martes, 19 de julio de 2011

En las buenas

"Once I lived the life of a millionaire..."
Las fiestas en su casa eran una cosa memorable. Derrochaba como estrella de rock, invitaba a todos sus amigos a tomarse los licores exóticos de su despensa, a probar carnes y quesos con cuyo costo unitario mercaría una familia del sur, asistía a las fiestas más trendy y en ocasiones lo consumido corría por su cuenta. No dejaba que pagáramos un solo taxi, era feliz recogiéndonos en la puerta de la casa y dejándonos ahí de nuevo. Nuestras sonrisas eran su compañía.
Un día ese dinero, que fluía como el agua de los ríos del nevado en temporada de lluvias, se agotó. Sus vestidos, sus perfumes, sus carteras y su carro no iban a pagar sus cuentas, no iban a darle de comer. La vi descompuesta, como una especie de Holly Golightly caída en desgracia. Le di un abrazo, que no es mucho pero en esos momentos cuenta más que cualquier otra cosa.
Te haces incómodo cuando necesitas de la ayuda de los demás, cuando requieres de los favores de otros para retomar tu camino perdido, pero atraes a todos aquellos que quieren compartir tus éxitos cuando la rueda de la fortuna te lleva hacia arriba de forma acelerada.
Hubiera querido explicárselo en ese momento, pero muy seguramente no lo hubiera entendido. Uno solo entiende que la vida es cíclica cuando ya ha estado arriba y abajo: Nobody knows you when you're down and out.

No hay comentarios:

Publicar un comentario