se choca por reírse de sus propios chistes. Del cuarto punto no comento y en el quinto coincido con Misael.
    ;)

    ResponderEliminar
  3. Amiguito hace tiempo no lo leía. 1. Ser intrascendente es tal vez el más profundo de nuestros miedos. 2. Los señores también estorban, como yo; cuando se me sale lo señor. 3. Quisiera poder tener ese nivel de concordancie que tiene su merced con las mujeres de su vida, pero no lo logro. Lo mío siempre ha terminado mal o no ha concluído del todo. He de mejorar en ese tema.

    ResponderEliminar
  4. 1. Declaro que no soy señora y no quiero serlo aunque sea inevitable...
    2. De acuerdo! a mi me parece que lo natural sería que fuéramos todos bisexuales, si es que se trata de que nos queramos por lo que somos y no por el estuche, pero me parece que falta mucho para ser tan evolucionados...
    3. He intentado para mi blog escribir todas las historias de los taxis y sólo he logrado una mala, pero me parece que siempre habría algo para decir de ese gremio.
    4. Ser intrascendente también es importante, no todo puede ser denso... opino yo...
    5. Cuando uno se quiere de verdad, se quiere así, tal cual... generosamente.

    De todas las entradas de tu blog, las que titulas como "comentarios inútiles" son las que más me gustan!

    ResponderEliminar