miércoles, 15 de junio de 2011

Comentarios Inútiles XX - Gente Inolvidable

1. Tengo que hacerme a la idea de que no soy un hombre del siglo XX, soy un hombre del siglo XXI que por cuestiones del azar nació en el siglo XX. El siglo XX es mi referente, mi fuente de trabajo, mi materia prima para hacer cosas a futuro. Nací en los 80 y me dan risa, amé los noventa de principio a fin, durante la década pasada hice mis primeros esfuerzos y ya empezó la década de mostrar resultados iniciales. Soy un hombre del siglo XXI que por cuestiones del azar nació en el siglo XX así como Jorge Luis Borges fue uno de esos grandes hombres del siglo XX que por cuestiones del azar nació en el siglo XIX.
2. De todas maneras Borges conservaba algo de aire decimonónico en su forma de hablar, en la parsimonia de sus palabras, en los párrafos interminables llenos de comas que requerían de la concentración de los lectores juiciosos que escasean en este siglo XXI. Han pasado 25 años desde el fallecimiento de Jorge Luis Borges y temo que su inmortalidad se haga efímera. Los hombres del siglo XXI sabemos que en estos tiempos la gente olvida rápidamente.
3. Borges ya venía moldeando su inmortalidad desde hace mucho tiempo, desde casi un siglo atrás cuando empezó a escribir y cuando publicó Fervor de Buenos Aires. Su obra completa -  que empecé a leer en 2002 cuando abandonaba Manizales - me dio palabras e imágenes para escribir algunas de las letras de Empezar de Cero (el primer disco de Gatoblanco), ayudándome así a emplazar las primeras piedras de mi propia inmortalidad. La vida es un montón de genealogías inimaginables y en esta vida - créanlo o no - estoy emparentado con Borges.
4. La forma en que Milan Kundera se refiere en La Inmortalidad a la creación en vida de los personajes póstumos que algún día seremos me ha dejado un poco trastorcado. ¿Se nota?
5. No nos digamos mentiras. Todos soñamos aún - gracias a la influencia familiar y de los medios de comunicación - con un amor de la vida, con una mujer o un hombre que hagan que valga la pena oír canciones de Tito Gómez o Felipe Pirela, una persona que genere envidia entre los invitados a cada evento social al que asistamos, un confidente que nos ayude a ver la luz al final de los túneles problemáticos cada noche y que nos salude con amor cada mañana. Yo soy escéptico; no creo en el para siempre pero creo en la entrega sucesiva a personas realmente valiosas. Gente inolvidable, diría yo. En el fondo - en silencio y con un pequeño ápice de vergüenza - deseo encontrar una mujer que llore cuando yo no esté y que pueda afirmar junto a mi tumba que me conoció como nadie, que me ayudó en la construcción de mi propia inmortalidad; esa inmortalidad efímera que nos depara el destino a los hombres del siglo XXI.

3 comentarios:

  1. Para mi persona que entra a mi mundo, ya se convierte en inolvidable, por que deja asi sea una pequeña huella que no se puede borrar.

    Sortier

    ResponderEliminar
  2. Borges debe estar en alguna especie de biblioteca como el mismo lo dijo "Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca".

    ResponderEliminar
  3. Con todo el tiempo del mundo y una visión perfecta que le permite leer todo lo que quiera.

    ResponderEliminar