jueves, 19 de agosto de 2010

I really miss you 2

Habrá sido un olor o alguna canción, pero hoy me desperté pensando en ti, porque no siempre puedo despertarme pensando en ella. Caminé un rato por la ruidosa carrera 13 buscando una escoba de cerdas duras y me angustió un poco ponerme a hacer cuentas: Pagá esto, pagá lo otro. Me sentí blandito, quise escuchar algo de Elton John y al poner la mano derecha sobre la pierna recordé que lo que tengo ahí en el bolsillo es un BlackBerry con una tarjeta de memoria de apenas dos gigabytes. ¿Y cómo voy a tener algo de Elton John en mi celular? ¿Qué pensará la gente? iPod de mi guarda, mi dulce compañía, no me desamparabas ni de noche ni de día. 80 gigas de música adorable, tardes enteras asignando las carátulas a todos los álbumes, listas de reproducción para conducir, para volar, para tomar ron, para hacer ejercicio, para hacer el "I love you". Nunca le he puesto tanto empeño ni entusiasmo a un simple dispositivo como lo hice contigo. Quisiera pasar de nuevo mi pulgar sobre tu rueda de desplazamiento, encontrar la canción indicada en pleno vuelo, mirar por la ventana del avión, ver las nubes, tener la posibilidad de satisfacer mi antojo musical en el acto. Si me da la gana de escuchar Daniel en pleno vuelo y querer tener un hermano mayor es mi problema. Yo sonrío y nadie va a enterarse. Suena el BlackBerry. Es ella y una de sus dulces interrupciones matutinas. Sonrío.

5 comentarios:

  1. Empezó a presentar problemas con el disco duro. Un día, mientras "paseaba" en Transmilenio, decidí cambiar de ruta e ir a una tienda de Mac para una revisión técnica. Cuando iba a hacer el transbordo de un bus al otro, me lo robaron. Señales divinas, supongo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué dolor! ¿Tenías guardada la música en otra parte, por lo menos?

    ResponderEliminar
  3. Yeap. Toda. Pero necesito otro iPod. Es una necesidad vital.

    ResponderEliminar