miércoles, 22 de agosto de 2012

Lucky Man II


La escena era más o menos la misma de hoy: El relojito de pared pasaba de las 12, mi mamá y mis hermanos dormían mientras yo evitaba fundirme antes de tiempo, por cuenta de una obligación académica desagradable. 
Iba a cumplir 19 años y estaba terriblemente cansado de vivir. Necesitaba un respiro, una señal de que todo podía mejorar. Por esos días no se trasnochaba uno frente al computador, sino acostado leyendo o con el televisor prendido. Estaba revisando algún documento de la universidad y en MTV empezaron a pasar la versión gringa del video de Lucky Man. Cerré el paquete de fotocopias y empecé a prestar atención a la señal que estaba esperando. Sonó el teléfono fijo - ya no recuerdo quién llamó - y una de mis hermanas se despertó con el ruido y fue la primera en desearme felicidad.
La llamada con el Happy Birthday Mr President, los mensajes de cariño sonando en el celular, las palabras de aliento del gran amigo, los buenos deseos de mi doppelganger, los gemidos de mi sobrina en su cama, el abrazo esperado de mi mamá, los buenos deseos de mis hermanas que acaban de entrar de cine (son ellas ahora las que tienen 19), todo eso me recordó hoy - doce años después - que soy un tipo afortunado, que las señales de que todo puede ser mejor están repartidas en dosis cotidianas, que el amor se recibe en la medida justa, en el momento indicado y de la gente adecuada.
Soy un hombre afortunado, con fuego en las manos y aire en el corazón para alimentarlo.

3 comentarios:

  1. Esto me gustó mucho: "...las señales de que todo puede ser mejor están repartidas en dosis cotidianas..." Es algo que a ratos se olvida.

    Que la pase muy bien en su cumpleaños.

    Saludos.

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  2. Linda entrada.
    Feliz cumpleaños hombre!!

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  3. No sé, esa canción tiene como un poder mágico rarísimo. Todo, absolutamente todo parece mejorar cuando uno la escucha.
    Nuevamente, feliz cumpleaños :)

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