lunes, 30 de julio de 2012

Comentarios Inútiles 35

1. Al principio, critiqué mucho la realización de una serie como "Escobar, El Patrón del Mal". Afirmaba que era indignante que la historia criminal del país se convirtiera en entretenimiento. Recordé al papá de mi amiga, que estuvo a punto de ser asesinado por ser policía en Medellín; pensé en la forma en que el crimen organizado nos ha tocado la vida a todos durante los últimos años y concluí: esto no es tema para hacer una telenovela en horario Prime Time. Sin embargo, las conversaciones sostenidas alrededor de la serie y de la historia reciente del país con la novia de mi hermano, que nació en 1991, me hicieron cambiar de opinión. Sé que la educación y la información no son las principales funciones de la televisión (evidentemente es el entretenimiento), pero en la medida en que Escobar está abriendo espacios de diálogo acerca de la criminalidad con personas más jóvenes que nosotros, me parece que está haciendo un aporte positivo. Por otra parte, viendo la serie, he descubierto que no se hace una apología del crimen. Escobar no es un héroe, no genera empatía y se hace cada vez más detestable por el televidente. 
2. Hablábamos acerca de lo importantes que son las canciones. No es la primera persona a la que le oigo decir o escribir que entregar canciones a otras personas, asociar canciones a otros; es una actividad que no vale la pena. Si bien es cierto que las canciones llegan a asociarse fuertemente a recuerdos y personas del pasado, también es cierto que con el paso de los meses o los años se pueden recuperar. A mí me pasa con las canciones que escribo. Afortunadamente puedo olvidar de dónde vienen. No imagino recordar las historias de las canciones cuando las estoy tocando en vivo. Me dedicaría a llorar - creo - si así lo hiciera.
3. Por más que el nacionalismo y el regionalismo me parezcan tonterías, me es inevitable sentir emoción y empatía por los atletas colombianos que están en los Olímpicos de Londres. Hoy casi lloro de emoción viendo a Óscar Figueroa levantar 177 kilogramos en tres intentos. Finalmente, cuando uno encuentra que el otro es similar a uno (y la nacionalidad es una de esas similitudes posibles) su alegría no puede hacer más que emocionarlo.
4. El sábado estuve en una fiesta en la que a algunos borrachos les dio por cantar el Himno de Manizales. No sé ni qué opinar al respecto.
5. Solía ser un entusiasta de las listas musicales. Tengo entusiasmos que me duran poco, pero este ha perdurado. Al principio mezclaba canciones en casetes, luego hacía listas de reproducción en el iPod y cuando me lo robaron empecé a hacerlas en Grooveshark. Música para bailar, para beber, para comer, para cocinar, para asear la casa, para musicalizar una boda, para trabajar sin distracciones, para hacer ejercicio, para meditar, para pensar en la situación del Proyecto Quagga. Las listas musicales son un vicio hermoso que debería retomar.
6. La curiosidad suele llegar por temporadas. El año pasado me salió una imagen de una quagga en una chocolatina Jet. Parece que ahora el álbum de Jet trae animales extintos o al borde de la extinción. Es una lástima que los colonizadores holandeses hayan exterminado las quaggas en el sur de África. Ojalá el proyecto para revivirlas dé resultado y yo pueda ver una quagga viva en vivo y en directo algún día.
7. ¿Sabían ustedes que en 1974 la India se negó a participar en la final de la Copa Davis a manera de protesta por la política del Apartheid que estaba vigente en su rival, Suráfrica? Yo tampoco sabía. Me enteré hace un rato.
8. Esta semana celebró 20 años de existencia Juan Sebastián Bar, probablemente uno de mis lugares favoritos en el mundo. Cuando llegué a Bogotá me divertía mucho en El Antifaz con una mezcla rockersalsera que me calaba como anillo al dedo. También he pasado muy buenos momentos en El Anónimo, en la 116 con Suba. La Galería, en Manizales, también me ha dado muy buenos momentos, pocos planes son tan sabrosos como ir a El Perro y la Calandria a oír baladas en el corazón de Chapinero y cada que voy a Medellín procuro visitar Berlín; pero en ningún lugar me siento tan "en casa" como en Juan Sebastián Bar. Gracias al criterio de Elmer conocí mucha música que no hubiera conocido de otra manera. Es un hombre que ha alimentado curiosidades a lo largo de dos décadas. "Te hace sabio la virtud o el vicio". Brindo con un vasito de ron, como suelo hacerlo allí. Brindo con Tom Waits, brindo con mis dos gatos después de un lunes de mucha distracción.
9. Uno conoce a las personas en el momento indicado. No importa si se avecina una despedida o algo así. Es mejor despedirse que no encontrarse nunca.

6 comentarios:

  1. 1. Ve, me deja tranqulia lo que cuentasnsobre Escobar. Yo no me estoy viendo la serie, pero siempre pregunto a los que sí la ven si el tipo está quedando bien o mal. Una cosa que me sigue preocupando es cómo es recibido ese mensaje por tanta gente tan diferente... Ahí vuelvo y me preocupo. Aunque yo, por ejemplo, no estoy en contra de que se hagan cosas como esa.
    2. Yo no sé bien qué opinar sobre el amor a la propia tierra mas que decir que yo lo siento, pero que a pesar de sentirlo me parece un amor gratuito y que hasta a veces le queda a uno debiendo. Pero lo siento. Con solo decir que amo a Manizales me dan ganas de llorar... ¿Eso qué es? Una cosa ahí toda irracional, como querer a la mamá por el simple hecho de ser la mamá y aunque fuera una desgracia.

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  2. En el segundo punto debía ir un tres, pero este ipad prestado no me dejó corregir, ni seguir escribiendo.
    5. Necesito los enlaces a las listas de grooveshark pirque yo soy un parásito de eso, no me gusta hacerla, pero me encanta que otros las haga. Así que por favor : )
    8. Juan Sebastian Bar es un oasis.
    7. Me gustan esas posiciones dignas para países.
    9. Es cierto y dan ganas de llorar...
    Por último y como comentariomrepetido, amo los comentarios inútiles.

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  3. 1. Si me gustara ver telenovelas, probablemente habría intentado ver algún capítulo de Escobar. No creo que sea indignante que acontecimientos históricos trágicos se vuelvan entretenimiento. Eso se ha estado haciendo desde la Ilíada y la Odisea y desde muchísimo antes. La cosa es que hay forma de contar las historias en que los temas se tratan con el respeto que merecen. Lo que entiendo perfectamente es la desconfianza hacia los canales privados nacionales y la duda, muy fundamentada, de que pudieran contar esa historia de una forma digna.
    Yo creo que mi tiempo sería más productivo si viera Escobar de lo que es cuando veo Two Broke Girls, pero paso muy bueno viendo esa serie.

    2. Es muy bacano recuperar canciones. Llega un día en que uno se sorprende porque no recuerda cuándo fue la última vez que determinada canción le sonó a esa persona o situación que supuestamente le recordaba. Sin embargo, también me encanta esa asociación de las canciones con las personas y las situaciones.
    Con mi primer reproductor MP3 fui a comprar los aguinaldos para toda mi familia. Estaba muy despechada porque hacía poquito había terminado con un novio importante. Sonaba Florence and the Machine. Florence and the Machine me suena hace 4 años a esa sensación de poder que da saber que un despecho no lo mata a uno, que tengo una familia para querer y ser querida y que puedo ir por el mundo oyendo lo que quiero oír.

    3. Y 4. Soy una paisa regionalista, pero me gustan las otras regiones. Es solamente que esta es mi casa. El hueco de boquerón en el valle de Aburrá es mi casa y el frío del alto de las Palmas es mi casa y el verde súper saturado de las montañas de Jericó es mi casa. Somos animales y, pa colmo, animales cursis. Al instinto territorial se suma no sé qué otra cosa que hace que ciertas personas formen lazos con la tierra de la que creen ser. Para mí, Colombia es demasiado grande como para sentir lazos fuertes con todo el territorio; pero mi territorialidad sí está amarrada de una forma muy instintiva y emotiva con un pedazo grande de Antioquia.

    Por otro lado, no me conmueve más el triunfo de un antioqueño que el de un koreano. Me conmueven los triunfos y sufrimientos de la colectividad antioqueña, como cuando hablan del metrocable o de las minas quiebrapatas en los municipios del oriente.
    Carolina escribió algo muy lindo sobre los olímpicos: https://twitter.com/Colorentropy/status/228971531714297856

    5. Las listas musicales son lo máximo. A mí también me gustaría retomarlas, pero es una cosa que exige dedicación y concentración y hace un tiempo, largo ya, soy incapaz de concentrarme solo en oír música.

    6. ¿Las mulas relinchan o rebuznan?¿cómo se le dice al sonido que ellas emiten? No le creo a Yahoo Answers.

    8. Mi bar en el que me siento “en casa” es otraparte. ¿Ya te llevé?
    9. Cierto.

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  4. Cuando tenía unos 22 años escribí un cuento de un man despechado que tenía que hacer un mapa nuevo de Bogotá porque no podía pasar por los mismos sitios que había estado con su ex. Igual le pasaba con la música, tenía que reinventar sus gustos. Todo le recordaba a la mujer que se fue.
    A estas alturas del partido uno es menos extremista. No es necesario crear nuevos mapas ni borrar el Ipod. Pero funciona bastante bien tener alternativas.

    Una noche de insomnio vi un documental sobre el tilacino. Qué pesar que esté extinto.

    Saludos.

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  5. Ana: Yo amo mi ciudad, pero sigo sintiendo que el amor por ella debe ser crítico. Las situaciones vividas el año pasado nos llevaron a todos a discusiones muy fuertes con relación al papel del manizaleño en Manizales y del manizaleño fuera de Manizales y hay cosas con las que comulgo y con las que no en ambos grupos. Últimamente he empezado a pensar que uno de los grandes indicadores de amor o gusto por una mujer - en mi caso - es imaginar que me la llevo a vivir allá en unos años. Siempre que se me agota el amor por Manizales me acuerdo del dilema de haber escrito y grabado Ven Aquí (porque me costó mucho esfuerzo escribir una canción para reconciliarme con la ciudad y porque el proyecto de hacer toda una campaña de promoción de la ciudad se llenó de polvo en la alcaldía).
    Tatiana: Hay cosas del regionalismo que son hermosas. Hace tres años, cuando tuve ese viaje por carretera por el suroriente antioqueño buscando los pasos de mi abuelo, me sentí más paisa que nunca. Supongo que uno tiene etapas en las que se siente ciudadano del mundo y otras en las que se siente eternamente ligado a su origen. Así como sucede en la obra de Borges. Borges es increíblemente universal y porteño a la vez.
    Danilo: Cuando estaba en la universidad trabajé en un cortometraje llamado La Forma del Olvido. Un hombre necesita olvidar a una mujer y empieza a deshacerse de todo lo que le recuerda a ella, hasta que se deshace de todas sus cosas y muere solo en su casa vacía. Por supuesto, en aquel entonces teníamos 20 años y - como dice - con el paso del tiempo uno se hace menos dramático.
    Saludos y abrazos para los tres.

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  6. Amo mi ciudad y amo mi país, aunque soy consciente de sus defectos.
    El regionalismo como fanatismo me parece tenaz.
    Hace unos meses en una fiesta, un "rolo" empezó a hablarme con desdén cuando se dió cuenta que yo era "paisa". Luego apareció un "paisa" y empezó a discutir con el "rolo" porque yo (según el "paisa") era de Manizales, es decir, no - "paisa".
    Al final de la "discusión" sentí que tenían más motivos los polacos que detestan a los alemanes que los que inician esos enfrentamientos "paisas" - "rolos".

    8. Juan Sebastián Bar, totalmente de acuerdo!

    9. Creo que esa es una lección que se aprende cuando se mira en retrospectiva. A mi me falta mucho!

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