lunes, 16 de abril de 2012

My Valentine

Leí que gran parte del espíritu de los padres y los tíos de Paul McCartney estaba presente en Kisses on the Bottom. Leí que la lluvia le impidió salir del hotel el día que escribió My Valentine y que decidió bajar a tocar algunos acordes en el piano del lobby, que hizo de esa canción un regalo para su esposa.
Nunca crecemos realmente, nunca cambiamos; algo del espíritu adolescente se mantiene en nuestros corazones para siempre. A todos nos fascina la lluvia. Un poco de té, tal vez, la lectura del periódico en compañía, las ganas de desnudarse, de tocarse, de morderse, de decirse cosas bonitas cuando afuera llueve, de creer que eso es el amor y que es eterno, aunque dure apenas lo que duran unas semanas, lo que dura un torrencial aguacero en una tarde de domingo.

1 comentario:

  1. Llevo mucho tiempo leyendo y releyendo y releyendo y releyendo y releyendo y releyendo. Intentando encontrar un comentario que pueda responder a tu post o que pueda decirte lo que me genero. Pero nisiquiera mis 5 años de estudios en emociones humanas logran arrojarme un dato que se ajuste a esto.

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