domingo, 12 de mayo de 2013

Fav

Llevaba mucho tiempo (más del que quisiera) sin salir a postrear y cafear con Carolina. Con ella las conversaciones siempre se mueven por lugares donde terminamos inevitablemente analizando el estilo de vida que llevamos y hoy terminamos hablando de lo complicado que es para esta generación de transición interpretar los nuevos lenguajes a los que nos vienen acostumbrando las redes sociales. 
Lamentamos un poco que la simplificación de la comunicación nos lleve a terrenos tan ambiguos como las infinitas posibilidades de interpretación que pueden darse al pulgar de Facebook, la estrella de Twitter o el corazoncito de Instagram. ¿No lo sienten ustedes también? ¿No sienten esa ambigüedad en la que nos movemos al interactuar con los demás en Internet? ¿No les agobia?
Ahora bien, si es complicado interpretar los pulgares, los corazones y las estrellas recibidas; es aún más complejo interpretar los pulgares, los corazones y las estrellas que entregan y reciben los demás. Esas interpretaciones como espectador sí que son terreno fangoso. 
Sucede que me canso (nos cansamos, porque a Carolina también le pasa) de esa interacción simplificada, de esos pulgares, de esos corazones y de esas estrellas; de esa ilusión de amistad y de contacto, de ese espejismo cotidiano en el que nos sumergimos todos los días.
La conclusión - si es que hay alguna - es que es bueno salir a postrear y a cafear de vez en cuando. Intercambiar palabras en vez de íconos, derramarse en prosa, compartir angustias y expectativas que son imposibles de resumir en esos espacios, conversar como cuando éramos adolescentes y nos escribíamos cartas a mano o nos pegábamos del teléfono fijo, antes de toda esa revolución 2.0 que nos conecta, nos acerca, nos dibuja espejismos y nos tiene comunicándonos - a los 30 - con mucha menos elocuencia de la que manejábamos a los 15.

3 comentarios:

  1. Está muy sabrosa la preocupación. El problema es que en la medida en que va pasando el tiempo y dependiendo de la cantidad de palabras que uno use en su vida diaria, a veces la idea esta de compartir la vida de cerca y extenderla como una sábana mojada al sol sobre la cuerda de las amistades es cada vez más difícil de ejecutar. Yo hablo 16 horas de mis 24 horas del día. Desgasto, gasto, malgasto, invierto, construyo y destruyo el lenguaje a diario, day in, day out. Y en los momentos en los que no estoy ocupado hablando al frente de un micrófono, estoy dando explicaciones, justificando mis ideas, defendiéndolas, con palabras también, tomando cafés con personas que me mienten todo el día, que me extienden la mano y me sonríen porque saben que de lo contrario no obtendrán lo que quieren.

    Así entonces, cada vez se me hace más difícil comunicarme con gente, salir a tomarme un café, a comerme un postre, con alguien que no sea estrictamente de mi círculo. Y aún con ellos, en ocasiones en las que uno quisiera poder explicar mil cosas, es tan agotadora la labor de comunicar que cuando se está en la comodidad de los amigos, uno prefiere no sacar la sábana mojada y extenderla sobre el fino hilo de las conversaciones, pues bien sabe que no habrá suficiente sol ni tiempo que la seque. Se humedece el alma y empieza a oler a viejo, y cada vez apreciamos más el silencio, alejado de los favs y de los likes, que bien sabemos que son solo código, mentiras hechas de naciones virtuales a las que ya pertenecemos. Pero en general, nada mejor que salir a algún lado con un buen amigo, sin preocuparse por quién hizo qué tipo de silencio, sino como dice uma thurman, apreciando su incomodidad y su tácito "ruido", porque "that's when you know you found someone special...when you can just shut the fuck up for a minute and comfortably enjoy the silence."

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  2. De acuerdo mucha estrellita, mucho pulgar pero de fondo es tan poco lo que significa. A veces pienso que estrellas, pulgares y corazones son otra forma de decir "míreme" que una interacción verdadera de apoyo o de gusto.
    He pensado mucho en abandonar el 2.0 pero tanto amigo afuera lo hace imposible, no queda otra forma de seguir en contacto con los que se fueron.

    Saludos.

    PS: Muy buena la conclusión de don Pimp.

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  3. Es cierto que por varias razones nos hemos vuelto casi completamente dependientes de las redes sociales para comenzar, mantener e incluso terminar relaciones de amistad. Sin embargo no me parece del todo malo y a la larga no sé si ambiguo, (aunque posiblemente es una posición muy personal) porque simplemente no me gusta desgastarme con tratar de interpretar cosas. Sucede que hay personas como yo con serias dificultades para interpretar si algo es una señal o no incluso en el mundo real. Así las cosas, un fav, un corazón o un like, simplemente significa que a las personas les gustó eso que publiqué y listo.

    Ahora, es cierto que la "amistad" que se construye a través de las redes no es igual a la que uno tiene en la vida real. Pero también es cierto que el contacto instantáneo como este, ofrece la posibilidad de compartir ideas con personas que difícilmente uno conocería por otros medios. Tiene su encanto también.

    Salir por un café, a almorzar o a tomar algo siempre será mucho más interesante, no solo por la posibilidad de regarse en prosa sino también por la oportunidad de observar a una persona en distintas facetas, su lenguaje corporal, su forma de ser, de divertirse. Y bueno, lograrlo es sencillo, basta con sacar el tiempo, preguntar a la otra persona y salir un rato del mundo virtual.

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