domingo, 9 de mayo de 2010

Comentarios Inútiles XI - Día de la Madre



2. En la actualidad es muy cool ir a protestas y marchas para acabar con las corridas de toros en Colombia. Ser antitaurino es ser cool, es estar evolucionado. Es tan cool como salir del clóset. Las corridas de toros son una fiesta salvaje, un atavismo que tiene los días contados y los tipos como yo – que las disfrutamos – somos muy poco cool. Yo no voy a las corridas de toros porque sea o no sea cool. Mi papá me llevó por primera vez a la plaza en 1983 (antes de cumplir dos años de edad) y desde ahí quedé fascinado. Y no es que yo sea propiamente una especie de Ernest Hemnigway, un escritor troglodita fanático de la caza, la guerra y los toros. Soy simplemente un tipo poco evolucionado, que a pesar de sentirse preocupado por el maltrato animal no ha podido dejar el vicio de la tauromaquia. Yo me he mojado en la plaza, he gritado, me he insolado, he llorado de emoción así como lo he hecho en algunos conciertos memorables. Algunos dejan la carne, otros dejan de fumar, otros dejan el alcohol y mi hermano Manuel ya dejó de ir a la plaza. Yo no he podido y ya dejé de intentarlo. Me gustan las corridas de toros, me preocupé con la cornada de José Tomás. ¡Soy tan poco cool!
3. Desde que tengo memoria los domingos en la noche han sido una mierda para mí. Cuando estaba en el colegio me preocupaba por tener que madrugar a estudiar el lunes, nada había peor en el ejército que despedirse de la visita y recibir turno de guardia un domingo en la noche, los peores periodos de angustia en mi vida universitaria coincidían también con los domingos y no hay nada más insoportable que tener el corazón roto un domingo en la noche. Me había acostumbrado a pasar mis domingos a solas durante mis primeros cuatro años en Bogotá. Escuchaba Hablar por Hablar en Caracol radio y me acostaba a leer a Borges hasta quedarme dormido. Disfrutaba mi soledad. Amaba encerrarme y no hablar con nadie. Cuando me emparejé en serio pasábamos siempre los domingos juntos y era bonito despertarse temprano a trabajar el lunes (aún-ahora-es-bonito-despertar-acompañado-el-lunes-co-ra-zón). Pero esta noche no tengo más que un computador y unos cigarrillos para calmar mi ansiedad. Siempre me cuesta trabajo conciliar el sueño los domingos, pero el lunes me despierto con toda la actitud y toda la felicidad. Soy mi propio jefe, manejo mis horarios y la gente dice que hipotéticamente para mí una noche de domingo es igual a la de un martes o la de un viernes. Pero inevitablemente la energía macabra, lenta y pesada del domingo me persigue, me arrebata la calma. Los astrólogos dicen que el domingo es el día de Leo. Otro Leo, Gustavo Cerati, gritaba en 1990:” Odio este domingo híbrido de siempre”.
4. Pero basta de dolores, basta de trabas, esta semana viene ese Leo llamado Gustavo Cerati y la felicidad de reunirme con mis amigos para asistir a ese rito es incomparable. Para nosotros Gustavo Cerati es lo que Morelli era para el Club de la Serpiente. La diferencia es que nuestro Morelli es una estrella mediática y no el anciano escritor que por accidente encuentra Oliveira en el París de Rayuela. Este Morelli describe en piezas de cuatro minutos estados de ánimo excepcionales y me sucede con su música lo mismo que me pasa con ciertos relatos de Julio Cortázar: es como estar leyéndome a mí mismo, es como estar hurgando mis pensamientos y escuchando en palabras de otros las cosas que se me mueven en las entrañas. Ella me dijo una vez: parece que estuvieras enamorado de Gustavo Cerati. ¿Por qué siempre lo estás escuchando? ¿Por qué vas a verlo una y otra vez? ¿Por qué me dedicas canciones suyas? Yo debí haber parafraseado a mi amigo Charlyz: “Puedo decir que jamás he malgastado una canción de Soda Stereo (o de Cerati, agrego yo) en una mujer que no ame”.
5. Hace unos meses, en una noche de domingo como ésta, una mujer aterrada por la sola idea de que yo la amara tuvo que escucharme decirle: “Esta canción me hace pensar en ti”. Y Cerati, nuestro Morelli, cantó: “Te encontré en un tren…”.
6. Sigue dándome vueltas en la cabeza la idea de la paternidad. Hace una semana estuve cargando a la hija de una prima en medio de una fiesta. La niña (cuyo nombre no recuerdo) estaba llorando por el bullicio y mi tío (su abuelo) me la encargó para ir a bailar. La pequeña tomó con su manito el meñique de mi mano derecha. Se prendía fuertemente de él mientras sollozaba y súbitamente se calmó mientras yo le hablaba. Acabo de pasar otro día de la madre lejos de mi mamá. Un día le pregunté si cuando yo iba a nacer ella se sentía preparada para desempeñar su nuevo papel. Ella me dijo: “Uno nunca está listo. Eso se aprende sobre la marcha”. No estoy listo para ser papá: Ya puedo tener hijos.
7. Perdona mi redacción, Misael. Es domingo en la noche y no soy yo. Soy apenas un remedo de mí mismo.


6 comentarios:

  1. Todavía tengo problemas con tus "Comentarios Inútiles", sin embargo, tengo claro que me encantan tus finales, ¡SON TAN COOL!

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  2. Be more constructive with your feedback, please. ¿Qué tipo de problemas?

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  3. Yo, en cambio, nunca he sido Cool. Me gustan los domingos, nunca he dedicado una canción de Soda, Votaré por Mockus y no encuentro ningún comentario inutil.

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  4. No me parecen comentarios inútiles, de hecho muchas de las cosas que has dicho me contruyen posteriormente mis textos, a veces en contra, otras a favor, mis problemas con tus "comentarios inútiles" es que dejan de ser inútiles cuando le ofreces a tus lectores la utilidad del pensamiento, me entiendes?, se que es un título, pero el alcance es mucho más grande, más cortopunzante. Encuentro en la inútilidad de tus comentarios todo un manual de cotidianidad masculina, quién quiera entender la cabeza de un hombre que lea los "comentarios inútiles" de Cosmo, son tan útiles que dejan de ser comentarios.

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  5. Nota: quién quiera entender a Laura que lea el trabalenguas anterior jejeje, espero haber sido un tanto clara.

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  6. Yo no soy cool: voté por Mockus, pero voy a votar por Pardo esta vez.

    Igual que a Richitelli, me gustan los domingos. Como es un día casi que predestinado para el aburrimiento, cualquier cosa buena que haga me parece tres veces mejor: ir a cine, hacer pereza, un picnic con los amigos, ver a alguna de mis abuelas, etc.

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