domingo, 3 de abril de 2011

Pollo Asado

Me invitaron a calmar este bendito antojo que tenía de pollo asado. Ellos se sentaron frente a mí y afuera se desató uno de esos aguaceros que me recuerdan el primer capítulo de Rayuela. Nunca la había visto a ella tan bonita. A veces quisiera contar la historia de su amor, pero ambos tienen suficiente habilidad narrativa y mucho mejor conocimiento de los hechos que yo.
- Ya nos conocíamos de antes. Yo a veces lo saludaba, a veces no, a veces me daba mucha pereza. Un día me escribió por el chat de Facebook y me preguntó si yo no hacía nada como para pasarme todo el día ahí conectada. Me dio mucha rabia y le dije que si él sabía que yo estaba conectada todo el día era porque él también estaba conectado todo el día. Hablamos - como amigos - de compartir un apartamento. Un día vino y nos encarretamos, a los 15 días éramos novios, al mes y medio estábamos viviendo juntos y ahora vamos a casarnos. A los ojos de cualquiera luciría como algo apresurado, pero cuando llega la persona indicada uno lo sabe.

Él estaba concentrado en el pollo y yo en escucharla. Mis dudas y mis preguntas se disiparon. Le veo el amor que le tiene, se lo noto en los ojos, en la forma en que le habla. Que quiera tanto a mi amigo me hizo quererla desde la tarde de hoy.

1 comentario:

  1. Y cuando quiera se le invita a pasta y le contamos sobre la primera vez que bailamos... cojeamos... y sobre el primer texto que le escribí.

    ResponderEliminar