domingo, 24 de julio de 2011

Love is a losing game

1. Habíamos regresado de Nueva York, cada uno a su vida de estudiante o trabajador común. La coordinadora académica en Smart Training Society no lograba entender por qué tenía que seguir trabajando si ya había triunfado con mi grupo. Ir a Nueva York a un encuentro de música alternativa no podría catalogarse como un triunfo, sino más bien como un paseo laboral. Ese fue el último año en que trabajé con ellos. La última vez que estuve en la oficina de Paola empezó a sonar You Know I'm No Good en La X. Ella, la coordinadora académica de una institución de idiomas, no hablaba inglés. Me preguntó de qué hablaba la canción y quién la cantaba. Le hablé de Amy Winehouse, de la terrible decepción que la había llevado a escribir Back to Black, de lo mucho que aparecía en revistas y shows televisivos en Nueva York en el verano de ese año. Me dijo que iba a comprar el disco. Estoy casi seguro de que no lo hizo.
2. Estábamos en Unicentro. Sergio quería comprar una copia de Empezar de Cero para regalarle a una niña con la que estaba saliendo. Nos vimos porque quería que le autografiara el disco y le escribiera una dedicatoria a ella. Jaime le había hablado de Amy Winehouse y Sergio, que por esos días andaba obsesionado con conseguir discos con buenas voces femeninas, me preguntó sí debería comprar el álbum. Salió de Prodiscos con una copia de Empezar de Cero - que autografié en Juan Valdez - y una de Back to Black. Una semana más tarde se autodenominaba un adicto a Amy.
3. Yo le enseñé a Cristina la música de Amy Winehouse como un descubrimiento super novedoso. Le hablé de las letras, de su historia personal, le ponía el DVD en vivo en Londres mientras ambos escribíamos. Nunca se conmovió. No dejaba de pensar en la excentricidad de su maquillaje y su pelo y en que su voz era buena pero nada del otro mundo. Ayer, cuando las redes sociales hervían con la noticia de la muerte de Amy, preguntó públicamente en Facebook qué pensaba yo de todo eso. "No me sorprende - fue mi respuesta - pero me duele. De verdad me duele."
4. Le conté de la muerte de Amy a Elsa justo cuando me contaba en la cocina sobre las anécdotas de su fiesta del viernes. Hablábamos de cómo hay hombres que mantienen a las mujeres a su lado a través de maltratos, de desprecio, de insultos, de mentiras y de cosas que uno perfectamente podría hacerle a un enemigo y no a una persona que quiere. Me decía que muchas mujeres se tardaban mucho en entender que lo que en realidad había que buscar era un hombre que las respetara y las quisiera. Muchas siguen chocando una y otra vez contra los cafres, con un cafre tras otro. Otras (y ese caso es peor aún) chocan contra el mismo cafre una y otra vez. Ahí es donde el amor deja de ser una construcción en pareja y se convierte en un juego que, irremediablemente, se pierde.

3 comentarios:

  1. Yo también lo sabía y me dolió. Venía manejando cunado escuché la noticia en la radio y lo primero que me dije fue "Lo sabía" al llegar a casa puse su música y me sentí en duelo.

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  2. Como me dijiste en un tweet "Hay mujeres que se pegan de una puerta vomitada" Amy, con todo y su talento no fue la excepción. Duele que se haya marchado sola, perdida entre la inmundicia en la que se había acostumbrado a vivir.

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  3. A mi me duele que no hubiera dado más de ese potencial musical que poseía. Lo otro... es heavy, pero fue lo que hizo que lograra las letras que la caracterizaron

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