sábado, 23 de abril de 2011

Las Cuatro Nobles Verdades y el Rock and Roll

Me tomé el atrevimiento de sugerirle a mi amiga, que desde hace días lidia con uno de esos dolores de tipo sentimental, que procurara conseguir Las Cuatro Nobles Verdades y leerlo durante la Semana Santa. Y digo que fue un atrevimiento porque en mi incipiente acercamiento al budismo he descubierto que la evangelización no es una de las características propias de esta fe (la llamo fe porque la considero más un modelo filosófico que una religión) a diferencia de las monoteístas, particularmente de todos los tipos de cristianismo.
Y le sugerí a mi amiga leer Las Cuatro Nobles Verdades porque aunque su lectura no le garantizará encontrar el camino para dejar atrás de forma definitiva ese amor tan bonito pero tan dañino, sí es probable que le ayude a desmenuzar el problema y a entender por qué le duele y cómo convertir el amor en una forma de compasión, en todo sentido más amplia y menos dolorosa.
Últimamente he estado pensando mucho en el papel de los celos en las relaciones - establecidas o no, formales o no - de pareja. Y empiezo a pensar que por más que dentro de nuestros modelos monógamos lo ideal sea tener una persona junto a uno; el amor, el gusto, el magnetismo o cualquiera de esas sensaciones que nos atraen hacia alguien pueden llevarnos también a sentirnos atraído por alguien más. Como el deseo y las ganas de exploración no se apagan, existen tipos perdonables de "infidelidad" (odio esa palabra) y todo en ese "tú y yo" se hace relativo.
Por supuesto, existe un límite entre la curiosidad y la duda y su mal vecino el descaro. Si no fuera por la música no me sería fácil equilibrarme e impedir que esas sensaciones me hagan una persona social y sentimentalmente disfuncional. Los tipos dedicados al rock and roll (no me atrevo a incluirme en ese grupo porque mi estilo de vida es mucho menos rockanrollero de lo que se esperaría para un rockstar [pero mucho más rocker de lo que se esperaría para un oficinista]) parecen ser personas altamente sensibles hijueputizadas por experiencias de exposición a personas descaradas, así que alternan ellos mismos la sensibilidad con el importaculismo. ¿No lo han notado en las canciones de los Stones, de Zeppelin o de los Black Crowes?
Todos tenemos algo dañado, me decía mi amigo Ricardo el jueves. Todos tenemos una pieza averiada. Lo importante es encontrar el modo de repararla cada tanto. Las Cuatro Nobles Verdades de Buda y el Rock and Roll me han funcionado muy bien a mí.

1 comentario:

  1. No me gusta pensar que tenemos algo roto... me quedé pensando en eso. Creo que simplemente es cuestión de reconocer que tenemos debilidades de carácter y que a veces aunque nos propongamos actuar de alguna manera en específica, tenemos la posibilidad de ser todo lo contrario aunque eso no nos defina... el que alguna vez fue manipulador no puede definirse como manipulador... otros que sean todo el tiempo así, tal vez sí. Pero lo importante es darse cuenta de que no podemos tomarnos tan en serio como que un error que cometamos o que alguna vez que cedamos a cosas que no tenemos interés en ser sean tan definitivas como para pensar que algo está mal en nosotros. A veces lo que está mal es que nos exijamos tanto y que el "deber ser" no nos deje ser... solo tenemos una vida y es cortica como para andar dándole gusto a alguien que no somos nosotros.

    Me quedé pensando en eso... y eso sí, asumirnos... eso de andar por la vida con la pose de santos sin querer ni serlo debe ser una culada.

    Por otro lado, sí... la compasión que nos permita reconocer que nos duele todavía, que nos frustra todavía y rendirnos a eso para dejar de lucharlo y poder continuar... ahí voy. : )

    Lindo "blog", lindo lindo, muy!!! : )

    ResponderEliminar