lunes, 24 de mayo de 2010

Facing Death



1. Estábamos en kínder. Una de esas noches llovió mucho, como suele llover en Manizales. La montaña no resistió y se llevó unas casas del Barrio Galán. Era mi compañera, tenía 5 años, no recuerdo su nombre pero sí su apellido: Flórez.
2. Dicen que de amor nadie se muere. Permítanme dudarlo. No había cumplido 18 años y logró escapar ileso del bus en llamas. Una vez afuera escuchó la voz de su novia que gritaba: ¡Gordo, gordo! Entró por ella y fue entrar al infierno. No alcanzó a graduarse del Colseñora, murió por amor, era mi primo y se llamaba Juan Pablo.
3. Era un 18 de mayo. Sonó el teléfono y dijeron que el abuelo había sufrido un infarto. Mi papá se vistió como un rayo y cuando ya iba de salida mi tío Danilo gritó desde los bajos, por el patio interior: Raúl, Raúl… el viejo se murió. Mi abuelo (porque a pesar de tener otro apellido era mi abuelo) tenía un color extraño en su cara, pero estaba bien peinado y su bigote estaba en su lugar. Se veía más boyacense que nunca. La gente luce verde a través de los vidrios de los ataúdes.
4. A Lucas le gustaba sentir el viento en la cara, el viento meneándole el pelo cuando subíamos a Chipre. El sábado me llamó desde un teléfono público a decirme que había comprado un disco doble de The Beatles, que le gustaba muchísimo, que quería ver a todos sus amigos, que me esperaba en Las Colinas. No llegué. El domingo en la tarde estábamos todos en la sala de velación. Lucas tenía 15. A la moto no le pasó nada.
5. Nuestros amigos gritaban: ¡Beso, beso, beso! Nos conformamos con juntar los labios frente a todos en los parqueaderos de Villa Pilar II. Nos hacía felices ir a cine, hablar por teléfono durante horas y decirle a la gente que éramos novios. El día que me dijeron que había muerto yo me quedé mirando su foto y ella sonreía. Sonreía como cuando todos en el parqueadero clamaban por un beso en público.
6. No se podía sacar la imagen de la cabeza. Hablamos por teléfono y yo trataba de cambiar el tema para que pensara en otra cosa. En aquel entonces era mi novia, estudiaba medicina, tenía 19 años y por primera vez un paciente había muerto frente a sus ojos.
7. Nico nos visita todavía. Nico nos habla en sueños. El registro de Nico podría decir: 25 años, sexo masculino, politraumatismo en accidente de tránsito, Autopista Norte. Pero es imposible resumir a Nico. Es un esfuerzo absurdo el que estoy haciendo esta noche. Es absurdo enfrentar la muerte en líneas tan escasas. A cada segundo, en cada palabra, en cada entrada del blog, nos gana la batalla.

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