martes, 7 de junio de 2011

Tubthumping

1. Interior Día - Martes - Noviembre de 1997

Santiago y yo estamos tirados en su cama viendo videoclips. En todas las radios juveniles del mundo suena hasta la saciedad Tubthumping de un grupo inglés llamado Chumbawamba. Santiago me cuenta que llevan más de 15 años tocando juntos y que éste es apenas su primer éxito masivo internacional. La canción aún no suena en las radios manizaleñas. Santiago tiene una ventaja competitiva y es que vive en el último piso de un edificio estratégicamente ubicado en Villa Pilar donde llega la señal de emisoras de Bogotá, de Pereira y de Medellín. A mí me toca conformarme con La Mega. Pasan el videoclip y Santiago me dice que esa es la canción de la que me había hablado unos días atrás. 
- Oh, Danny Boy, Danny Boy, Danny Boy!

2. Interior Noche - Viernes - Noviembre de 1997

Salimos de la comida que nos ofrece el padre Jorge Luján a los bachilleres del Liceo Arquidiocesano. Los graduandos de Semenor tienen un mejor promedio en el Icfes y el mejor bachiller de Caldas es egresado de San Luis Gonzaga. Aunque los profesores dicen que somos especiales la estadística dirá que somos una generación olvidable. Tomamos taxis para ir a rematar en una fiesta que ofrecen unas estudiantes del Rosario en Atlantis. Antes de que alguna de ellas me riegue un trago doble de aguardiente - sobre el vestido que tengo que ponerme mañana para asistir a mi grado - empieza a sonar en la discoteca el coro de Tubthumping. Algunos ya la conocen, pero sólo Santiago y yo nos la sabemos casi toda de memoria. 
- We'll be singing when we're winning, we'll be singing!

3. Exterior Día - Domingo - Diciembre de 1997

Pienso en mi papá parado junto a un árbol, llorando como lo hacía Kiko contra las paredes de la vecindad. Estaba convencido de que sus amigos políticos le ayudarían a evitarme la penuria de ir a prestar servicio militar con 16 años de edad recién cumplidos, pero se había equivocado. Imagino que mi papá debe estar en su casa almorzando y mi mamá debe estar llorando en la suya, tratando de disimular la tristeza y de hacer una noche de las velitas normal junto a mis hermanos. El examen médico se convierte en la última esperanza de salir exonerado. Nos paramos todos desnudos, formados en U y dando la espalda al médico que pasa en busca de casos de hemorroides, varicocele o escoliosis. Trato de arquear la espalda pero no logro engañar al doctor, la palpación de testículos no arroja ninguna anomalía y cuando me inclino dándole al médico la espalda empieza a sonar de nuevo esa canción en el televisor del dispensario, que tiene apenas un par de soldados deshidratados. El médico retira la linterna y se acerca al soldado de mi derecha. No tengo ninguna razón física para evadir el servicio militar. 
Yo soy chiquito y tengo mucha cara de niño, pero no estoy asustado. Yo soy chiquito y tengo mucha cara de niño pero estos militares risueños - que en su gran mayoría no han terminado el bachillerato y poco saben de los conocimientos, habilidades o historias que tenemos aquellos que estamos desnudos y les enseñamos el culo - no lograrán amargarme la vida. Yo me caigo, pero me paro. Siempre que me caigo me vuelvo a parar.
- I get knocked out but I get up again, you're never gonna keep me down!

2 comentarios:

  1. Guau! Que buena entrada. Me has erizado la piel. Y ver tu foto así con ese gorrito militar Guauu!... Los exámenes médicos de ese tipo me parecen aberrantes ¿Por qué hacerlos así en masivo sin ninguna consideración como si se tratase de animales? Ya nos contarás más sobre ese servicio militar. Sobre la canción claro que la conozco, claro que la baile y también fue en sus días mi preferida aunque yo entonces ya estaba terminando la universidad. Esta entrada da para hablar y hablar y hablar. Un beso.

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  2. Yo finalmente me acostumbré a eso. Hoy en día una imagen de muchas personas desnudas en un examen médico me recuerda los campos de concentración de los nazis, pero en el ejército eso no es nada raro. Finalmente, uno se adapta siempre a las circunstancias de la vida.

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