jueves, 9 de julio de 2009

Kat on my mind

Se llamaba Katherine y la noche en que la vi entrar por primera vez al salón de clase tenía quince años y un día de edad. Tenía ojos alargados (casi orientales), labios delgaditos, dientes blancos, un lunar junto a la boca, un pantalón cremoso muy ajustado y una bufanda que no le servía para arropar su timidez.
Un día, tratando de explicarle la diferencia entre las preguntas "Yes or No" y la preguntas "Wh" lancé al aire:
- Do you have a boyfriend?
Y la respuesta fue:
- No, I don't.
Y ahí quedé emproblemado porque no iba a poder preguntarle "What's his name?"
Comenzó a asistir a mis clases. Buscaba ubicarse en el salón en el que yo estuviera. Se mostró interesada en el idioma como no lo hacen las chicas de su edad, que estudian porque los papás así lo quieren. Era preciosa. Era una verdadera tortura. Me encantaba ver cómo sonrojaban sus mejillas cuando yo le hacía una pregunta.
Una vez en clase, practicando ese tipo de preguntas me dijo con los ojos bien abiertos:
- Teacher, do you have a girlfriend?
- Yes, I do.
¿Qué más iba a responder?
De nuevo había una distancia insalvable entre nosotros dos. De nuevo ella tenía 15 y yo tenía 24. De nuevo yo era el profe y ella la estudiante.
Un día decidí dejar de enseñar. Me despedí escribiendo en su cuadreno una nota que decía: "You're a beautiful creature".
Andrés Russo y Sergio Barreneche me contaron que a veces ella preguntaba por mí.

1 comentario:

  1. Ay, cómo sufrimos los profes cuando un estudiante nos mueve la brújula y la saca del norte!

    ResponderEliminar