lunes, 13 de junio de 2011

The Wind Cries Mary

Yo sé que su nombre no es Mary, pero podría serlo. Podría ella ser perfectamente una morenita dulce, pequeña y buena - hija de inmigrantes latinos - que broncea su cuerpo delgado en alguna de las playas de la Florida en una tarde de junio. Me paro sobre la cama y la miro desde arriba - sin playa, sin sol, sin un vestido de baño - y le digo que su cadera es maravillosa, le acaricio las crestas ilíacas y le digo que mi lengua la adora, que ahí - justo en ese espacio - cabrían sin incomodarse uno o dos de mis hijos y ambos nos reímos como antes.
Me pide que la abrace mientras nos arropamos con las cobijas desordenadas. Sé que vamos a quedarnos dormidos así y que es una tontería que siga murmurando entredormida que tiene que regresar a casa.
Minutos, horas o vidas más tarde abro los ojos y me pregunto si su nombre es Mary, si es sólo un recuerdo del pasado o si es una de las amantes - reales o ficticias - sobre las que escribo desde que ella no está. Lamento dejar de ser su almohada y es doloroso su gemido cuando me levanto de la cama a apagar el computador, pero es que no podemos quedarnos toda la noche oyendo lo que suena en Ledjam Radio (así no descansa nadie). Es el viento, a través de Jimi Hendrix, el que me da las respuestas que busco. And the wind cries: Mary.

3 comentarios:

  1. Jimi Hendrix y el amor o el sexo, si es de madrugada y dos se entremezclan entre sábanas y de fondo musical Jimi. MMMMMM.

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  2. Mira tu cabello en la foto del perfil y luego mira el cabello de Jimi. jaja

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