sábado, 1 de agosto de 2009

Dissappearing Joy


Hace años pensaba que la magia sucedería el día que una canción mía se convirtiera en hit, el día en la gente se hastiara de escuchar mi voz y se dedicara una y otra vez dos estrofas y un coro escritos por mí. Pensé que las ondas emitidas desde ese edificio de la séptima con 67 me traerían la felicidad (la salud, el dinero y el amor) y justo ahora me doy cuenta que la salud es golpeada cuando menos se espera por más que procures ser responsable contigo mismo, que el dinero fluye en contra de la voluntad y la organización y que el amor viene en formas tan diversas que se te escapa de las manos sin que puedas hacer nada ("tu cariño se me va, se me va, como el agua entre los dedos").


Hoy me levanté a buscar algún método de contacto con mi motivo de alegría intravenosa y aparentemente ha desaparecido, se ha esfumado, se ha mudado de casa y no sé dónde encontrarlo (para dejar un mensaje marque uno, para borrar el mensaje marque dos, para guardar el mensaje marque tres). Ahora no sé si reencontrarme con mi motivo de alegría sea una buena idea, si sea conveniente para mi alegría escapar para siempre y "lo tuyo es círculo cerrado". Por ahora sigamos esperando que mi canción suene en la radio, que me traiga la alegría momentánea que vine a buscar (aunque sea por vía enteral ya que me quedé sin jeringuillas) y volvamos a escuchar a Chris Cornell cantándome al oído ("I'm your dissappearing one").

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