domingo, 30 de enero de 2011

Grafiti

"Empezó un tiempo diferente,
más sigiloso, más bello y
amenazante a la vez". - Graffiti
Julio Cortázar
Podemos prescindir de los celos, del deseo de posesión, de ese malsano dolor en el estómago que hace que 90 de cada 100 relaciones de pareja tengan un fuerte componente de tortura. Podemos sonreír cuando el otro sonríe, cuando la vida le obsequia cosas que se merece, viajes fantásticos, aplausos multiplicados por decenas de miles, canciones maravillosas, prosa poética, buena compañía, sol en la piel. Podemos contemplarnos con dulzura a la distancia, espiar las fotos que hay en la red mundial de información, coquetear con sutileza y elegancia, desarrollar códigos que sólo nosotros dos entendamos. A veces la vida nos regala el espacio para hablar un poco, para besarnos despacio, para mirarnos a los ojos en una deliciosa contemplación intemporal, para sonreír mientras nos pasamos los dedos con delicadeza sobre las orejas o sobre los labios del otro, para combatir la cefalea con palabras de cariño. Es ése el tipo de amor tranquilo que he perseguido toda mi vida. No es necesario hipotetizar, imaginar cómo sería todo si la situación fuera distinta. A veces la imposibilidad es sinónimo de perfección. Como tirarnos piedrecillas en el río, como hablar por medio de grafitis callejeros como lo hacían en aquel cuento de Cortázar.

2 comentarios:

  1. Sin embargo lo más bonito es lo imperfecto, lo que se construye después de que se acaban los ideales de perfección, justo, justo, la puerta que no se cruza... y por eso las cosas son como son.

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  2. Me recorrio un escalofrio cuando lo lei, ¿es normal que hubiera sentido un corrientazo por la espalda?

    Sortier

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