sábado, 23 de abril de 2011

Vivo

Bardot (Bogotá) - Junio de 2010 - Foto: Flavio Vargas
1. La primera vez que me trepé a un escenario lo hacía no para cantar sino para fingir que cantaba. Eran las fiestas de los 20 años del LANS (en 1991) y yo me gané $3.000 en un concurso de fonomímica en el que compartí el primer lugar con un estudiante de segundo de primaria. No puedo negar que me gustaron los aplausos, pero fingir que era Antonio Aguilar y que cantaba Ay Chabela y Juan Charrasqueado no sería tan divertido como lo sería en realidad cantar algo o tocar un instrumento en público.
2. Como Wilmar Granada - el profesor de música - nos sacó a última hora del programa del Banquete de Amor al Colegio en 1992, mi mamá se dedicó a odiarlo para siempre. Ahí nos quedamos Luisito, Beto y yo con nuestras flautas dulces en la mano y con nuestras canciones montadas y el uniforme de gala impecable. 
3. Ella (mi mamá) me había inscrito en clases de flauta dulce en la Rafael Pombo y con tres meses de clases me pasaron al nivel avanzado, así que hice en un año lo que los demás niños hacían en dos. La clausura del año lectivo la hicieron con una presentación en el Teatro Los Fundadores y recuerdo que cuando se abrió el telón yo me quedé anonadado con esas luces en la cara y con ese foso negro que se ve al fondo, en el cual uno apenas distingue ciertos rostros entre el público y ese rumor, ese rumor constante en el que uno no deja de pensar si lo está haciendo bien o no.
4. Era el 30 de mayo de 2009. Empezamos el show de lanzamiento del disco con una introducción rara para Cinema y lo cerramos con Amanacer. Los 18 meses de grabación de Nocturno cobraron sentido esa tarde. A veces veo la transmisión de Telecafé y todavía me conmueve un poco. Fue en ese mismo Teatro Los Fundadores. Al foso negro de público murmurante se habían unido las luces y las grúas de un equipo de televisión. Habían pasado casi 17 años.
5. La primera presentación del GEOS (Grupo Especial de Operaciones Sicológicas) se llevó a cabo también a las afueras de ese mismo teatro en 1998 y a mí en ese entonces me parecía que seis años era una eternidad, que era bonito volver a tocar allí después de aquel debut, después de haber recorrido los colegios femeninos de Manizales, tiple en mano, tocando música andina con el grupo de folclor del colegio y recogiendo números de teléfonos a los cuales después no me atrevía a llamar (esa timidez que aún hoy no logro sacarme del todo de encima).
6. Sara Loop fue la mejor banda en la que estuve antes de formar Gatoblanco. Estábamos allí Sebas, Manuel y yo junto con Mateo Pinzón (guitarrista, vocalista y compositor de todas las canciones) más Caliche (un DJ que hacía scratch con acetatos a la usanza hip hopper) ensayando cada sábado en la tarde en la casa de García. Como nunca hicimos un solo concierto, Sara Loop murió en el olvido como un recuerdo grato.
7. Nos presentamos como Vórtice y escogimos el nombre en el taxi, ya que nos autodenominábamos la No Name Band, aunque después fuimos Ultrack y Señor Naranja. Esa fue la primera vez que toqué en vivo con Sebas y Manuel. Los padres del Gimnasio Horizontes nos abuchearon. Abrimos con Ava Adore de Smashing Pumpkins. Era el 10 de junio de 2000 y mi mamá estaba cumpliendo 39 años. Tres años después éramos Gatoblanco.
8. Estar en una banda que no toca en vivo no tiene sentido. No tiene sentido. Grabar y grabar canciones que uno no sale a tocar es como tener muchos encuentros sexuales sin un solo orgasmo. Cuando se abre el telón y uno ve el bar, la discoteca, el teatro o cualquier espacio oscuro matizado por esas luces enceguecedoras recuerda para qué hace música. No hay sensación comparable, no hay placer espiritualmente más satisfactorio que oír a alguien cantando una canción tuya.


Gatoblanco - Cinema - Revolution Bar (Bogotá) - Septiembre de 2010

1 comentario:

  1. Subirse a un escenario es difícil pero divertidísimo. Yo sólo lo he hecho para bailar, me siguen dominando los nervios, pero luego de un momento, me tranquilizo y es una experiencia sin igual. Aún me cuesta mantener la mirada al frente, pero estoy trabajando en eso. Para cantar, creo que no sería capaz.

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