lunes, 26 de julio de 2010

Cilantro y pimentones

Sí, vecina, llevaba tiempo sin volver por aquí. Usted sabe, nos fuimos hace rato y estuvimos viviendo en otro lado, pero la vecina sabe que a mí en ninguna parte me han atendido como en la tienda suya.
No nada, vecina, mi hermano ya se fue a vivir a otra parte y el otro muchacho que vivía con nosotros está viviendo solo. Yo creo que ese verraco se va a casar dentro de poquito porque sí tiene novia y harto que la quiere.
No vecina, cómo se le ocurre. ¿Se acuerda de la novia que yo tenía cuando vivíamos por acá? No vecina, por Dios santo y bendito, eso ya es agua bajo el puente vecina, hace rato. Resultamos hasta lo más de amigos ahora y ésa como que también tiene ganas de casarse porque hasta dio con un muchacho lo más de bueno y eso sí que me tiene contento a mí, vecina, porque pa' qué eso sí a esa muchachita yo sí la quiero mucho y hasta me alegra que pase bueno y que esté contenta.
No vecina, para qué se pone uno a pendejiar por ahí. Más bien se queda uno solito y la vida le recompone a uno el caminado, porque eso sí es más cierto que un verraco, como decía mi papá lo que es pa' uno es pa' uno y cuando no es pa' uno pues no es pa' uno, entonces mejor uno se sienta a ver pasar carros mientras tanto y un día las cosas bonitas vuelven y aparecen. No sé, vecina, mi papá decía tantas pendejadas, pero en el fondo como que siempre tenía la razón.
Hágame el favor y me empaca unas ramitas de cilantro a ver si esta noche sí me da sueño, y me duermo temprano, porque con la bulla que hacen por aquí con tanta fiesta eso pasan y pasan las horas y yo mirando pa'l techo y pensando cosas. Y regáleme unos pimentones bien grandes y bien rojos, de esos que no vende sino usted, porque eso sí le digo, desde que nos fuimos del barrio yo no he vuelto a probar en la vida pimentones como esos.
¿Y cuido para los gatos tiene? Bueno, vecina, si no tiene yo voy hasta el supermercado. En todo caso me alegra estar por aquí otra vez, vecina. Uno como que se va a veces pero en verdad no se olvida del barrio. Yo por allá viví muy bueno, pero nada más aquí me siento como en mi casa.
Bueno pues, bueno vecina, bueno. Bueno señora, yo le digo cuando hable con él, o cuando venga a la casa venimos y la visitamos los dos.
Hasta lueguito, vecina. Mañana vuelvo y paso ¿oyó? Hasta luego.

1 comentario:

  1. Vecino, últimamente te "desconozco" un poco más.
    Un abrazo. Te deseo mejores horas.

    ResponderEliminar