jueves, 17 de marzo de 2011

Miel

Yo sé que a López le pasa algo en el corazón. Ese escepticismo no es gratuito. Hace unos días, cuando estaba en Puesto 6 y yo en Puesto 7, fui hasta su garita a pedirle fósforos. Pensé que nadie iba a interesarse en robar algo del depósito de armamentos y prefería no fumar junto semejante cantidad de pólvora. Yo sé que a uno le dicen que una vez un soldado voló a la mierda por fumar junto al depósito solamente para meterle terror al asunto, pero prefiero no arriesgarme. Entonces fui hasta puesto 6 a pedir fósforos por eso. Por eso y porque López me gusta y yo le gusto a él. López no me va a decir nada, estoy seguro de que algo le pasa en el corazón, ese escepticismo no es gratuito. Supongo que no querrá arriesgarse así como yo no quiero arriesgarme a volar a la mierda por fumar junto al depósito. De noche se le ven tan bonitos los ojos (son color miel y a veces lucen marrones y a veces verdes), su camuflado casi siempre está bien limpio y carga agua en una cantimplora para lavarse los dientes después de fumar. Pero no se quiere arriesgar, algo le pasa en el corazón. 
La semana que viene volvemos a tener primer turno, así que estaremos a una garita de distancia de seis de la tarde a nueve de la noche y de tres a seis de la mañana, con el clima como está probablemente nos toque ver el atardecer y el amanecer y es posible que de nuevo estemos en la remonta y el depósito de armamento. Cuando anochezca voy a ir hasta su garita a pedirle fósforos. Voy a hacerlo hablar, necesito saber qué le pasa en el corazón porque tanto escepticismo no es normal. Espero poder darle un beso antes de que amanezca (porque los ojos se le ven tan bonitos de noche), para que ya no me siga comiendo las uñas durante el día, para que no siga haciéndome preguntas en la guardia mientras él duerme, para que llegue el Cabo Relevante y sea casi una ironía entregar el turno diciendo: "- Sin novedad, mi Cabo, sin novedad".

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