martes, 19 de julio de 2011

Comentarios Inútiles 23 - Adiós a los números romanos

Carlota Casiraghi
1. El lunes 22 de agosto cumpliré 30 años. Allá, a lo lejos, se ve la hiperplasia prostática benigna.
2. No suelo odiar personas. Creo que la clave está en la indeferencia y el desprecio. No se puede dar mejor premio a la persona que te agravia que un olvido sincero y una indiferencia natural. Pero sí me permito odiar palabras. Nadie habla del mal karma que puede generar odiar una palabra, una frase o una expresión, así que debe ser religiosa y karmáticamente lícito detestar vocablos. Bogotá me da material constante para añadir a mi lista de odios idiomáticos, pero esas expresiones que entran a la lista de la saña y el desprecio terminan pasando al foso negro del olvido con facilidad. Tener güevo (así - con ge - porque los bogotanos tienen serias complicaciones para pronunciar palabras que inicien en u o doble u), darse garra, botar como sustituto de tirar y otras expresiones propias de la capital del país ya fueron odiadas y ya pasaron al plano de la irrelevancia. Pero hay una palabra con la que aún no puedo: churra. Hace unos días una amiga caleña me dijo: - Vos sos churro pero te quedaron faltando unos centímetros de estatura. Mi amiga, a la que quiero mucho, no tenía por qué oír el recuento de cuántas veces en mis 29 años de vida he oído el mismo cuento ni necesitaba conocer la explicación de por qué no alcancé mi potencial familiar de estatura, así que me ahorré el cuento y mi disertación sobre la palabra churro. La palabra churro - usada para referirse a un hombre atractivo - ha pasado también a mi listado de palabras antes odiadas y ahora indiferentes. Para mí oír la palabra churro y no pensar en el pastel frito bañado en azúcar es simplemente imposible. Pero con churra no he podido y no creo que vaya a poder. Existiendo tantas palabras para halagar la belleza de una mujer, reducirlo todo a la  palabra churra me parece no sólo una falta de creatividad si no - lo imperdonable - de buen gusto. La mujer más agraciada del mundo refrita en aceite y bañada en azúcar será siempre una imagen desagradable.
3. Britney Spears cumplirá 30 años el próximo 2 de diciembre. Britney y yo hemos tenido vidas bien distintas aún cuando la música hace parte de lo que ambos somos. Britney ha sido catalogada desde un principio por los mercadotecnistas (no por la prensa sino por los mercadotecnistas) como la princesita del pop. Yo no tengo ningún remoquete mercadotécnico, con excepción de Cosmo que es un apodo no muy bueno derivado de una fiesta memorable. No soy el príncipe de ninguna parte, ni aspiro llegar a serlo (a menos que se realice por algún artificio del destino mi fantasía de desposar a Carlota Casiraghi) y la ventaja de ello es que mi apócope no derivará en principito. No soy el principito del pop-rock manizaleño, ni el principito de la literatura del barrio San Patricio, y qué afortunado me siento por ello. Como se acercan mis 30 y los de Britney, el diminutivo empieza a estorbar. Los medios y los mercadotecnistas deberían empezar a llamarla la princesa del pop, o simplemente Britney. Sus borracheras, sus líos legales, sus divorcios y sus dos hijos ya no soportan el diminutivo de princesita. Y si a eso le sumamos la avasalladora aparición de Lady Gaga, deduciremos que el trono realmente nunca estuvo cerca del alcance de Britney, así como el principado de Mónaco no llegará tampoco a manos de mi amada Carlota.
4.  Después de los 25 años uno debería leer El Principito de Antoine de Saint Exupery al menos una vez al año, para recordar que la vida es más sencilla de lo que parece.
5. Miren la foto de Carlota Casiraghi que encabeza esta publicación. ¿A ustedes les parece que churra es una palabra que haga justicia a semejante derroche de belleza?
Julian Casablancas de The Strokes
6. A finales de esta semana se conmemorará el centenario del descubrimiento de Machu Picchu por el profesor de historia Hiram Bingham. El 24 de julio se conmemorará también un aniversario más del nacimiento de Simón Bolívar y se disputará la final de la Copa América. Poco sé de fútbol, pero esta copa, tan llena de sorpresas, ha estado muy divertida.
7. No le hallo relación a la canción de The Strokes (Machu Picchu) con el antiguo poblado inca.  La canción me encanta, eso sí. Quisiera irme a recorrer el mundo con unos cuantos amigos, con un iPod, una cámara fotográfica y un cuaderno. Machu Picchu sería una de mis primeras paradas.
8. Buscar nombres para gatos ha sido uno de mis pasatiempos durante años. Parece que buscarle nombre a un bebé es una tarea mucho más difícil.

7 comentarios:

  1. ¿Botar como sustituto para tirar? ¿Botar la basura, o tirar la basura? ¿O el otro botar y el otro tirar?... pero es que ese no me parece tan sustituto, porque botar es un momento en el tirar, según entiendo. Yo no me siento mal con lo de churra. En twitter estoy en una lista que se llama así y se siente bien, pa' qué. A mí no me gusta la palabra 'asco' me parece muy fuerte, mi abuelito siempre decía que uno no debe decir que nada le da asco, así que yo crecí sin la palabra y sin los ascos, lo que en la práctica ha resultado bastante bueno.
    No extrañé los números romanos... como fan de los comentarios inútiles, apruebo esta manera de enumerarlos.

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  2. 2. Admito con algo de vergüenza que más de una vez he terminado incluyendo en mi vocabulario diario las palabras que he detestado. No sé por qué terminé repitiendo constantemente expresiones como "darse garra" y la peor y que más me duele: rabón. Horrible, la detesto, la odio y sin embargo, la digo. Estoy tratando con todo mi ser de evitarlo, pero me cuesta trabajo. Espero lograrlo pronto.
    4. Es curioso, hace más o menos un mes sentí el impulso repentino de leer "El Principito", como si el libro me llamara, algo bastante extraño. Efectivamente, lo leí después de no sé cuántos años desde la última vez y son tantas las cosas que se me ocurrieron y que aprendí que he estado tratando de publicar una entrada en el blog pero no he podido por falta de tiempo. Efectivamente, debería leerse constantemente sobretodo porque se nos olvida tan fácilmente que la vida puede resumirse en pocas páginas. Últimamente, lo tengo a la mano siempre.

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  3. Diana: aquí hay una apreciación sobre mi última lectura de El Principito: http://gattocosmico.blogspot.com/2010/02/format-c.html
    Rabón también está entre las palabras que al principio odié y luego pasaron al olvido.
    Ana: Me refiero a botar como cuando dicen que alguien "se botó a la calle" o "se le botó encima a alguien", expresión esta última que perfectamente puede ser malinterpretada dentro de la lógica noventera manizaleña de botarse.
    Y bueno, quién sabe si algún día pasaré la churra al olvido. Ojalá, porque justo ahora me molesta mucho.

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  4. Nada peor que "hembro", para mí,de lejos la peor creaciòn lingüística bogotana

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  5. Amen, sister. ¡Supera a churra pero con creces!

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  6. Otra cosa que no entiendo del habladito bogotano: esa fora de combinar la segunda persona del pluran con la preposición con.

    Los rolos dicen cosas como "fuimos con Nicolàs a comer helado de Crepes" y cuando uno les pregunta quièn fue la otra persona, responden: "nadie, sólo Nicolás y yo"

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  7. Esa costumbre también la había notado. Creo, en parte, que son esas costumbres lingüísticas las que me han impedido encarretarme en serio con una bogotana. No es nada contra Bogotá o los bogotanos (yo quiero mucho esta ciudad) pero hay un par de cosas con las que soy absolutamente sicorrígido y el idioma es una de ellas. Todos tenemos nuestros vicios y modismos, pero parezco ser incompatible con los modismos bogotanos.

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