lunes, 11 de octubre de 2010

Cuidadito con tu lengua

Siempre me ha importado y siempre me importará el equivalente a su peso en mocos lo que la gente chismosa piense de mí. Una de las cosas que me encanta de vivir en Bogotá es estar alejado en la justa medida de esa preguntadera punzante y malintencionada tan típica del 90% de la población manizaleña. ¡Ah, mis paisanas, tan preguntonas ellas! Pero no es de uso privativo de mis coterráneas esa costumbre característica y molesta de hacer preguntas acerca de aquello que en realidad no les incumbe, de aquello que hace parte de la esfera privada y que no va a cambiar en absoluto el transcurso de sus vidas. 
¿Y ustedes dos qué? ¿Son novios o no son novios? ¿Y por qué no han vuelto a tocar? ¿De qué colegio fue que saliste? ¿Y cómo así que eres amigo de tu exnovia? ¿Pero ustedes dos tiene algo o no? ¿Y es que tu amigo es gay? ¿Por qué estás tan flaco, estás enfermo? ¿Y es que tú no sales los fines de semana?
Nena querida: procura guardar silencio si no tienes nada interesante o constructivo qué decir, si tus preguntas no conducen a ninguna parte, si tus comentarios están cargados de malas intenciones. Mira que un día de estos te puedes morder la lengua y vas a envenenarte con tu propia ponzoña y tendremos que asistir al pésimo espectáculo de tu necropsia, sólo para descubrir con tristeza - en palabras de mi querido Bananero - que tenías una barométrica repleta de mierda que te atravesaba el cráneo de oreja a oreja.

8 comentarios:

  1. Larga vida a este odio ponzoñoso que manifiesta mi amiguito. Motor, quiero oir MOTOR.

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  2. Yo soy sùper metida, no con malas intenciones, sino que me gusta hacerme las impresiones màs exactas posibles sobre lo que piensan, sueñan y quieren las personas que me causan curiosidad.

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  3. Súmele a eso: ¿y cuándo se casan?, después ¿no van a tener hijos o que esperan?, ya con baby: ¿y van a dejar a la niña sola? QUÉ LES IMPORTA. Metidos.

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  4. A mi me parece que la curiosidad es síntoma de inteligencia, pero la impertinencia es síntoma de todo lo contrario. Lalu me parece del primer grupo y la Nena querida del segundo.

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  5. Totalmente de acuerdo, Animesa. Existe una curiosidad bien intencionada, propia de las personas inteligentes pero prudentes. Pero existe un método de interrogación que es muy propio de algunos de nuestros paisanos, en el que disfrazan las ganas de chisme de procupación genuina por el otro. Enérvame sobre manera.

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  6. Sí. Y uno sabe identificar ambas cosas bien. Es evidente. La patada depende del burro que te la dé.

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  7. Yo pensé que llegar a Bogotá iba a ser escapar de esa insolencia de mi tierra que tanto me espantó durante años, pero ahora que cada vez estoy más inmiscuida en esta capital, donde voy de un lado para otro, donde por trabajo me tengo que topar con diferentes personajes me doy cuenta que Bogotá no tiene nada que envidarle al infierno grande. Poco a poco me ennicho en pequeñas poblaciones capitalinas que llenas de envidia y sizaña como parte natural de la personalidad del rolo, afectan mi vida diaria y no me dejan en paz, definitivamente el problema es que en Colombia la gente se muere más de envidia que de cáncer.

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  8. ¿Será que todo el mundo funciona así?

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